Ciudad de Panamá — Las mujeres panameñas copan el 70% de las aulas universitarias, estudiando carreras diversas para garantizarse un mejor futuro, aunque al llegar al mercado laboral reciben un salario 11% menor que el de los hombres, y solo un 22% llega a liderar empresas.
Esta disparidad, contenida en estadísticas de la organización panameña Canal de Empresarias y en un estudio titulado Iniciativa de Paridad de Género- Panamá, es un aldabonazo recurrente sobre la necesidad de implementar políticas públicas reales para darle a la mujer -que en el país representa la mitad de sus 4.2 millones de habitantes- el lugar que se merece.
“Somos las que más egresamos de las universidades, pero vivimos discriminación, recibimos los menores salarios y somos las primeras en enfrentarnos a los recortes en las planillas. Vivimos en la informalidad laboral, producto de un sistema que no genera condiciones para la realización de la mujer, producto de una sociedad de explotación patriarcal que relega a la mujer a una segunda esfera en un marco de discriminación”, no duda en afirmar la economista Maribel Gordón.
Reconoce que al no tener Panamá la mayoría de sus estadísticas segmentadas por sexo y no contabilizar la realidad, es imposible establecer políticas reales que permitan una mayor participación dentro de la sociedad.
El trabajo en el hogar no se contabiliza y tampoco se destinan presupuestos para la aplicación de las leyes, como atención y cuidado de la infancia y educación, lo que a juicio de la economista beneficiaría al desarrollo del sector femenino.
“A pesar de salir a trabajar y a emprender todavía las mujeres continúan siendo las que se ocupan del trabajo doméstico y de cuidados en sus hogares y comunidades”, comentó Larú Linares, líder de la organización que impulsa el emprendimiento femenino, Canal de Empresarias.
Se debe trabajar en promover la corresponsabilidad en las familias, comunidades, promover el apoyo de las instituciones gubernamentales y privadas, ya que el tema del cuidado es responsabilidad de todos, afirma Linares.
A la hora de emprender, explica que la mujer panameña se enfoca en sectores tradicionales, como artesanías, floristería, pastelería, limitándose a participar en actividades de exportación y menos de uso de tecnologías, según estudios del Global Entrepreneurship Monitor (GEM).
“En Canal de Empresarias trabajamos con mucho empeño para cambiar la forma de pensar y motivar el uso de tecnologías y la generación de ideas innovadoras, que se diferencien de lo que hacen los demás competidores”, detalló Linares.
En la región una de cada cuatro mujeres, en edades comprendidas entre 15 a 24 años, no estudia ni están ocupadas, de acuerdo a cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Un 75% de estas jóvenes se dedican a cuidar a personas dependientes, cuando en el caso de los hombres la proporción es uno de cada 10, y solo un 9,3% de estos jóvenes se dedican a labores de cuidado.
Aunado a esta realidad, el organismo internacional sostiene que a nivel global las mujeres están en la primera línea de respuesta a la pandemia y en la región representan el 73,2% del empleo en el sector de la salud, pero perciben 24% menos ingresos que los hombres.
Además, la crisis del Covid-19 ha provocado una contundente salida de las mujeres de la fuerza laboral en América Latina y el Caribe, equivalente a un retroceso de 18 años, alertó la CEPAL.
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