Los desafíos económicos y políticos que esperan al nuevo gobierno de Chile

El gobierno del izquierdista estará desafiado por una ralentización económica y otras coyunturas que marcarán sus primeros días

Gabriel Boric, Chile's president-elect, speaks during an election night rally in Santiago, Chile, on Sunday, Dec. 19, 2021. Leftist Boric was elected president of Chile on Sunday vowing higher taxes, greener industries and greater equality, after tapping into discontent over an investor-friendly economy that has left many behind. Photographer: Cristobal Olivares/Bloomberg
11 de marzo, 2022 | 01:08 PM

Santiago — Gabriel Boric debuta como presidente de Chile hoy, asumiendo un país con una economía ralentizada y en medio de las discusiones de la Convención Constitucional. Es el primer mandatario de izquierda que no pertenece a los partidos tradicionales, y triunfó después de prometer profundas transformaciones, especialmente en el modelo económico, en el país. Pero el cumplimiento de sus votos de campaña puede depender de sortear algunos obstáculos.

Mireya Dávila, académica del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, dice que, a nivel político, el nuevo gobierno debe traducir los compromisos y expectativas de la ciudadanía en políticas públicas; conducir su coalición Apruebo Dignidad tanto en el gobierno como en el Congreso, donde no tiene mayoría; establecer acuerdos con la oposición; apoyar administrativamente la Convención hasta el término de su trabajo y al Servicio Electoral en el plebiscito de salida.

Boric está enterado de que le esperan grandes retos, al menos, durante la partida de su gobierno (2022-2026). Por eso, el día que oficializó a su gabinete envió un mensaje: “Tenemos un desafío tremendo en nuestras manos, pero enfrentándolo en equipo, colaborando, escuchándonos y entendiendo la diversidad como una fortaleza, podemos lograrlo”.

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Gabriel Boric, presidente electo de Chile, anuncia a su gabinete

El mandatario, el más joven de la historia chilena, se muestra dialogante, lo que rebajó las tensiones después de que triunfó en las presidenciales del año pasado. Tal vez el mercado sea el sector que sigue con mayor interés sus pasos, y las expectativas recaen sobre su ministro de Hacienda, Mario Marcel, que consiguió aliviar la incertidumbre en relación con el nuevo gobierno. No es para menos, ya que en los próximos meses, al menos, tres puntos jugarán un rol fundamental en los movimientos de activos en Chile: la dinámica política, la desaceleración económica, y los precios de commodities, según un informe de Credicorp Capital.

Ralentización económica y alta inflación, un cóctel peligroso

La economía chilena se contrajo un 5,8% durante 2020 debido a las restricciones derivadas por la pandemia. Fue el peor registro en cuatro décadas, aunque consiguió una recuperación cercana al 12% en 2021 como consecuencia de la mayor adaptación y el relajamiento de medidas que impulsó una reactivación económica. Sin embargo, el mayor impulso emanó del consumo, generado por los mayores ingresos en los hogares.

Pero la positiva racha está comenzando a desaparecer y la economía chilena ya está comenzando a dar indicios de desaceleración. Así, al menos, lo evidenció el dato del Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec) de enero que anotó una variación de 9%, el registro más bajo desde marzo de 2021.

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Las perspectivas de crecimiento son bajas, estimándose un aumento del PIB anual entre 1,5% y 2,5% para 2022 y 2023, un promedio parecido al registrado entre 2014 y 2019.

Asimismo, las presiones inflacionarias continuarán presentes durante los siguientes meses. El IPC que anotó un incremento anual de 7,8% en febrero, duplicando la meta del Banco Central y continuando como la más alta desde 2014. Se espera que al cierre del año llegue a 5,8%, según proyectó una encuesta del ente emisor divulgada el jueves. El escenario podría agravarse debido al efecto de la guerra entre Rusia y Ucrania a nivel global.

Este cóctel será el dolor de cabeza en términos económicos para Boric, que tendrá como uno de los desafíos moderar el gasto fiscal, pese a su inclinación a subirlo para cumplir con promesas electorales. Sin embargo, las expectativas están puestas en que Marcel frene posibles presiones políticas que deriven en un aumento del gasto público.

Dávila dice que el nuevo jefe de Estado deberá implementar una combinación de políticas que responda a las propuestas programáticas y que, a la vez, mantengan la estabilidad financiera y económica del país; abordar la reforma tributaria y la de pensiones; generar condiciones para la disminución del desempleo; y acoplar lo anterior con el desafío de tener una economía verde.

Convención Constitucional, el foco de incertidumbre

En su última cadena televisada como Presidente de Chile, Sebastián Piñera manifestó su preocupación por el “excesivo afán refundacional e identitario de amplios sectores de la Convención Constitucional”. El ahora exmandatario dijo que “Chile no nace con esta Convención”, sino que tiene una historia y la “nación es mucho más que la suma de sus partes”.

Algunas propuestas radicales de la institución provocaron temores en varios sectores, incluyendo el mercado que -según analistas- podría seguir con alta volatilidad mientras no concluya el proceso el 4 de julio. El nuevo presidente posiblemente tendrá que calmar las aguas dentro de la Convención, tejiendo puentes, y así llevar a buen puerto la redacción del borrador de Constitución que sería sometido a un plebiscito de salida probablemente en septiembre.

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Como viento a su favor está que la mayoría de las iniciativas radicales han sido desechadas en las votaciones del Pleno, lo que significa que quedan descartadas si obtienen pocos votos o, en otros casos, vuelven a comisiones para ser modificadas y nuevamente votadas.

Congreso a contracorriente

Para conseguir grandes reformas Boric deberá pasar por el Congreso, donde no tiene mayoría. Quizás el mayor quebradero de cabezas lo encuentre en el Senado, compuesto en un 50% por legisladores de derecha. La capacidad de negociar y llegar a amplios acuerdos políticos será determinante para sacar adelante sus proyectos. También deberá mantener unida a su coalición política, integrada por el Frente Amplio y el Partido Comunista, y a sus aliados de la centroizquierda.

Crisis en el sur y norte de Chile

Hay dos crisis sociales que cruzan los extremos de Chile. Al norte, la entrada de migrantes por caminos clandestinos ha provocado la molestia de chilenos de las zonas fronterizas con Bolivia y también de autoridades regionales que, incluso, acusaron de desgobierno.

Otra situación dramática se experimenta al sur del país, donde la desbordada violencia deja decenas de víctimas desde hace años debido a un conflicto de mapuches con empresas agrícolas. Para controlar ambas situaciones el gobierno de Piñera decretó Estados de Excepción Constitucional, una medida que la administración entrante no renovaría, al menos, para la macrozona sur.

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