Bloomberg — Estados Unidos advirtió que Rusia estaba utilizando una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU para difundir desinformación sobre su actuar en la guerra de Ucrania y dijo que Moscú podría estar planeando utilizar armas químicas o biológicas mientras el conflicto bélico continúa en su tercera semana.
“Creemos que Rusia podría utilizar agentes químicos o biológicos para asesinatos, como parte de un incidente escenificado o de falsa bandera, o para apoyar operaciones militares tácticas”, dijo el viernes la embajadora ante las Naciones Unidas Linda Thomas-Greenfield en la reunión del Consejo de Seguridad convocada por Rusia.
Rusia solicitó la reunión de emergencia para discutir sus afirmaciones de que Ucrania tenía un programa activo de armas biológicas y químicas apoyado por EE.UU. y trató de matizar las críticas que ha enfrentado durante días de que sus acusaciones son falsas.
“Los colegas occidentales van a decir ahora que toda esta información es falsa y propaganda rusa”, dijo el embajador ruso en la ONU, Vassily Nebenzia. “Pero esto es un autoengaño”.
Los funcionarios de la ONU dijeron que no tienen pruebas de tales instalaciones y Thomas-Greenfield dijo que EE.UU. ha apoyado durante mucho tiempo la investigación médica legítima para ayudar a los funcionarios a contrarrestar los brotes de enfermedades.
“Estas instalaciones permiten detectar y diagnosticar enfermedades como el Covid-19, lo que nos beneficia a todos”, dijo Thomas-Greenfield. “Estados Unidos ha ayudado a Ucrania a hacer esto de forma segura. Es un trabajo que se ha hecho con orgullo, de forma clara y al descubierto”.
Los funcionarios estadounidenses y europeos podrían haberse unido para oponerse a la solicitud rusa de la audiencia, pero señalaron su opinión de que era mejor seguir adelante para tener más debate público. Los críticos de Rusia dijeron que estaba tratando de darle la vuelta a un organismo internacional donde estuvo en gran parte aislado en las semanas previas a la guerra y utilizar el foro simbólico del Consejo de Seguridad de la ONU para promover afirmaciones sin fundamento.
“El Consejo no debe ser atendido con fantasías o historias de estrellas, sino con pruebas, verificadas y corroboradas de forma independiente”, dijo el embajador de Albania ante la ONU, Ferit Hoxha. “Este no es el caso”.
China dio cierto apoyo a las reclamaciones de Rusia y dijo que debían abordarse adecuadamente. Y el embajador del país, Zhang Jun, rechazó las acusaciones de EE.UU. de que Pekín difunde desinformación. Contraatacó con la crítica de que EE.UU. mantiene o apoya instituciones de investigación biológica en todo el mundo. Y pidió que se aceleren los esfuerzos diplomáticos entre Moscú y Kiev.
“Lo más necesario ahora sigue siendo intensificar los esfuerzos diplomáticos, reducir la tensión y reconducir la cuestión ucraniana a la vía de un acuerdo político lo antes posible”, dijo Zhang.
Thomas-Greenfield no citó pruebas concretas que respalden su afirmación de que Rusia puede estar preparando un evento de falsa bandera que sería un pretexto para el uso de armas químicas o biológicas. Pero citó el apoyo de Rusia al presidente sirio, Bashar al-Assad, que ha utilizado repetidamente armas químicas; su presunto envenenamiento de disidentes en el extranjero; y dijo que la precisión de la inteligencia estadounidense en el período previo a la guerra proporcionó apoyo a la afirmación de Estados Unidos.
“Desde el principio, nuestra estrategia para contrarrestar las tácticas de Rusia ha sido compartir lo que sabemos con el mundo de forma transparente”, dijo Thomas-Greenfield. “Y, sinceramente, hemos acertado más veces de las que nos gustaría”.
Rusia rechaza las acusaciones de que envenena a los disidentes y ha calificado a Ucrania y a la OTAN de agresores en la guerra de Ucrania.
En respuesta a las críticas de otros enviados, el ruso Nebenzia volvió a tomar el micrófono para rebatir las acusaciones de que un hospital de maternidad en Mariúpol fue dañado por un ataque de misiles ruso, calificando el hecho de noticia falsa y diciendo que los ucranianos minaron su propio hospital para hacer quedar mal a Moscú.
“No vamos a dar más tiempo al aire a las mentiras que están escuchando aquí”, dijo Thomas-Greenfield en respuesta.
-Con la asistencia de Alexey Anishchuk.
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Este artículo fue traducido por Estefanía Salinas Concha.
