Entre las decenas de sanciones que recibió Rusia a partir de su incursión militar en Ucrania, una de las mayor impacto entre la población ha sido la decisión de Visa y Mastercard de suspender sus operaciones en el país que lidera Vladimir Putin. Si bien en un principio esto podría parecer una estocada letal para la cadena de pagos del gigante euroasiático, el Gobierno había tomado una medida en 2017 que le permitió anticiparse a sanciones de este tipo.
El 1° de mayo 2017 el Banco Central de Rusia estableció a MIR (en ruso Мир) como sistema nacional de pagos. Esto incluye tarjetas de crédito y débito, medios de pago y de cobro electrónico.
MIR había sido pergeñado en 2016, como una forma de subsanar las posibles suspensiones de transacciones por vía electrónica que fueran determinadas por empresas multinacionales de origen estadounidense. Algo que finalmente sucedió en marzo de 2022.
Las primeras tarjetas que adoptaban el sistema Mir ya habían sido lanzadas en diciembre de 2015. El principal banco de Rusia (Sberbank) las comenzó a emitir en octubre del 2016. Según datos oficiales, ya para finales de ese año 1,76 millones de tarjetas Mir habían sido emitidas por 64 bancos. En junio de 2018 esa cifra había llegado a 37 millones. En tanto, en octubre de 2021 ya había más de 100 millones de plásticos en circulación, según informa la propia empresa en su sitio web. Una cifra considerable, teniendo en cuenta que en Rusia viven 145 millones de personas.
Panorama actual
Visa y Mastercard habían advertido que cualquier transacción iniciada con sus tarjetas emitidas en Rusia ya no funcionará fuera del país a partir del 10 de marzo. No obstante, las tarjetas emitidas por bancos nacionales seguirán funcionando en Rusia utilizando su sistema de pago. De esta forma, la cadena de pagos local está relativamente a salvo.
Ni bien las emisoras de tarjetas norteamericanas afirmaron que suspendían sus operaciones, desde Mir aclararon: “Hasta el vencimiento de su validez, los titulares de tarjetas Visa y Mastercard tienen acceso a todos los fondos en sus cuentas, así como a todas las transacciones de pago habituales: pagar compras, transferir fondos de tarjeta a tarjeta, retirar efectivo”.
El principal problema para la población rusa es a la hora de intentar realizar pagos internacionales, ya que sus tarjetas (ya sean Visa, Mastercad o las directamente emitidas por Mir) no pueden operar en el exterior, salvo en algunas excepciones.
Por el momento, las tarjetas de Mir solo son aceptadas en unos pocos países, entre los que se encuentran: Turquía, Vietnam, Armenia, Bielorrusia, Chipre, Emiratos Árabes Unidos, Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistan. También aparecen en este listado algunos territorios disidentes, como Osetia del Sur y Abjasia (autodeclaradas independientes de Georgia, pero sin reconocimiento internacional).
La explicación de origen
El website aliado al gobierno ruso, Sputnik, había señalado en un artículo de 2017: “La necesidad de crear un sistema soberano surgió en la primavera de 2014, cuando en cumplimiento de las sanciones impuestos por EE.UU. tras la reunificación de Rusia con Crimea, los sistemas Visa y MasterCard bloquearon sin preaviso las operaciones con tarjetas bancarias de algunos bancos rusos”.
La nota periodística de Sputnik señalaba también: “Además, los sistemas internacionales se negaron a prestar servicio en la península de Crimea hasta que se negociaran las nuevas condiciones en abril de 2015. Para evitar cualquier repetición de este guion en el futuro, se creó la empresa Sistema Nacional de Tarjetas de Pago (NSPK, por sus siglas en ruso), encargada de dos tareas: crear un centro nacional de procesamiento de pagos de los emisores internacionales y lanzar al mercado una tarjeta de pagos rusa”.
Desde 2015, todas las operaciones de Visa y MasterCard están procesadas por NSPK (antes, los datos se procesaban por los servidores ubicados en el extranjero), y la tarjeta de pagos, llamada Mir, gradualmente se fue introduciendo en el sistema financiero del país.
Señalaba Sputnik, también, que a nivel financiero los pagos se procesan mediante el Banco Central de Rusia y se protegen con los algoritmos de cifrado creados en Rusia.
El jugador chino
Las instituciones financieras rusas están utilizando Mir, aunque también aparecen algunos rivales. Como por ejemplo UnionPay de China, que permite mitigar el impacto de los movimientos de Visa y Mastercard. Según la propia empresa de origen asiático, en Rusia más del 85% de los terminales POS y cajeros automáticos aceptan tarjetas UnionPay.
Situación del turismo
La periodista española Ángela Vargas, del sitio turístico Hosteltur, describió en un artículo reciente: “Mientras en el mundo entero la industria se pregunta qué consecuencias tendrá la invasión de Ucrania por parte de Rusia en la temporada 2022, el sector turístico ruso está viviendo una auténtica transformación para poder sobrevivir a una aguda repercusión de manera muy activa”.
Vargas destacó que Rusia está creando nuevos hubs, impulsando el paquete turístico y las ventas a destinos que operan el sistema de pago ruso Mir, tratando de cubrir el hueco que dejan con su salida Booking y Airbnb, o reorientando ventas al turismo nacional -algo no exento de obstáculos- y a destinos donde reina el todo incluido.