El impacto de la guerra en Ucrania aumenta; Putin dice que su invasión continuará

Rusia ha desplegado el 90% de sus fuerzas terrestres disponibles para el ataque, según EE.UU., pero solo ha tomado una pequeña parte del territorio ucraniano

Un soldado ucraniano mira como un civil cruza un puente destruido
Por Marc Champion
07 de marzo, 2022 | 10:36 AM

Bloomberg — A medida que la invasión de Ucrania por parte de Rusia se acerca a culminar su segunda semana, el impacto para ambos bandos en la guerra terrestre parecen aumentar, con implicaciones potencialmente catastróficas para los civiles ucranianos y mayores desafíos para la defensa del país, hasta ahora notablemente exitosa.

Vladimir Putin dijo nuevamente el domingo que la guerra continuará hasta que Ucrania acepte sus demandas y detenga la resistencia, atenuando las esperanzas de lograr un acuerdo negociado. Putin dice que Ucrania debe “desmilitarizarse” y ha dejado en claro que su objetivo es derrocar al gobierno actual.

En una llamada con el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, Putin también reiteró su afirmación de que la “operación militar especial” que lanzó en Ucrania el 24 de febrero va de acuerdo a lo planificado, según un comunicado del Kremlin.

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Otro intento fallido el domingo de crear un paso seguro para unos 200.000 civiles atrapados en la sitiada ciudad portuaria de Mariupol, en el este de Ucrania, solo puso de relieve el desastre humanitario que se está desarrollando en en el país. En ambos casos, Ucrania acusó a las fuerzas rusas de violar una pausa en los combates. Naciones Unidas dijo que más de 1,5 millones de personas han huido del país desde que comenzaron las hostilidades.

Rusia dijo el lunes temprano que había un nuevo acuerdo para un alto el fuego temporal para habilitar un corredor humanitario en varias ciudades.

El primer ministro de Israel, Naftali Bennett, habló con Putin en Moscú el sábado y luego voló a Berlín para ver al canciller alemán Olaf Scholz. Bennett volvió a hablar con Putin el domingo en medio de una ráfaga de llamadas telefónicas de los líderes a Putin y al presidente ucraniano Volodymyr Zelenskiy en un esfuerzo por reducir la intensidad de un conflicto que promete cobrar altos costos para Europa y la economía mundial, así como para Ucrania y Rusia

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El presidente francés, Emmanuel Macron, también habló con el líder ruso el domingo para discutir la seguridad de las plantas de energía nuclear de Ucrania.

Si bien Rusia ha utilizado casi todas las fuerzas terrestres que reunió para el ataque a Ucrania, se ha visto obstaculizada por una planificación y una logística deficientes. Aún así, tiene todavía que poner en uso parte de sus capacidades de artillería, guerra electrónica, drones y aviones de combate.

Durante una pausa para reagruparse, las fuerzas rusas no lanzaron nuevas ofensivas importantes durante gran parte del fin de semana, mientras que las fuerzas armadas de Ucrania lanzaron contraataques cerca de la ciudad norteña de Kharkiv y cerca de Mariupol, según el Instituto para el Estudio de la Guerra, una organización no gubernamental con sede en Washington.

En su informe diario, las fuerzas ucranianas dijeron que es probable que se reanuden los principales ataques rusos contra Kiev y Kharkiv, así como Mykolayiv y posiblemente Odesa en el sur. El servicio de emergencia estatal de Ucrania dijo el lunes que las áreas residenciales de Mykolayiv fueron bombardeadas durante la noche, lo que provocó incendios.

El domingo, el Ministerio de Defensa de Ucrania informó que ocho misiles de crucero alcanzaron Vinnytsia, a unos 250 km (155 millas) al suroeste de la capital. Los residentes también huyeron de Irpin, un suburbio de Kiev, que fue atacado por tierra.

Después de una semana en la que Putin elevó el estado de alerta de sus fuerzas nucleares y sus tropas mostraron su voluntad de arriesgarse a un derrame radiactivo al tomar centrales nucleares en tiroteos que se vieron en vivo, parece que lo que está en juego en el conflicto va en aumento para ambas partes.

Rusia ha utilizado cada vez más armas y ataques indiscriminados en sus intentos de capturar Kharkiv y Mariupol, en lo que algunos analistas militares ven como una probable advertencia a otras ciudades para que no se resistan. El uso generalizado de artillería y cohetes de lanzamiento múltiple por parte de un ejército que tiene el arsenal de este tipo de armas más temible del mundo provocaría un aumento vertiginoso de las bajas civiles. También ha habido evidencia del uso de bombas de racimo, prohibidas por la mayoría de los países en entornos civiles. Moscú dice que solo tiene como objetivo activos militares.

Refugiados y residentes ucranianos

Putin advirtió el fin de semana que cualquier intento de imponer una zona de exclusión aérea sobre Ucrania, como ha pedido Zelenskiy a Estados Unidos y Europa, sería visto como si se unieran al conflicto. Describió las sanciones occidentales como “similares a una declaración de guerra”, y agregó “pero gracias a Dios no se ha llegado a eso”.

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La OTAN ha descartado repetidamente una zona de exclusión aérea a pesar de los pedidos de Ucrania, diciendo que corre el riesgo de que los aviones de la alianza se enfrenten directamente con los aviones rusos y, por lo tanto, desencadenen una guerra más amplia en Europa.

Aún así, el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, dijo que Estados Unidos estaba analizando si Polonia podría suministrar a Ucrania más aviones de combate.

Un funcionario polaco con conocimiento directo del asunto dijo que esto solo podría suceder potencialmente en el caso de que EE.UU. enviara aviones de combate de reemplazo a Varsovia y agregó que el gobierno también era cauteloso ante cualquier acción que pudiera llevarlo a un conflicto directo con Moscú. Enviar cazas fabricados en EE.UU. a otros países es un proceso que puede llevar años. Requeriría que los aviones fueran adaptados para Polonia y sus pilotos entrenados para volarlos.

Blinken también dijo que EE.UU. estaba discutiendo con sus aliados formas de imponer un embargo a la compra de petróleo ruso, un componente importante de los ingresos del presupuesto ruso pero sin afectar los mercados petroleros mundiales.

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Para Rusia, su campaña enfrenta riesgos crecientes si continúa la resistencia ucraniana. Es probable que el “agotamiento” logístico y operativo se produzca dentro de tres semanas, lo que exige un importante reabastecimiento de las unidades rusas, dijo en un hilo de Twitter Michael Kofman, especialista en las fuerzas armadas rusas en el grupo de expertos en seguridad de Washington CNA (por sus siglas en inglés, Centro de Análisis Navales).

Hablando en un seminario web del Instituto de Guerra Moderna de West Point , Kofman también dijo que la operación rusa inicial había sido “caótica”. En lugar de seguir la doctrina y el entrenamiento, los comandantes rusos habían dividido sus fuerzas en pequeños destacamentos para lanzar ataques rápidos en pueblos y ciudades que esperaban que cayeran sin luchar.

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Como resultado, tenían poca artillería, ninguna cobertura aérea y sobrepasaron la capacidad de las cadenas logísticas para reabastecerse. Reunir todo eso para maximizar el poder militar ruso llevará tiempo, según Kofman.

Aún así, advirtió contra descartar la campaña rusa como un fracaso. “Está claro que esta guerra se pondrá mucho más fea y que lo peor está por venir”, dijo Kofman.

Rusia ha desplegado el 90% de sus fuerzas terrestres disponibles, según EE.UU., pero solo ha tomado una pequeña parte del territorio ucraniano.

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“Esto sugiere que no hay mucha capacidad disponible para las partes occidentales del país, que es donde las fuerzas ucranianas, comandadas desde Lviv, podrían reagruparse con suministros provenientes de Polonia, Eslovaquia y posiblemente Hungría si Kiev cayera”, Lawrence Freedman, profesor emérito de estudios de guerra en King’s College London, escribió en una publicación de blog el domingo.

En un desafío adicional, los videos emergentes de protestas en las pocas ciudades que las tropas rusas han capturado hasta ahora, como Kherson en el sur y Konotop en el norte, sugieren que mantener el territorio requerirá recursos que Rusia puede tener dificultades para encontrar, según Freedman.

Dadas las fallas logísticas y operativas iniciales que el ejército ruso ahora tiene que desenredar, además de un gasto estimado de US$1.000 millones por día en continuar la guerra y con una economía bajo el ataque de sanciones sin precedentes, “el Kremlin debería estar preocupado”, escribió Freedman.

Con la asistencia de Piotr Skolimowski y Kateryna Choursina.

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Este artículo fue traducido por Miriam Salazar