Bloomberg — Desde ThyssenKrupp AG (TKA) hasta Ocado Group Plc (OCDO) e Inditex SA (ITX), propietaria de Zara, la guerra de Rusia contra Ucrania está enredando las cadenas de suministro, aumentando los costos y exprimiendo las ganancias en una franja cada vez mayor de empresas europeas.
Para ThyssenKrupp, el conglomerado alemán, la guerra ha puesto en duda la separación prevista de sus operaciones siderúrgicas. Ocado culpó al conflicto bélico de agravar las incertidumbres sobre la inflación. En Inditex, la decisión de cerrar temporalmente las 502 tiendas en Rusia amenaza con golpear las ganancias.
Incluso antes de la invasión de Rusia a Ucrania, empresas desde Nestlé SA (NSN) hasta Unilever Plc (ULVR) habían advertido sobre los efectos del aumento de los costos y las interrupciones en la cadena de suministro desatadas por el Covid-19. Ahora, la guerra está amplificando ese impacto, obligando a las empresas, desde las aerolíneas hasta las tiendas de comestibles, a decidir si aceptan la disminución de las ganancias o trasladan los crecientes costos a los clientes.
“Las empresas no tardan mucho en empezar a citar la guerra en Ucrania para justificar el aumento de los precios a medida que los costes de los insumos empiezan a reducir los márgenes”, dijo Michael Hewson, analista jefe de mercado de CMC Markets UK. “Este será el desafío para las empresas en el futuro, con el aumento del costo de la energía, así como los costos agrícolas y de otras materias primas”.
Fevertree Drinks Plc (FEVR), un fabricante de mezcladores de cócteles, recortó esta semana su pronóstico de ganancias después de que la guerra provocara un aumento en los precios de las materias primas. Ocado advirtió que los ingresos pueden crecer menos de lo esperado en su empresa conjunta de comestibles en línea con Marks & Spencer Group Plc (MKS), citando el aumento de los costos de la energía. Las acciones cayeron hasta un 9,4% en Londres el jueves temprano.
Algunas empresas son más optimistas. El presidente ejecutivo de Swatch Group AG (SWGAY), Nick Hayek, dijo el jueves que el fabricante de relojes más grande de Suiza aún puede cumplir con su pronóstico de ventas para todo el año, incluso después de cerrar sus operaciones en Rusia en medio de la guerra.
La invasión rusa iniciada hace tres semanas disparó el petróleo, los metales y las materias primas y se sumó a los inconvenientes en la cadena de suministro que han afectado la producción de automóviles en los últimos dos años. Las ventas de autos en la Unión Europea cayeron al nivel más bajo registrado en febrero, ya que los fabricantes se preparaban para una mayor interrupción de la producción debido a la escasez de piezas. Schaeffler AG (SHA), un fabricante alemán de repuestos para automóviles, desechó la semana pasada su pronóstico de ganancias y culpó a la guerra de perturbar todo, desde las materias primas y las tarifas de flete hasta los precios de la energía.
Las aerolíneas europeas que esperan un verano excelente a medida que se reanudan los viajes después de la pandemia ahora enfrentan una reducción de los márgenes, y el aumento en los costos del combustible amenaza con eliminar las ganancias anticipadas, incluso antes del impacto de los cierres de rutas y los desvíos de vuelos impuestos por la guerra.
Por el momento, los transportistas generalmente apuestan a que el deseo reprimido de viajar después de la crisis del Covid-19 les permitirá traspasar los mayores costos a los pasajeros sin dañar las ventas. Deutsche Lufthansa AG (LHA) se encuentra entre las aerolíneas que aumentan las tarifas, mientras que el CEO de Virgin Atlantic Airways Ltd., Shai Weiss, dijo el martes que la demanda en el mercado crucial de Europa y Estados Unidos sigue siendo excepcionalmente fuerte, por lo que es probable que se puedan compensar los mayores gastos.
Aún así, existe la preocupación de que el aumento general en los costos domésticos como resultado de la guerra disminuya los ingresos disponibles de las personas hasta el punto de que reconsideren los planes de viaje que aún no han reservado, y que el próximo verano se convierta en otra temporada perdida.
‘Se están poniendo nerviosas’
“Muchas empresas se están poniendo nerviosas”, dijo Michel Keusch, administrador de fondos de Bellevue Asset Management. “Si bien la exposición a Rusia y Ucrania es en la mayoría de los casos muy limitada en términos de ventas, las preocupaciones se centran más bien en el impacto indirecto a través del aumento de los costos de los insumos en la rentabilidad y también en la billetera del consumidor”.
Para las empresas europeas con negocios importantes en Rusia, los riesgos pueden ser mayores. Carlsberg A/S (CARL-B) de Dinamarca, la cervecera más grande de Rusia, suspendió la semana pasada su guía financiera para 2022 y advirtió que es posible que tenga que amortizar sus activos en el país. Está revisando opciones estratégicas para el negocio ruso.
Una gran cantidad de empresas han suspendido, salido o reducido sus operaciones en Rusia desde que comenzó la guerra. Eso condujo a amenazas del gobierno ruso de que las empresas dejadas atrás podrían ser nacionalizadas.
“El hecho de que algunos activos tengan una buena probabilidad de ser nacionalizados muestra hasta qué punto estamos navegando en un territorio impredecible”, dijo Keusch.
-Con la asistencia de Andy Hoffman, Thomas Mulier, Rafaela Lindeberg, Craig Trudell, Charles Capel, Katie Linsell, Christopher Jasper y Corinne Gretler.
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Este artículo fue traducido por Miriam Salazar