Ciudades de más rápido crecimiento tienen mayor riesgo climático

Un nuevo informe de la ONU advierte que la rápida urbanización en Asia y África podría exponer a miles de millones de personas a los impactos del calentamiento global

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Bloomberg — En la lucha por lidiar con el cambio climático, las ciudades del llamado sur global estarán en la primera línea. Eso sugiere un informe del lunes de los principales científicos climáticos del mundo, que advierte que se está acabando el tiempo para una acción global decisiva sobre el clima.

En un alarmante llamado a la acción, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), respaldado por las Naciones Unidas, señala que los efectos del derretimiento de los glaciares y el deshielo del permafrost ahora se acercan a ser irreversibles; que la mitad del mundo ahora vive con períodos anuales de grave escasez de agua; y que podemos esperar aumentos a nivel global en las muertes relacionadas con el calor si no se hacen más esfuerzos hacia una adaptación. En un mundo que continúa urbanizándose, las ciudades de los países en desarrollo serán las más afectadas por estos drásticos cambios.

Al mismo tiempo, su desarrollo futuro a lo largo de caminos más sostenibles podría hacer una importante contribución para mitigar los peores efectos del cambio climático.

Ciudades de todo el mundo ya están mostrando vulnerabilidades al cambio climático, señala el informe, ya sea directamente a través de olas de calor o inundaciones, o indirectamente a través del impacto que el clima extremo puede tener en otros problemas, como la contaminación. La pandemia ha expuesto aún más las vulnerabilidades incluso en las ciudades más ricas del mundo, lo que pone de relieve la falta de inversión sistémica en infraestructura necesaria. Pero es en las comunidades urbanas social y económicamente marginadas donde los efectos del cambio climático se sentirán con mayor intensidad. También son estas comunidades las que crecerán más bruscamente en las próximas décadas.

Como señala el informe, se espera que la población urbana mundial aumente en 2.500 millones de personas entre ahora y 2050, y el 90% de ese crecimiento tendrá lugar en Asia y África. Como resultado de este gran cambio, la proporción de personas que viven en áreas urbanas altamente expuestas a los impactos del cambio climático también aumentará considerablemente. Debido en parte a la urbanización, se estima que 1.000 millones de personas que viven en ciudades y asentamientos de baja altitud estarán en riesgo de sufrir inundaciones costeras para 2050. Las ciudades del sur global también podrían resultar especialmente vulnerables a dichos riesgos debido a que su desarrollo urbano suele ser informal, lo que genera áreas urbanas que se expanden sin planificación y que sufren de una relativa falta de capacidad de adaptación.

No obstante, estas ciudades ofrecen grandes oportunidades para una acción importante. El proceso de urbanización brinda la oportunidad de una importante reprogramación de la planificación, la construcción y la economía hacia una mayor resiliencia y sostenibilidad.

La planificación del desarrollo integrado que conecta la innovación y la inversión en infraestructuras sociales, ecológicas y grises/físicas podría aumentar significativamente la capacidad de adaptación de los asentamientos urbanos y las ciudades”, dice el informe, que fue elaborado por equipos de 270 investigadores en 67 países. “La transición de las ciudades hacia un desarrollo bajo en carbono y una resiliencia equitativa podría conducir a compensaciones con modelos dominantes de crecimiento económico basados en la inversión en vivienda e infraestructura”.

Sin embargo, esta es una “oportunidad de tiempo limitado”, señala el informe, y el reloj está corriendo. Si bien decenas de ciudades han anunciado metas de emisiones y planes de adaptación climática, solo unas pocas los han implementado y ellos tienden a enfocarse demasiado en la reducción de riesgos, como mejorar los sistemas de alerta de desastres y producir medidas más fuertes para el control de inundaciones, en lugar de los objetivos más amplios de mitigación y desarrollo sostenible. La acción climática urbana ha sido con demasiada frecuencia lenta y desigual, mientras que una falta de acuerdo sobre las métricas para medir el impacto y la inversión ha reducido “el alcance para compartir lecciones y acciones conjuntas”.

Una medida efectiva significará no solo superar estos obstáculos, sino también adoptar un enfoque interseccional para la acción climática que se comprometa con los más vulnerables y los proteja.

“Los impactos climáticos se sienten de manera desproporcionada en las comunidades urbanas con los más marginados económica y socialmente”, dice el informe. Recomienda que las ciudades y los estados den prioridad a la inversión en la reducción del riesgo climático para residentes marginados y de bajos ingresos, haciendo de los asentamientos informales una prioridad particular.

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