Acuerdo FMI es ley: la votación cristalizó el quiebre en el Gobierno argentino

Trece senadores oficialistas hablaron de “derrota”, pero Guzmán festejó. ¿Cómo impactará la interna del Frente de Todos en el cumplimiento del acuerdo?

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Buenos Aires — Las diferencias en Casa Rosada volvieron a salir a la luz con la sanción de la ley que permitirá a la Argentina refinanciar una deuda por más de US$44.000 millones con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Esa volatilidad dentro de la coalición gobernante podría poner en riesgo el cumplimiento de las metas económicas que se consensuaron con el Fondo, según expertos consultados por Bloomberg Línea.

El resultado de una sesión, que se extendió a lo largo de todo el jueves, fue de un total de 56 votos a favor, 13 en contra y 3 abstenciones, en un contexto en el que la vicepresidenta Cristina Kirchner se ausentó durante casi toda la sesión en el recinto, quedando fuera de la foto de la ley sancionada.

Los 13 legisladores del Frente de Todos que rechazaron el acuerdo, y que responden a la vicepresidenta, difundieron un documento con sus argumentos y criticaron: “Esta artificial encrucijada a la que nos pretende someter, de aceptarse, se transformaría en la derrota no sólo del pueblo que sufrirá las consecuencias de este pacto, sino que se transformará en una derrota para la política, verdadera y vital herramienta que desde nuestras bancas, pero fundamentalmente como militantes, no estamos dispuestos a aceptar”,

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Los números tienen que cerrar con la gente adentro y, lamentablemente, con este pacto, millones de compatriotas seguirán afuera y otros tantos más quedarán excluidos”, indicaron.

A pesar de nuestra voluntad de honrar las deudas, sabemos que ajustar a los sectores de ingresos medios y bajos es por definición contraproducentes con los propios objetivos de crecimiento económico”, consideraron.

Por su parte, el ministro de Economía, Martín Guzmán, celebró en redes sociales la sanción y analizó: “Sin un acuerdo era imposible pagar. Y no pagar implicaba que no hubiese financiamiento en Argentina. Implicaba caída de la producción, el empleo y efectos desestabilizantes sobre el tipo de cambio. Implicaba ajuste. Nuestra responsabilidad era dar tranquilidad y certeza de rumbo”.

Nunca un acuerdo con el FMI tuvo apoyo social y político federal de tal magnitud. Por primera vez en la historia pasó por el Congreso y logró un nivel de adhesión del 80%. También acompañaron sindicatos, el sector privado, universidades, movimientos sociales y la sociedad civil”, remarcó.

Las tensiones políticas y cumplimiento del acuerdo

“Es muy difícil saber qué camino va a tomar el Poder Ejecutivo para hacer cumplir el programa. Estimo que las metas se van a ir cumpliendo, pero va a ser más difícil porque la gente, ante la posibilidad una ruptura política, se mantiene a la expectativa y las variables económicas se pueden deteriorar, con lo que va a ser más difícil el cumplimiento del acuerdo”, consideró Javier Timerman, socio de Adcap Grupo Financiero.

En diálogo con Bloomberg Línea, estimó que “si el conflicto político va a empañar” el acuerdo, “la gente va a tomar una actitud de ‘wait and see”, lo cual puede impactar incluso en los movimientos de bonos y acciones.

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“El acuerdo con el FMI y, en general los acuerdos de refinanciamiento, pueden crear un círculo virtuoso que ayuda a la vez a cumplir porque si hay más inversión, más crecimiento es más fácil cumplir con las metas de déficit, de acumulación de reservas, más confianza en la moneda”, analizó.

Por ello, manifestó que si al acuerdo se suma “un grado de conflicto político”, las consecuencias positivas que impulsan ese círculo virtuosos “se debilitan y se hace más difícil cumplir”.

En tanto, Lucas Romero, director de la consultora política Synopsis, evaluó: “No puede haber una diferencia de estas características en un aspecto tan medular, tan central como no solo la resolución de la renegociación con el FMI sino el programa económico”.

Efectivamente, lo que estamos viendo materializar con esta votación en el proyecto de ley es que una parte importante del oficialismo no está acompañando la decisión del presidente de firmar el acuerdo y adoptar este programa económico. Hay componentes programáticos que explican la crisis, es decir, diferencias de miradas, pero además hay un agravante del deterioro del vínculo personal y político”, manifestó.

¿Sin retorno?

En ese sentido, puntualizó: “No creo que tenga retorno esta crisis por el simple hecho de que por ahora los incentivos dentro del oficialismo quedaron cruzados en estos dos sectores”.

Además, sostuvo que a la vicepresidenta “le conviene el fracaso del acuerdo”. “Si el programa fracasa, Cristina y Máximo lo van a capitalizar. Y ese es un incentivo que choca con el que tiene Alberto Fernández y el Poder Ejecutivo de que el programa funcione”.

La crisis política, la fractura y división es un factor que va a influir en el éxito del programa acordado con el FMI”, pronosticó.

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