Montevideo — La última semana fue de diversas reuniones para Fernando Mattos, el ministro uruguayo de Ganadería, Agricultura y Pesca. Estuvo con el presidente Luis Lacalle Pou para analizar el alza de precios internacionales de las materias primas y su impacto en el mercado local, también con otros ministros, y mantuvo diálogo con industriales y productores. El tema que ocupó la agenda es el impacto de la Guerra en Ucrania.
En entrevista con Bloomberg Línea, Mattos afirmó que “la preocupación del gobierno es evitar trasladar de forma importante los impactos inflacionarios de este conflicto”, sobre todo al consumidor final, aunque dijo que la incertidumbre “va a ser inicialmente muy fuerte y después se va a ir atemperando y atenuando”.
Al ser consultado por el fideicomiso para el trigo en Argentina, el ministro dijo que es un tema que “preocupa” y tuvo una postura crítica con “prácticas que pueden considerarse distorsivas” del mercado. También cuestionó las restricciones a las exportaciones de carne en el país vecino, pero como contrapunto marcó que Uruguay es “confiable en el mercado internacional” y cumple sus compromisos. “Un proveedor no puede tener hoy un producto y mañana faltarle por una decisión política”, remató. La entrevista fue realizada sobre el mediodía del viernes, antes de que Argentina anunciara este domingo nuevas limitaciones a las exportaciones de soja y sus derivados.
Además dijo que están dadas las condiciones para avanzar en la negociación con China por un Tratado de Libre Comercio, el principal destino de las exportaciones uruguayas, y fue más “escéptico” en el futuro del acuerdo del Mercosur con la Unión Europea.
La siguiente entrevista fue editada por motivos de extensión y claridad.
Está anunciado la suba de la harina, también nuevos incrementos en el precio de la carne ¿Cómo sigue el gobierno esa situación?
Lo seguimos con preocupación. Acá se suman dos factores. Por un lado un proceso de los precios de commodities que ya venía estableciéndose de forma previa, especialmente por un crecimiento económico generalizado en el mundo al final de la pandemia, a lo que se agregó un impacto importante de efectos climáticos de la producción fundamentalmente de los granos, con varios quebrantos en distintas zonas del mundo. La sequía aquí en el Mercosur tuvo un impacto importante. Vamos a tener 35 millones menos de toneladas en la región en la producción que ya se está cosechando. Tanto Brasil, como Argentina y Paraguay, van a tener quebrantos importantes. Uruguay va a tener menor impacto pero obviamente los grandes volúmenes vienen de Argentina y Brasil, y a eso se agrega a todo el problema de la guerra. Y además con el hecho de que tanto en Estados Unidos como en China se preve quiebras de producción en materia de trigo, a lo que se suma que el 30% de la producción mundial de trigo es la suma de Ucrania con Rusia. Todo este efecto de la guerra ha determinado movimientos muy violentos en el mercado. Picos importantes. El promedio histórico del trigo es de US$ 180 y alcanzó los US $500. Son valores del doble de la media y seguramente esto va a determinar procesos de presión inflacionaria por el lado de los alimentos que se suman a la inflación mundial que ya venía preocupando a muchas economías.
El presidente Luis Lacalle Pou habló de dos mecanismos para contener los incrementos sobre el consumidor final. ¿Cuáles son?
Se están estudiando los mecánismos. Lo que le trasladamos al presidente el lunes pasado en una reunión fue la preocupación por esta situación mundial y de ahí surge un grupo de seguimiento que involucra a varios ministros, donde cada uno va a aportar la información necesaria para tomar la mejor decisión. La preocupación del gobierno es evitar trasladar de forma importante los impactos inflacionarios de este conflicto, que tienen mucho de especulación por los valores de la bolsa. Y ahí hay también un factor de incertidumbre que entendemos va a ser inicialmente muy fuerte y que después se va a ir atemperando y atenuando. En la medida que no se sabe la situación del conflicto entendemos que podrían analizarse medidas temporarias para atemperar los efectos sobre los precios, fundamentalmente de los panificables y aceites vegetales que son artículos de primera necesidad que termina afectando los quintiles de ingresos más bajos. Y más allá de estos productos también tenemos afectación en el maíz. El hecho de que un actor importante como Ucrania se retire del mercado determina un alza de los precios. Y el alza del maíz tiene incidencia también en las harinas y en lo que tiene que ver con el engorde intensivo de animales como la carne de cerdo, la carne de ave, los corrales de engorde de ganado y también la producción lechera. Allí suben los costos de producción. El otro factor también que no podemos soslayar y estamos también trabajando es todo el tema de los insumos agropecuarios.
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¿Qué expectativa tienen sobre el abastecimiento de fertilizantes?
De la mano con el encarecimiento de los granos, los insumos también venían subiendo por presión de demanda y por los costos logísticos. Hay un factor geopolítico de incidencia: Rusia es uno de los mayores exportadores y productores del mundo, Bielorusia y Ucrania son grandes productores de potasio, y el aprovisionamiento del nitrógeno está vinculado a los valores de la energía. Por lo tanto los problemas que elevaron el precio del petróleo también terminan haciendo un efecto de arrastre sobre valores que ya eran altos y que el factor guerra termina poniendo un escalón más arriba no solo en el precio sino en la disponibilidad.
¿Cómo juega en el productor local esa dicotomía de tener que afinar el lápiz para no poner productos de más por el alza de los costos y por otro lado tener los precios arriba de la media?
Es una ecuación en la que tendrán que afinar bien el lápiz para tomar los riesgos que correspondan. Obviamente que el que paga la cuenta es el precio del producto final. Si se puede asegurar el precio de venta a través de mercados futuros de alguna manera se saca la cuenta hacia atrás y se determina hasta cuánto se puede gastar. Hay una expectativa positiva. Hay una intención de siembra, aunque todavía es temprano, pero los jugadores están viendo la ecuación y la disponibilidad de insumos. Creo que va a haber un crecimiento del área de trigo, va a haber un crecimiento del área de colza, que van a tener en esos dos productos no los precios actuales récord pero seguramente bastante por encima de la media. Por más que haya un incremento de los costos de instalación, en la medida que se alcancen buenos niveles de producción la ecuación es atractiva para los productores. En estás semanas muchos estáran tomando sus decisiones pero creo que es bueno que el mercado se normalice y que tengamos parámetros menos volatiles.
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¿Están haciendo algún seguimiento a las restricciones de Argentina sobre el trigo?
Es un tema que preocupa. La gremial de Molinos y los sectores vinculados al trigo y los aceites están haciendo reuniones con el Ministerio de Economía. Hay prácticas que pueden considerarse distorsivas del mercado porque algunas medidas internas que tomó Argentina para asegurar el abastecimiento, poniendo restricciones y armando sistemas financieros para asegurar un precio que no respeta la paridad de exportación, puede ser un factor que altere las reglas normales del comercio principalmente de productos panificables elaborados. Hay algún tipo de acción de las industrias locales a través de la Camara de Industrias. Estamos siguiendo el tema. No tenemos todavía posición pero obviamente que no podemos introducir distorsiones en el comercio cuando aquí tenemos un mercado libre.
En febrero estuvo en Dubái, dónde hubo anuncio sobre inversores interesados en el sector alimentario. ¿Como está prevista la participación de los emiraties? ¿Serían accionistas de empresas? ¿Lo harían a través de fondos de inversión?
El abanico está abierto. La función principal de la misión uruguaya fue el muy buen ambiente que generó durante y luego de la visita en el entendido que el gobierno dió una señal a Emiratos Árabes con la presencia del presidente, cinco ministros y empresarios. Hubo un gran clima de receptividad que se vio reflejado en los contactos con las distintas delegaciones. Es una puerta de entrada a Medio Oriente, que es una región que Uruguay ha explorado poco y que tiene enorme potencial de crecimiento en cuanto a demanda. Allí hay países bastante populosos pero también países que tienen una estrategia de seguridad alimentaria que privilegian, porque son zonas de muy bajo potencial productivo en materia de alimentos pero de altos ingresos. Además es un hub de negocios financieros, inmobiliarios y portuarios. Hay oportunidades de negocio que se plantean a partir de esta visita. Lo que hace el gobierno es transmitir las condiciones del país y la confianza que pueden tener los inversores en lograr asociaciones con empresarios uruguayos o compras de empresas. Hay una puerta de entrada interesante a Medio Oriente que es un mercado muy poco explorado y que tiene la ventaja de tener bajos aranceles en casi todos los productos de alimentos.
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¿Qué expectativa tiene sobre los tiempos del estudio de factibilidad del TLC con China y en qué está el acuerdo con la Unión Europea?
Tenemos una gran expectativa del acuerdo con China. Según los informes que tenemos estaríamos en el próximo mes iniciando los procesos de negociación aunque eso lo está manejando Cancillería. Hay documentos que se manejan en forma reservada que son las bases iniciales del proceso negociador con los grandes capítulos de la negociación para después ir a los más específicos, algo que seguramente será durante este año.
Pero entonces se avanzaría.
Desde Uruguay están las condiciones dadas de que es factible, necesario y útil. Hay pocas áreas identificadas como que no tendrían ventaja en un acuerdo de esta naturaleza. Es nuestro principal socio comercial. En la medida que nosotros estamos exportando a China y pagando solamente en la carne más de US$ 150 millones de aranceles, sabemos que en el volumen total hay unos cuantos millones que en el proceso de desgravacion progresiva de aranceles podemos tener una ventaja muy importante. Además está el intercambio cientifico y propiciar las inversiones.
En el tema de la Unión Europea somos más escépticos porque los ritmos así lo determinan. La negociación ya va a cumplir 20 años entonces ya no tenemos la misma expectativa, especialmente también porque el peso relativo del comercio con Europa sigue siendo importante pero ha venido bajando. La diferencia de uno y del otro también es que en uno está la decisión del presidente de flexibilizar el Mercosur. En el otro estamos atados al Mercosur, por lo tanto las dificultades que generan las distintas posiciones dentro del bloque siempre determina una condición en la que no podemos avanzar. Con China tenemos cifradas expectativas de que podemos avanzar.
¿Detectaron que Uruguay haya podido aprovechar en términos de colocaciones las restricciones que Argentina aplicó al mercado cárnico?
Es una decisión interna de Argentina de la cual no tenemos por qué opinar. Tenemos nuestro concepto y somos siempre proclives al libre mercado. Toda restricción comercial nosotros entendemos que no es positiva para la formación de los precios y del mercado, pero claramente Argentina en el año 2021 se proyectaba para vender más de un millón de toneladas en el mercado internacional y terminó exportando en el entorno de 700 mil… un poco más que Uruguay siendo una ganadería de dimensión muy importante. Las decisiones para mí terminaron afectando negativamente al sistema productivo argentino pero obviamente retiraron un volumen de oferta del mercado. Aunque es tan grande la avidez que tiene el mercado internacional de las carnes que, aunque hubiera estado presente Argentina, seguramente no hubiera cambiado mucho. No es que Uruguay sacó una ventaja. La decisión es unilateral argentina pero el volumen que Argentina resignó de exportación no hubiera cambiado un mercado que está muy ávido y demandante. Creo que todas esas distorsiones no terminan siendo positivas porque son artificialismos del mercado. Nosotros tenemos que valernos por nosotros mismos. Uruguay está muy activo en el mercado y ha aumentado mucho su prestigio. Y hay algo que a Uruguay le valoran mucho que es el cumplimiento. Lo que otros países no hacen, nosotros lo hacemos por la confianza. Un proveedor no puede tener hoy un producto y mañana faltarle por una decisión política. Uruguay en eso ha sido coherente. Han cambiado los gobiernos y no hay una interferencia directa en el mercado. Somos confiables en el mercado internacional porque somos cumplidores de lo que nos comprometemos. Eso es una virtud que se termina reflejando en que el valor de la carne uruguaya en muchos casos ha superado a los competidores tradicionales.
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