QUITO — La planificación financiera es un factor clave para el bienestar de las personas y de los hogares ya que permite la previsión de recursos para atender imprevistos. Pero, además, constituye un factor esencial para determinar las necesidades de consumo e inversión a corto, mediano y largo plazos. Así lo señala el estudio denominado Capacidades financieras de las mujeres de la CAF en el que se constata que en Ecuador menos de un tercio de las mujeres toma decisiones financieras en el hogar.
¿QUÉ INFLUYE EN LA DESIGUALDAD?
La toma de decisiones está condicionada por muchos factores, como las normas de género, la educación, el aporte de ingresos al hogar, el tipo de participación laboral, entre otros. Si bien la familia u hogar tradicional patriarcal ha venido evolucionando al permitir una participación conjunta entre hombres y mujeres en la toma de decisiones, persisten ciertos patrones de género.
Es decir, las mujeres suelen tener mayores niveles de incidencia en las decisiones vinculadas a la educación y al consumo doméstico -en correspondencia al rol reproductivo tradicionalmente asignado-, mientras que los hombres deciden más sobre las finanzas.
Así, cuando en el estudio se les preguntó a las personas encuestadas: “¿Quién es el responsable de tomar las decisiones diarias acerca de las finanzas del hogar?”, la brecha más importante reside en la respuesta “yo tomo estas decisiones”, ya que en promedio el 48% de los hombres y el 33% de las mujeres afirman que toman personalmente las decisiones, es decir, una diferencia de 15 puntos porcentuales.
Precisamente, la brecha es mayor en Ecuador con 18 puntos, pues 49% de los hombres y 31% de las mujeres toman personalmente las decisiones diarias acerca de las finanzas del hogar. En Colombia la brecha es de 16 puntos a favor de los hombres y se reduce a 12 y 13 en Perú y Brasil, respectivamente.
MENOR AUTONOMÍA FINANCIERA
Teniendo en cuenta los anteriores resultados, se podría afirmar que las mujeres tienen menor autonomía en la toma de decisiones financieras del hogar. Esto puede deberse a los roles de género impuestos en sus hogares, su menor participación en el mercado laboral, y en consecuencia menor ingreso, así como la percepción del ingreso de las mujeres como complementario y no como la principal fuente de ingresos del hogar -la cual es generalmente la de los hombres-.
De acuerdo con el análisis, la participación de las mujeres en las decisiones financieras del hogar aumenta en la medida en que estas contribuyen al ingreso del hogar y tienen mayores niveles de educación financiera. Al mismo tiempo, disminuye en la medida en que aumentan la riqueza del hogar, la contribución de sus maridos al ingreso y la educación financiera de los esposos.
MANEJO FINANCIERO
En cuanto a las actividades realizadas para el manejo de las finanzas o gastos, más hombres que mujeres afirman crear un plan para la gestión de sus finanzas. Con relación al pago de deudas, en promedio las mujeres superan levemente a los hombres en 3 puntos porcentuales en Ecuador. Aunque en términos promedio la brecha es pequeña, esa diferencia podría tener cierta incidencia en el hecho que las mujeres son mejores pagadoras que los hombres en el sistema financiero.
¿PLANES DE JUBILACIÓN?
Los hallazgos en cuanto a los planes de jubilación de las personas encuestadas señalan que las mujeres tienen menor seguridad en cuanto a sus planes financieros de jubilación. Precisamente, Ecuador y Perú presentan los porcentajes más altos de población que no dispone de plan de jubilación y en donde el porcentaje de mujeres sin plan supera al de los hombres en 7 y 6 puntos, respectivamente.
Con respecto a la forma en la que las personas encuestadas obtendrán o están obteniendo los recursos para su jubilación, los resultados evidencian marcadas y significativas brechas de género. Mientras que en Ecuador 42% de los hombres obtiene los recursos por medio de un plan obligatorio de pensión por su trabajo, únicamente un 25% de las mujeres hace lo mismo.
Los resultados evidencian la influencia de la división sexual del trabajo en cuanto a la fuente de los recursos; es decir, para más hombres que mujeres la fuente de recursos para aportar a su plan de jubilación proviene de su participación en el mercado laboral, mientras que esta brecha se revierte cuando su plan de jubilación depende del cónyuge o compañero(a), por lo tanto, más mujeres que hombres figuran como beneficiarias. En Ecuador, 39% de las mujeres depende del cónyuge, por ejemplo.
ESTRATEGIAS PARA LLEGAR A FIN DE MES
Los resultados muestran que las mujeres tienen más dificultades para llegar a fin de mes que los hombres. Aquí sobresale el caso de Ecuador, con una brecha de nueve puntos, en donde tres de cada cinco mujeres no tienen ingresos suficientes para cubrir sus gastos del mes.
Lo anterior puede explicarse por las grandes brechas salariales entre hombres y mujeres que existen a lo largo de América Latina. Particularmente, en América Latina los hombres ganan de 9% a 27% más que las mujeres. De acuerdo con estos autores, la brecha salarial aumenta en trabajadores de mayor edad, del sector informal, independientes o de empresas pequeñas.
El efecto tiene mayor importancia al tener en cuenta que en América Latina las mujeres están sobrerrepresentadas en la economía informal. Según ONU Mujeres (2015), en América Latina y el Caribe el 59% del empleo total corresponde a mujeres en el sector informal.
Con relación a las estrategias que utilizan hombres y mujeres para cubrir sus gastos cuando sus ingresos no les alcanzan para llegar a fin de mes, destaca que los hombres utilizan en mayor proporción sus ahorros. Resalta nuevamente el caso de Ecuador, país en el que esta brecha se ubica en 12 puntos porcentuales.