Bloomberg Línea — La visibilidad del talento femenino es uno de los motores de la igualdad de género en las diferentes esferas de la vida diaria para normalizar la representación de las mujeres, acercar referentes y compartir diversos modelos de éxito.
Sin embargo, las mujeres se encuentran escasamente representadas en la conversación digital global ya que enfrentan diferentes barreras estructurales que les impiden salir de la invisibilidad para llegar al centro del diálogo y tener reconocimiento profesional o laboral.
Al día de hoy, “en la conversación digital, la mujer directiva prácticamente no existe, y tan solo un mensaje de cada 100 sobre líderes empresariales hace referencia a mujeres”, de acuerdo con el estudio Mujeres líderes en el umbral de la visibilidad: Análisis de la conversación digital sobre referentes en la política, la empresa y el periodismo.
LLYC, consultora global de comunicación, marketing digital y asuntos públicos, analizó la conversación digital de mujeres y hombres líderes en esos ámbitos para identificar las diferencias en la atención que se presta a las primeras, haciendo énfasis en el tono y el contenido que se genera en torno a ellas.
La consultora se basó en una muestra de 720 personas (mitad mujeres y mitad hombres) de 12 países entre los que se tomaron en cuenta a Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Estados Unidos y España para procesar 11,5 millones de mensajes en Twitter en los últimos 12 meses, a través de las técnicas de NLP (Natural Language Processing) y de análisis de sentimiento (Sentiment Analysis).
Entre los muros que encuentran las mujeres para ser reconocidas y que LLYC tomó en cuenta está el gap (brecha) de autopromoción que es de más del 33%, según estudios publicados en Harvard Business Review. Las mujeres dedican menos tiempo y esfuerzo que los hombres a dar a conocer su perfil debido a una menor confianza en sus capacidades profesionales.
Otro de los factores es “double-bind bias” (sesgo de doble vínculo o lazo), en el que las acciones de visibilidad generan el efecto contrario: “ellas son o temen ser penalizadas si se promocionan, mientras que ellos, por los mismos comportamientos y atributos, son aplaudidos”. Finalmente se retoman también los factores de cuidado doméstico que recaen en las mujeres y la violencia de género en redes sociales.
Según LLYC, las mujeres son castigadas un 27% más que los hombres por ser ambiciosas. La superioridad, arrogancia o carácter controlador generan un sentimiento dos veces más negativo hacia las empresarias en particular.
La investigación concluyó que las referentes femeninas son mucho menos citadas que los referentes masculinos: solo 1 de cada 4 mensajes (25,76%) hace referencia o es sobre ellas.
La situación se torna más preocupante en Portugal, Estados Unidos y Ecuador, en donde la mención está por debajo de la media. En contraste, la presencia paritaria se encuentra en Perú, Panamá y destaca República Dominicana con un 71,5% de menciones para las mujeres.
El análisis encontró que es todavía común, sobre todo en el caso de las empresarias de habla hispana (62%), describirlas como “mujeres de” o “esposas de”, en lugar de que sean mencionadas por sus méritos propios.
En Ecuador (102% más que los hombres), España (103%) y, muy especialmente en México (242%), las relaciones de pareja de las empresarias son claramente objeto de conversación.
En Estados Unidos, la ausencia de mujeres visibles al frente de empresas tecnológicas muestra una diferencia abismal: el 98% de la conversación sobre 20 referentes empresariales gira en torno a los hombres.
La situación se agrava en países como Chile, Colombia y México, todos con una presencia de empresarias inferior al 1%. Perú supone en este caso la única excepción, señala el informe.
En tanto, Panamá es el único país con una conversación empresarial equilibrada (50,4% sobre mujeres).
El informe señala que la expresión de las emociones para las empresarias implica un 42% más de rechazo en su entorno y, por otro lado, las directivas tienen una diferencia de prácticamente 32 puntos en las veces que son mencionadas por su apariencia. En México (28%), Perú (40%) y Portugal (48%) están expuestas a una mayor negatividad muy destacada cuando se menciona su imagen.
LLYC cuestiona a partir de los resultados: ¿Qué ve una mujer joven, activa en redes sociales y que aspira, algún día, a dirigir una compañía? La imagen de un hombre haciéndolo.
De los tres ámbitos estudiados (empresa, periodismo y política), el que mayor porcentaje de menciones para las mujeres registra es el periodismo con el 47% de las referencias. En Iberoamérica se encuentra la mayor presencia con el 37,07% del total.
“La relevancia de las informadoras brasileñas, peruanas y dominicanas -países con más del 70% de los mensajes sobre periodistas femeninas- compensa los que tienen aún a hombres como las caras más visibles de los medios como Chile, México y Argentina”, señala la investigación.
Abordando la esfera política, el 28% del diálogo versa sobre las mujeres influyentes. Argentina, Chile y Panamá son los países que muestra una conversación paritaria. Mientras que en España, a pesar de su Gobierno con mayoría de mujeres ministras, todavía generan más conversación los políticos hombres.
Violencias, acoso y apariencia:
- En Iberoamérica, los tuits con palabras malsonantes son un 33% más frecuentes cuando están relacionados con líderes masculinos, quienes también reciben insultos un 22% más de ocasiones
- México y España elevan la media de “rudeza” de este lenguaje, pero EE.UU. alcanza el 4,21% del total
- El acoso hacia mujeres se oculta detrás de expresiones ambiguas, irónicas o emojis (por ejemplo, caracteres eróticos se emplean un 16% más y románticos un 200% más)
- Las expresiones de infantilización en torno a las mujeres tienen una tendencia marcada en Argentina (51,26% más que los hombres), Chile (108%), España (64%), Panamá (49%) y Portugal (67%)
- La empatía, servicialidad y constancia son criticadas con el doble de crudeza que los varones
- Atributos como “sexy” aparecen 3 veces más asociados a mujeres que a hombres
“Una mayor visibilidad tan marcada de los hombres en todos los ámbitos refuerza modelos de liderazgo clásicos y estereotipados, expulsando a quienes no se sienten identificadas o identificados y desmotivando a quienes piensan que, para alcanzar una posición relevante, tienen que imitar comportamientos y estilos ajenos. Una visibilidad más equilibrada no es solo importante para las mujeres, es fundamental para generar sociedades más diversas e inclusivas”, manifiesta la consultora.
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