Buenos Aires — Con 56 votos a favor, 13 en contra y 3 abstenciones el Senado argentino hizo ley este jueves el refinanciamiento de la deuda del país con el FMI por US$45.000 millones, tras una jornada maratónica en la que se destacó la ausencia de la presidenta de la cámara, Cristina Fernández de Kirchner.
“Volvió a hablar con su silencio, con sus gestos”, afirmó al respecto el consultor político y encuestador Ricardo Rouvier, ante la consulta de Bloomberg Línea. Y agregó: “Yo pensé que se iba a quedar, que iba, institucionalmente, a conducir toda la sesión, y no fue así”.
En ese sentido, el experimentado analista político consideró que esa ausencia marcó un punto de quiebre del cual será difícil volver.
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“Conociendo a los actores, hay algunas cosas creo que no hay vuelta atrás”, dijo a este medio, al sostener que “este segundo divorcio de Alberto Fernández con Cristina Fernández de Kirchner parece que es definitivo”.
- El primer divorcio: Tras las derrota del Gobierno en las PASO de octubre, habían puesto a disposición del presidente su renuncia más de cinco funcionarios nacionales cercanos a Cristina Kirchner.
- Secuela: En noviembre, tras la contundente derrota del oficialismo en las elecciones legislativas de 2021, la vicepresidenta había asegurado, en referencia a la firma de un eventual acuerdo, que “la lapicera no la tiene Cristina… siempre la tuvo, la tiene y la tendrá el presidente de la Nación. Y no lo digo yo, lo dice la Constitución Nacional. Que a nadie lo engañen sobre quién decide las políticas en la Argentina”.
Las consecuencias de una ruptura
Para Rouvier, una eventual ruptura, que no sería conveniente políticamente para la vicepresidenta, sería “algo excesivo”, pero siguen sin aparecer soluciones que pongan fin a las diferencias fundamentales entre albertistas y cristinistas con respecto a la implementación del acuerdo con el Fondo.
“Me consta que hay un sector del Gobierno, cercano al Presidente, que quiere la paz, restaurar los pedazos y tratar de salvar el Frente de Todos, que es una manera de cubrir al Gobierno nacional”, continuó, y sentenció: “no sé qué piensa la contraparte, pero a esta hora las señales son bastante duras y poco auspiciosas respecto al futuro del Frente”.
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Con la perspectiva de una crisis interna que tendría como desenlace un quiebre definitivo, Rouvier consideró que “todo esto es desmalezar el camino, sin querer, a Juntos por el Cambio para que puedan ganar en 2023, si es que la oposición no se divide también”.
“Si se llegara a romper [el Frente de Todos] en este momento, indudablemente sería todo un problema que afectaría a tres niveles: el Gobierno, el Frente de Todos y el panperonismo”, agregó.
El acuerdo con el Fondo
Ante la consulta respecto a la posibilidad de que las tensiones internas en la coalición gobernante dificulten el cumplimiento del programa económico acordado con el FMI, el consultor consideró que las metas ya eran imposibles de cumplir, incluso antes de que comenzara la invasión de Rusia a Ucrania.
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“El programa con el Fondo no va a andar, porque las cuentas no dan, inclusive sin la invasión de Rusia a Ucrania y el cambio en los precios del comercio internacional, del gas, la soja y el trigo. Ahora mucho más, este acuerdo no sirve”, afirmó.
En ese sentido, concluyó: “Firmar es una decisión política, porque permite evitar el default. ¿Cómo sigue? Creo que el Gobierno va a tener que sentarse de nuevo con el FMI para rever el programa”.
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