Bloomberg — Las potencias mundiales e Irán suspendieron sus esfuerzos para reactivar el acuerdo nuclear de 2015, reavivando una crisis que va a agitar los mercados del petróleo, ya en alza, y que podría sumir al Golfo Pérsico, exportador de energía, en un nuevo ciclo de violencia.
El jefe de la política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, dijo en Twitter que la pausa en las conversaciones de Viena era necesaria debido a “factores externos”, sin dar más detalles. Borrell dijo que las partes habían estado muy cerca de llegar a un acuerdo, pero no dijo cuándo -o si- las negociaciones podrían reanudarse.
La ruptura se produce tras la escalada de tensiones entre el Kremlin y la Casa Blanca. Rusia advirtió el sábado que quería garantías de Estados Unidos de que las sanciones impuestas por su invasión de Ucrania no afectarían a su plan de asociación con Irán.
Los precios del petróleo ampliaron sus ganancias tras la interrupción de las negociaciones, ya que los operadores descartaron las cautelosas expectativas de que Estados Unidos acabe levantando sus sanciones a la economía de Irán y aliviando un bloqueo efectivo a las exportaciones de petróleo del miembro de la OPEP.
Funcionarios estadounidenses y europeos habían advertido durante semanas que la ventana para un acuerdo se estaba cerrando, instando a un acuerdo sobre un puñado de cuestiones pendientes.
Avances atómicos
Estados Unidos y sus aliados europeos y regionales deben decidir ahora cómo responder si Irán sigue avanzando en un programa nuclear que ya ha enriquecido uranio hasta un nivel justo por debajo del necesario para fabricar armas atómicas.
En ausencia del acuerdo, los trabajos nucleares de Irán se han acelerado, y sus ingenieros amenazan con dejar obsoleto el acuerdo original debido a sus nuevos avances.
Los inspectores del Organismo Internacional de Energía Atómica informaron la semana pasada de que las existencias de uranio enriquecido al 60% de pureza de Irán aumentaron más de cuatro quintos en los últimos tres meses.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, Saeed Khatibzadeh, dijo que la pausa no era necesariamente el final del camino, y que podría dar un impulso para resolver las cuestiones pendientes.
El factor Ucrania
“Sin duda, la guerra en Ucrania ha dificultado la consecución de un acuerdo”, dijo esta semana el ministro de Asuntos Exteriores irlandés, Simon Coveny, que ayudó a facilitar las conversaciones. Los diplomáticos habían “intentado impulsar un acuerdo antes de que se produjera la guerra de Rusia en Ucrania porque sabíamos que crearía mucha complejidad”.
Rusia intervino con su nueva condición apenas unas horas después de que el jefe del organismo mundial de vigilancia nuclear anunciara desde Teherán que se había superado uno de los últimos obstáculos importantes para llegar a un acuerdo. Hasta ese momento, los diplomáticos habían dicho de forma oficial y extraoficial que el acuerdo podría anunciarse en cuestión de días.
Sin embargo, a medida que las expectativas de un avance disminuían esta semana, tanto Estados Unidos como Irán dijeron que los desacuerdos persistentes sobre el alcance y el calendario del alivio de las sanciones parecían difíciles de superar. Entre los puntos conflictivos se encuentra la exigencia de Irán de que Estados Unidos garantice que no volverá a abandonar el pacto.
Independientemente de la postura de Moscú, los funcionarios de la UE afirmaron que se podría haber llegado a un acuerdo para salvar el pacto si Teherán y Washington hubieran sido capaces de llegar a un compromiso.
Aunque la economía iraní se ha mantenido sorprendentemente resistente a las sanciones estadounidenses -incluso cuando se vio afectada por el peor brote de coronavirus en Oriente Medio-, los disturbios y las protestas son cada vez más frecuentes y los dirigentes clericales del país se mostrarán cautelosos ante nuevos brotes de disidencia en respuesta al fracaso del acuerdo.
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