Bogotá — Con 3,5 millones de colombianos desocupados y una creciente informalidad, el nuevo presidente colombiano tendrá la urgencia de devolver ese indicador a un dígito luego del golpe de la pandemia en el mercado laboral, que se ensañó principalmente con los jóvenes y las mujeres.
A la vez, cada vez son más las voces que piden una reforma laboral, que permita flexibilizar el mercado del empleo y atacar de una forma más directa la informalidad en el país, que en enero pasado registró una tasa de desempleo de 14,6%, una reducción de 2,9 puntos porcentuales frente al mismo mes de 2021.
“Colombia tiene unas leyes y una reglamentación posterior que infortunadamente es anacrónica, no reconoce las nuevas realidades de los modelos laborales que existen (…) incluso antes de la pandemia ya teníamos tasas de desempleo por encima del 10% y tasas de informalidad laboral en el total nacional del orden del 63%”, dijo a Bloomberg Línea el director ejecutivo del centro de pensamiento Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía.
El crecimiento del 10,6% de la economía el año pasado no se reflejó en toda la población y el desempleo sigue siendo uno de los peores dolores de cabeza en el país, luego de que en el 2021 se ubicara en 13,7%.
Un aspecto que preocupa es que mientras que en 2019 el 41,9% de la población ocupada ganaba menos de un mínimo, en 2021 la cifra aumentó al 45,9% de los ocupados.
Además, solo en el trimestre octubre-diciembre de 2021, “la proporción de la población ocupada informal en las 13 ciudades y áreas metropolitanas fue 46,8%, y en las 23 ciudades y áreas metropolitanas fue 48%”, de acuerdo a cifras del Dane.
Sobre el dato de enero, la directora de AmCham Colombia, María Claudia Lacouture, afirmó que “aunque se crean nuevos puestos de trabajo la contratación femenina no avanza al mismo ritmo. Es necesario mantener los programas de estímulo para el empleo femenino y avanzar en programas de formación de talento pertinente que permitan capacitar a la población en las necesidades que necesitan las empresas”.
“No hay que bajar la guardia, menos con el contexto inflacionario con el que comenzó el año y la expectativa del coletazo económico por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania que dará otro golpe a la economía que no termina de reponerse de la afectación sanitaria”, agregó.
Las complejas perspectivas del 2022
El Reporte del Mercado Laboral (RML), del Grupo de Análisis del Mercado Laboral (Gamla) del Banco de la República, indica que la tasa de desempleo podría ubicarse entre el 10,5% y 13% en promedio en 2022, con un 11,7% como valor central.
Los analistas ven que a finales de 2021 el mercado laboral mostró “signos de una recuperación lenta, a un ritmo notablemente inferior que el de la actividad económica”, e incluso “la creación de empleo en el agregado nacional registró una pausa en octubre y noviembre”.
Esto se explicó “principalmente por una contracción de la ocupación en las zonas rurales y cabeceras intermedias, mientras que el empleo de las ciudades se expandió ligeramente. Así, el número de ocupados en el país se mantiene en cerca de un millón de empleos por debajo de los niveles observados al inicio de la pandemia”.
A finales del año, el ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, reconoció que el país perdió “ocho años de lucha contra el desempleo, la pobreza y la desigualdad”, luego de que en el 2020 el porcentaje de personas en condición de pobreza multidimensional se ubicó en 18,1%.
Las medidas contra el desempleo
Sergio Olarte, economista principal Scotiabank Colpatria, dijo a Bloomberg Línea que “el reto de corto plazo es que con la legislación actual se logre que las empresas, en este momento de reactivación económica tan importante, formalicen a sus empleados y aumenten su empleabilidad”.
Para eso, indicó, se necesita que la inercia de crecimiento y que el estímulo a las exportaciones continué, de tal manera que, por crecer más y tener una actividad económica más abierta, haya mayor empleabilidad.
Sin embargo, “el reto más grande es una reforma laboral que haga que se flexibilicen tanto las formas de emplear como de cambiar de empleo. En este momento hay mucha rigidez en el mercado laboral que no permite al empleado escoger un empleo con el cual se sienta cómodo y por otro lado a los empleadores les queda difícil formalizar a los trabajadores por una cantidad de costos muy altos”.
Apalancarse en sectores clave
Luis Fernando Mejía, de Fedesarrollo, comentó que una de los fórmulas de corto plazo para reactivar el empleo está en la construcción, que si bien tuvo un crecimiento positivo, sus niveles de actividad económica aún no alcanzan los del período prepandemia.
De hecho, “es uno de apenas dos sectores de los doce que componen el total del PIB que están por debajo de ese nivel de actividad económica observado en el 2019 en particular. El sector de la construcción está un 23% por debajo del nivel observado en el 2019 y eso se explica por una caída en términos de esa actividad económica frente al 2019″, afirmó Mejía.
El ejecutivo mencionó que las obras civiles infortunadamente “no han tenido un buen desempeño después de la pandemia, así que hay un reto importantísimo de corto plazo, que requiere mucha gerencia, mucha coordinación desde la Administración nacional, desde los gobiernos territoriales, para acelerar estos proyectos de infraestructura que podrían dar un empujón no solo al crecimiento por el lado de la construcción, sino especialmente al empleo”.
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