CEO de Santander Uruguay: “Si el desafío de inflación era grande, ahora es mucho mayor”

Gustavo Trelles, Country Head del mayor banco privado de Uruguay, dijo a Bloomberg Línea que la invasión rusa en Ucrania es como “barajar y dar de nuevo”

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Montevideo — Gustavo Trelles empezó a trabajar en el Banco Santander como cajero hace 27 años. Hoy, después de pasar por varias dependencias y unidades de negocio, el abogado encabeza el grupo Santander en Uruguay y es gerente general de la institución. A su juicio, uno de los mayores desafíos de la actual coyuntura será la inflación, donde según advirtió Uruguay enfrenta “una encrucijada”.

“A nivel general creo que el Banco Central tiene un desafío muy complejo de cumplir de llegar a un rango meta del 6% a fin de año, con una inflación mundial muy alta, y a su vez con un tipo de cambio que empieza a subir y que tiene su efecto en el país producto de la inestabilidad mundial”, dijo Trelles durante la entrevista con Bloomberg Línea. “Si el desafío en materia de inflación era grande antes, ahora lo veo mucho mayor y dificultoso”, remató.

Es que la invasión rusa a Ucrania agudizó la volatilidad de los mercados y eso no pasa desapercibido en el sistema financiero uruguayo. Pero aunque la coyuntura trae consigo un año desafiante para las economías mundiales ante la incertidumbre a nivel global, que será un “barajar y dar de vuelta”, Trelles confió en que los ahorristas y empresarios uruguayos podrán mantenerse sin sobresaltos.

El Banco Santander es un actor relevante dentro del sistema financiero local. En Uruguay, donde el entorno del 45% del mercado es dominado por el estatal Banco República, Santander es el principal banco dentro del sector privado. La entidad tiene en el orden del 16% del total de créditos y de depósitos y, al contar solo los privados, alcanza la cuarta parte del mercado. El paso al frente de la compañía en el país ocurrió luego de que la institución de origen español comprara en 2007 a nivel global a ABN Amro, y absorbiera un año después en Uruguay al que hace por entonces era el principal banco privado de la plaza uruguaya.

En la entrevista, Trelles también habló sobre la necesidad de regular las fintech, el mercado cripto, y destacó el posicionamiento de la institución en la región. Consultado sobre el cambio de gobierno en Chile, así como las elecciones previstas en Colombia y en Brasil, el ejecutivo señaló que Banco Santander “entiende” las reglas de juego de Latinoamérica y “juega con las reglas de juego que hay”.

La siguiente entrevista fue editada por motivos de extensión y claridad.

¿Cómo sigue Banco Santander la evolución de la inflación? ¿Esperan más aumentos de tasas por parte del Banco Central del Uruguay?

El país está en una encrucijada que es una alta inflación en el mundo como hacía décadas no se veía y un objetivo manifestado por el Banco Central de rango de inflación muy baja que de alguna forma colida. Es un momento complejo. Si siempre bajar la inflación es un gran desafío, en un país pequeño en un contexto mundial de alta inflación el desafío se duplica y es mayor. El año pasado la inflación no estuvo en el rango meta del BCU y creemos va a ser difícil que este año se adecúe en ese rango meta máximo del 6%, por lo tanto vemos que la inflación todavía va a estar por fuera, aún cuando es menor a la que se manejaba los últimos años. Ahora también hay como elemento nuevo una crisis mundial con la invasión a Ucrania que es como un juego de barajar y dar de vuelta. Hay que ver el tipo de cambio, que antes estaba planchado y eso ayudaba a la inflación... Hay que ver ahora con un tipo de cambio más fortalecido qué niveles de inflación se pueden soportar. A nivel general creo que el Banco Central tiene un desafío muy complejo de cumplir de llegar a un rango meta del 6% a fin de año, con una inflación a nivel mundial muy alta, y a su vez con un tipo de cambio que empieza a subir y que tiene su efecto en el país producto de la inestabilidad mundial. Si el desafío en materia de inflación era grande antes, ahora lo veo mucho mayor y dificultoso.

¿Qué perspectiva tienen sobre el dólar?

Proyectar el tipo de cambio parece ser más difícil en esta primera etapa (del conflicto) donde hay tanta incertidumbre. Vemos un tipo de cambio que previo al conflicto iba a subir muy poco pero habrá que ver ahora cómo termina con esta situación mundial. Como siempre en relación a estos conflictos el dólar tiene un salto y después hay que ver cómo evoluciona.

¿Han recibido alguna inquietud de empresarios del agro o de la industria por las consecuencias de la guerra?

Rusia es uno de los principales exportadores de fertilizantes del mundo y nosotros por ser un país agropecuario tendremos que ver cómo afecta el bloqueo, y a qué nivel llega, para ver qué incidencia tiene. Estamos en un momento de ver un poco las cartas, de ver cómo se acomoda y qué incidencia tiene el conflicto, pero parecería ser que no va a ser indiferente y esto algún efecto va a tener en la cantidad o en el flujo de la exportación de fertilizantes, o quizás en los precios si uno de los productores sale del mercado. De todos modos, las exportaciones o importaciones de empresas uruguayas hacia y desde Rusia no son relevantes en términos generales y por lo tanto creo que ese efecto sería menor en la economía de esas empresas.

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¿Uruguay para su desarrollo debería tener un empujón en algún área en particular a nivel de inversión?

La inversión es fundamental en todos los sectores. Uruguay ha quedado muy bien posicionado en Latinoamérica en el manejo de la pandemia, con lo institucional, en el respeto de los acuerdos, y por lo tanto está bien visto. También es cierto que está bien visto en una región convulsionada política e institucionalmente como nunca antes en 20 años. Para cualquier inversor, que lo que quiere es seguridad jurídica, Uruguay quedó bien posicionado. Cuando yo hablo de inversión no solo digo de empresas que se van a instalar. Hablo también de una vocación de invertir en deuda uruguaya. Eso también es inversión, porque se confía en el país. Y para Uruguay es muy importante tomar crédito barato. Después para las industrias o grandes empresas somos un país pequeño, no tenemos volumen. Deberíamos ser una plataforma para exportar o para negocios afuera pero también se están dando. Hay familias muy importantes que han venido, que mandan sus hijos a los colegios, que salen a restaurantes, que compran viviendas de valor, o vehículos, y generan un movimiento en la economía. Eso ya se está dando. Uruguay no solo debería pensar en inversión sino también en abrir mercados, en lograr negociar mejor dónde colocar nuestros productos. Creo es algo importante para cualquier país agroexportador.

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¿Esperan que el agro tome más crédito ante un crecimiento de los precios internacionales? ¿Qué perspectiva tiene para el sector?

Las perspectivas son muy positivas. Hoy estamos con precios de commodities absolutamente históricos. Todos los sectores están con precios muy positivos y muy alentadores. El crédito acompaña un poco las inversiones en el sector. A mayor siembra hay mayor necesidad de crédito y eso es natural, pero razonablemente natural. No hemos visto picos. Creo que el sector está en un momento óptimo con una perspectiva excepcional de precios y eso hace que haya un positivismo muy importante. Yo soy de los que me gusta un poco más de racionalidad en el tema precios pero hoy está claro que son bienvenidos estos picos de precios que están generando una avidez por mayores inversiones. Habrá que ver hasta cuándo se sostienen estos precios.

Si un conocido argentino le plantea venir a vivir a Uruguay, ¿qué le diría?

Tiene mucho que ver con qué tipo de argentino estemos hablando en cuanto a perfil sociocultural. Hay un flujo notorio de grandes empresarios que tienen posibilidad de hacer desde Uruguay lo que hacían desde Argentina y acá hay una tranquilidad y una calidad de vida claramente notoria que ellos valoran mucho. Después hay otros argentinos que pueden procurar venir a Uruguay, aunque Uruguay es un país caro para los argentinos. Hay que ver qué tipo de argentinos podrían venir. Hay muchos en la industria del software que no les conviene porque cobran en dólares y si se quedan en Argentina esos dólares valen mucho más. Pero sí es cierto que todos los argentinos que están pensando mucho más allá de los próximos tres o cuatro años tienen como una variable a evaluar la posibilidad de venirse a Uruguay. Tampoco es que vaya a ser un flujo masivo de decenas de miles. Creo que es para gente de un determinado perfil, que en definitiva también es cierto que son los que te mueven la aguja porque generan un derrame de consumo y de inversión muy importante. Uruguay lo que da es la calidad de vida, la tranquilidad y eso tiene mucho valor.

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El BCU ha comenzado a explorar una regulación del mercado cripto. ¿Cuál es la posición del Banco Santander?

En Uruguay falta mucha regulación. Es una corriente notoria en el mundo que desconocerla sería irreal. El banco en Europa está empezando a tener políticas para manejar las criptomoneadas pero hay mucho de nuevo en todo esto. Santander está abierto en el mundo para manejar esto que dejó de ser un supuesto; es una realidad y habrá que adaptarse a ella conforme a que pase el tiempo. Y principalmente que haya reglas de juego que te permitan saber cómo las tenés que manejar. Estamos abiertos a que esto es una realidad y esperaremos la legislación local y corporativa para entender qué podemos hacer con esta nueva modalidad.

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Banco Santander sí ha sido contundente sobre la regulación de las fintech. ¿Qué esperan?

Es otra realidad que de ninguna manera se puede desconocer. Lo que es una posición corporativa es que negarlo sería un error enorme. Sí es cierto que si vamos a competir deberíamos hacerlo con las mismas reglas de juego: que si van a entrar en negocios que hoy son bancarios las reglas sean idénticas para poder ser competitivos.

A raíz del cambio de gobierno en Chile y de las elecciones que se avecinan en Colombia, ¿el banco hizo algún análisis a nivel regional de lo que se puede esperar en esos dos mercados?

El banco tiene más de 40 años en Latinoamérica. No en todos los países sino desde que llegó a la región. Y para mí una enorme fortaleza es que entiende Latinoamérica. No somos un banco nuevo. Tiene presencia en Colombia, en Perú, la tuvo en Bolivia, la tuvo en Paraguay. Está en México, en Chile, en Uruguay, en Brasil. ¿Por qué lo digo? Porque el banco tiene experiencia que en Latinoamérica hay corrientes de gobiernos de izquierda, de centro, de derecha, y creo que es una fortaleza muy grande que hace que con sus años de experiencia no tenga temor y sabe que estas son las reglas de juego. Y, principalmente, juega con las reglas de juego que hay. Las reglas de juego es que hoy puede haber un gobierno de izquierda, mañana uno de derecha, y pasado uno de una izquierda más tirada a la extrema. El banco está acostumbrado, ha pasado por todos estos procesos, ha aprendido, y entiende que esas son las reglas de juego de la región. Por lo tanto se ven con naturalidad los posibles cambios de gobierno tanto en Colombia como en Brasil, y el ya concreto cambio de perfil del gobierno de Chile. Se ha estado en todo tipo de gobierno y por tanto se tiene experiencia y conocimiento que no tienen otros bancos, y eso da tranquilidad.

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