Bloomberg — El mundo cripto ya se estaba metiendo en todos los rincones de la cultura y la conversación. Luego vino la invasión rusa de Ucrania y las criptomonedas también fueron a la guerra.
El involucramiento del sector en la guerra ha puesto de manifiesto el desarrollo y la madurez de los activos digitales al tiempo que reaviva —sin resolver— el debate sobre su papel en el sistema financiero global. Cuando Rusia invadió Ucrania, el mundo participó en tiempo real en la financiación de un ejército permanente con donaciones en criptomonedas que financiaron suministros militares para Ucrania. Las monedas digitales estuvieron a la altura de su reputación de mover dinero fácilmente a través de las fronteras internacionales, pero al mismo tiempo desencadenaron un debate sobre si pueden usarse para evadir sanciones.
Mientras tanto, los intercambios de criptomonedas se convirtieron en el centro de atención a medida que la industria lidiaba con decisiones sobre si se les aplicaban las restricciones impuestas por las naciones occidentales y cómo monitorear las transacciones de ciertos clientes. Y a medida que los mercados sintieron la presión de la incertidumbre mundial sobre la guerra, las criptomonedas surgieron, al menos inicialmente, como refugios seguros, destacando su poder potencial para minimizar la importancia del mundo dominado por el dólar.
“Este momento realmente ha enfatizado las mejores partes de las criptomonedas, pero también ha reforzado algunas de las áreas que aún necesitan trabajo”, dijo Stephanie Hurder, socia y economista fundadora de Prysm Group, un asesor económico centrado en blockchain y proyectos de contabilidad distribuida. “El área de transferencia de valor es promisoria, pero muchos de los problemas que sabemos que existen todavía están ahí”.
Desde que comenzó la invasión, dos sistemas financieros han estado funcionando en conjunto: el tradicional y el digital. El primero convirtió a Rusia en un paria financiero al someterla a duras sanciones que la aislaron del sistema financiero mundial. La administración del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, prohibió a las personas y empresas hacer negocios con el banco central de Rusia y excluyó a los principales bancos rusos del servicio de mensajería financiera SWIFT en coordinación con los aliados europeos.
En los criptomercados, bitcoin (XBT) aumentó hasta un 20% a principios de la semana pasada, superando los US$45.000 por un momento, incluso cuando los activos de riesgo se desplomaron ante la especulación de que las sanciones y el colapso del rublo llevarían a los rusos a las criptomonedas. Aunque bitcoin luego perdió casi todas esas ganancias, el camino divergente de la moneda con los valores especulativos, aunque breve, renovó el debate sobre su papel en el sistema financiero global. Su regreso a esa correlación muestra que el debate está lejos de resolverse.
“El conflicto está atrayendo una gran cantidad de atención sobre la industria de las criptomonedas, punto final”, dijo Alex Zerden, miembro principal adjunto del Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense. “Mucha gente quiere ver qué está pasando para perpetuar su narrativa o sus puntos de vista con respecto a las criptomonedas. Está reforzando las narrativas, no está convirtiendo las narrativas en este momento”.
Bitcoin nació a raíz de la crisis financiera mundial como una moneda alternativa fuera del sistema monetario tradicional. Desde entonces se ha promovido como un medio de intercambio, una cobertura contra la inflación y una reserva de valor que está fuera del control gubernamental. Tan pronto como se impusieron las sanciones, los volúmenes de negociación en bitcoin utilizando el rublo aumentaron al nivel más alto desde mayo, mientras que los que se encuentran en la grivna de Ucrania subieron a un nivel no visto desde octubre, según la firma de criptodatos Kaiko. No obstante, los volúmenes eran aún relativamente pequeños.
“Si se encuentra en Rusia o Ucrania en este momento, no creo que la volatilidad del bitcoin realmente le preocupe tanto en relación con la volatilidad política y económica”, dijo Matthew Pines, miembro de Bitcoin Policy Institute (Instituto de políticas de bitcoin). “Ayudará a las personas a proteger su riqueza del rublo (RUB) que se derrumba, a ponerla en una forma que sea difícil de incautar para el gobierno ruso e incluso tal vez los ayude a sacarla del país en primer lugar”.
La criptomoneda se ha utilizado como forma de pago entre pares para apoyar a los activistas en varios países debido a la facilidad de las billeteras de código abierto que se pueden descargar directamente en los teléfonos de las personas. Una vez configurada, una dirección de billetera puede recibir fondos en forma de criptomonedas de cualquier persona en el mundo, incluidos familiares y parientes. Pero la conversión a monedas fiduciarias puede imponer una capa práctica de fricción para las personas en una zona de conflicto, que necesitarán tener acceso a Internet para asegurarse de que sus teléfonos inteligentes estén configurados correctamente.
“Si desea usarlo para ir a comprar un almuerzo y ese comerciante no acepta bitcoin, entonces debe convertirlo a la moneda local”, dijo Pines. “Depende de dónde se encuentre y depende exactamente de qué tan estable sea la jurisdicción”.
El breve repunte también generó especulaciones sobre si las criptomonedas podrían usarse para eludir las sanciones que EE.UU. y sus aliados de la OTAN impusieron a Rusia. Incluso los políticos expresaron esa preocupación, y la senadora de Massachusetts Elizabeth Warren dijo que las criptomonedas son “un mundo en la sombra” que los rusos y otros países pueden usar para ayudar a “protegerse de las sanciones”. El CEO de FTX, Sam Bankman-Fried, y Brett Harrison, presidente del brazo estadounidense de la bolsa, rechazaron la idea.
Bolsas como FTX y otras criptoempresas también fueron el centro de atención, tratando de descubrir cómo lidiar con las sanciones occidentales contra Rusia después de su invasión de Ucrania. Las bolsas de criptomonedas basadas en jurisdicciones más allá del alcance de las sanciones y otras que no requieren la identificación del cliente se preguntaron cómo imponer restricciones a sus clientes. Además, algunas empresas no están completamente seguras de cómo cumplir con las restricciones, dado el marco regulatorio nebuloso que a menudo se aplica a las criptomonedas.
“Muchas de las limitaciones potenciales de las criptomonedas o sus beneficios dependerán de cómo los intercambios decidan regular e imponer sanciones”, dijo Hurder de Prysm.
Claridad en las regulaciones puede ayudar a definir el papel de los activos digitales, y está llegando, aunque no de manera inminente. El miércoles, Biden firmó una orden ejecutiva que pedía un enfoque de todo el gobierno para la supervisión de las criptomonedas, y requería que las agencias trabajaran juntas. Pero también ordenó una serie de estudios sobre el sector que pueden demorar hasta un año. A nivel mundial, la regulación sigue siendo irregular.
El mundo cripto quizás ha sido más conspicuo desde la invasión como vehículo para recaudar fondos, y en ese papel ha tenido bastante éxito. Con un código QR o una cadena de caracteres, las monedas digitales se han convertido en el vehículo elegido por muchos y en una forma sencilla para individuos y grupos que querían recaudar dinero. Hasta el momento, el gobierno ucraniano ha recaudado más de US$60 millones a través de más de 118,000 donaciones, según Elliptic, una firma de análisis de blockchain.
La petición organizada del gobierno ucraniano no solo recaudó dinero, sino que logró que personas de todo el mundo contribuyeran a sus esfuerzos de guerra. Sin embargo, como ocurre con todo lo relacionado con las criptomonedas, hay dos lados de la historia.
“Por primera vez en la historia, el presupuesto militar de un país ahora depende de la calidad de los memes que este país puede producir”, dijo Dror Poleg, fundador de Hype Free Crypto, una plataforma de educación en línea sobre criptomonedas. “Pero el mecanismo en sí es aterrador porque mañana quién sabe con qué se emocionará o querrá financiar la gente en Twitter (TWTR)”.
El futuro del dinero puede estar cambiando, pero el debate sobre las criptomonedas sigue abierto.
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Este artículo fue traducido por Miriam Salazar