El Salvador es el único país de Centroamérica sin costa en el mar Caribe. A diferencia de sus países vecinos, que tienen salida tanto al Caribe como al Pacífico, la costa salvadoreña se encuentra ubicada sobre este océano y mirando al Polo Sur. Esta geografía, junto a sus acantilados, rocas y ensenadas, genera un alto oleaje perfecto para practicar deportes acuáticos como el surf. Y esta es precisamente la joya que el presidente Nayib Bukele quiere pulir y usar para posicionar su país, el más pequeño de la región, como un destino especializado a nivel internacional.
Tener un destino obligado para surfistas como la Gold Coast de Australia o las costas californianas es el objetivo al que le apunta Bukele con su proyecto insignia de turismo conocido como Surf City, un circuito de 311 kilómetros con más de una decena de playas que están siendo renovadas con vías turísticas, malecones, puntos de atención y parques ecológicos y de diversión. La clave es que la proximidad de las playas facilita que los surfistas salten de una a otra en pocos minutos.
Entre las playas que hacen parte del circuito destacan Costa del Sol, El Tunco, El Sunzal, Puerto de La Libertad y El Zonte; esta última mejor conocida como Bitcoin Beach, que ha tomado relevancia internacional luego de que un donante anónimo convirtiera el pequeño pueblo sin bancos en el mayor experimento de bitcoin en el mundo. Desde antes de que fuera autorizada como moneda de curso legal, en la zona operaban los únicos cajeros automáticos de compra y venta de la criptomoneda en todo el país.
En diálogo con Bloomberg Línea, Morena Valdez, ministra de Turismo de El Salvador, detalló las apuestas que tiene el gobierno para atraer extranjeros, impulsar su economía, cambiar la percepción de inseguridad y conquistar de vuelta a los que migraron; todo a través de las olas.
Qué es y hacia dónde va Surf City, en detalle…
El gobierno quiere borrar con turismo su historial de violencia de pandillas y pobreza, así como los efectos de la Guerra Civil que paralizó al país entre 1979 y 1992. La ministra Valdez explica que con Surf City creen que podrán avanzar en este sentido y, a la vez, crear nuevas maneras de impulsar la economía.
En enero se inauguró el Parque de Aventuras Surf City Walter Thilo Deininger. Y en febrero Bukele anunció una inversión por US$100 millones para Surf City e informó que los recursos serán usados para crear y mejorar la infraestructura turística.
“El presidente lanzó este impulso económico dirigido al turismo porque no solo beneficia el empleo directo e indirecto, sino también a toda la cadena de valor como hoteles, restaurantes, guías, líneas aéreas, agencias, transporte, sitios recreativos, entre otros. Sin tener en cuenta sectores secundarios como el de la construcción, los servicios de abogados, bienes raíces y artesanos”, señaló la funcionaria.
En el último año, de acuerdo con el gobierno, el país ha recibido US$15 millones en divisas adicionales en turismo y 13.000 visitantes adicionales gracias a las competencias de surf, lo que lo convierte en un mercado clave para la recuperación económica tras la pandemia.
“Surf City es más que un lugar. Todos piensan que es una ciudad del surf y no, son más de 300 kilómetros de franja costera marina”, explica la ministra, quien resalta que la posición geográfica del país es “privilegiada” para los surfistas porque el oleaje es constante durante todo el año, siempre tienen agua tibia, no hay tiburones y hay conexiones de poca distancia entre playas, volcanes, sitios arqueológicos, áreas naturales protegidas y pueblos.
“Generalmente si vives en la ciudad de un país grande, ir de la playa a la montaña te toma más de dos o tres horas. En cambio aquí estás a 40 minutos de la playa, 20 minutos de un volcán y a media hora de un centro histórico, es decir puedes tener varias experiencias en poco tiempo. Esto hace más atractivo al país y es lo que precisamente queremos aprovechar”, dice Valdez.
La funcionaria explica que el proyecto de Surf City tiene tres pilares clave: la infraestructura pública turística, el recurso humano y la promoción.
En cuanto a promoción, por ejemplo, el gobierno estableció un acuerdo con Avianca y ahora un avión de la aerolínea está completamente ploteado con el logo de Surf City y El Salvador, con el fin impulsar la marca país en Los Ángeles, Estados Unidos, un mercado clave para el proyecto.
“Queremos posicionarnos como un mejor destino para que vengan a visitarnos, vengan a invertir acá y por qué no, decidan vivir aquí. Primero, queremos enamorarlos con el turismo como hizo Colombia con su campaña de ‘El riesgo es que te quieras quedar’ para atraer turistas e inversiones”, afirma la ministra. A partir de ahí, dice, se puede pensar en atraer a quienes quieran vivir en el país para retirarse como lo han hecho países como Costa Rica y Uruguay.
Valdez resalta que el posicionamiento que han obtenido a través de Surf City y el bitcoin como moneda local ha logrado atraer grandes competencias de surf y, por ende, turistas. Por ejemplo, este año El Salvador será sede en junio de un mundial junior de surf de la Asociación Internacional de Surf; de un evento regional de este deporte organizado por la Asociación Latinoamericana de Surfistas Profesionales, que se llevará a cabo en la zona oriental del país; y de la Championship Tour de la Liga Mundial de Surf.
Además, con la construcción de Surf City, ya se había logrado que en 2021 se realizara en el país el mundial del surf, clasificatorio para los Juegos Olímpicos de Tokio. “Para nosotros este sector es importantísimo por eso queremos dinamizarlo y de esta manera tener más empleos y mover la economía”.
Los retos de Surf City
La promoción no es el único pilar del proyecto. La infraestructura es donde radica el verdadero reto del país. “Le estamos apostando a una infraestructura pública de primer nivel que atraiga en sí infraestructura privada. Sabemos que países como Chile, Perú, México, Costa Rica y República Dominicana que le apuestan al sector turístico primero tuvieron que hacer toda una preparación de infraestructura básica para explotar sus destinos”.
Valdez señala que si no hay agua potable, distribución de energía eléctrica, buena conexión a internet, seguridad y centros educativos de calidad que capaciten el recurso humano, entre otros factores clave, no se puede impulsar el turismo en una localidad. “Necesitas todo eso para tener un buen destino especializado”.
En ese sentido, dice que están trabajando para hacer de El Salvador la “meca del surf” mientras las comunidades se benefician de los desarrollos de infraestructura y de la llegada de viajeros.
“Creemos que un destino turístico apto para recibir a todos sus visitantes va a beneficiar a la población porque podrá desarrollarse laboral y económicamente en su localidad sin tener que viajar a la ciudad de San Salvador, por ejemplo, para poder ganar dinero. El turismo impulsa una dinámica de economía local muy fuerte”.
La ministra señala que su visión es que “ojalá que el sueño americano de la gente sea en El Salvador y en su comunidad y creo que esta (el turismo) es una buena forma de lograrlo”.
¿El bitcoin sí le ha aportado al turismo?
“Según estudios que revisamos antes y después de septiembre del año pasado, cuando implementamos el uso del bitcoin como moneda legal, los empresarios han expresado que han mejorado un 30% sus ventas en toda la cadena de valor del sector turístico”, dijo la ministra, quien atañe estos resultados, en parte, a la Bitcoin Conference que se realizó a finales del año pasado.
“Eso hizo que la gente relacionada con este tema viniera de todas partes del mundo y por supuesto se quedara más tiempo”, aseguró Valdez, señalando que también hay quienes están visitando el país para conocer de primera mano cómo está funcionando la criptomoneda.
Pero, ¿a qué turistas le están apostando?
Para Valdez es fundamental que El Salvador sea reconocido. “Queremos que cuando se imaginen un destino emergente para visitar piensen en El Salvador por Surf City, sus olas y todos los destinos que conectan con él. Que sea un destino para pasar una luna de miel, las vacaciones de fin de año, u otra festividad”.
La ministra explica que siempre han tenido un mercado fiel de viajeros que son los salvadoreños radicados en el exterior, principalmente en Estados Unidos. “Ellos siempre venían de vacaciones”, dice. Sin embargo, ahora están viendo que esa primera generación de expatriados no son los únicos visitándolos. “Están llegando sus hijos y nietos, que son ciudadanos norteamericanos, que casi no hablan español, pero que hoy se sienten orgullosos de sus raíces y están viniendo con compañeros de escuela, universidad y trabajo a vacacionar”, sostiene.
Bajo este panorama, dice que además de atraer nuevos turistas a través del surf y el bitcoin, quieren “expandir el mercado de las segundas generaciones de salvadoreños, saber cuáles son sus gustos y las experiencias que quieren vivir. También queremos impulsar el turismo interno dado que la pandemia nos dio una gran lección de que primero debemos valorar lo que tenemos adentro y conocer nuestros sitios”.
Finalmente señala que quieren conquistar el mercado de Latinoamérica y de Europa y no ser confundidos. “Siempre nos pasa, sobre todo cuando hacemos los torneos de surf y dicen El Salvador o no nos conocen o nos confunden con Salvador de Bahía (Brasil), o tienen la percepción de la guerra. Eso queremos cambiarlo, queremos que nos conozcan y que se sientan seguros”.
Le puede interesar:
¿Cómo impacta el alza del barril de petróleo a las operaciones de las aerolíneas?
Turismo regenerativo en LatAm: ¿por qué olvidarte del paquete todo incluido?
Los hoteles de Messi: así es el lujoso imperio turístico del astro argentino