Bloomberg — El aumento en los precios del petróleo ha servido de poca ayuda para los golpeados bonos de Petróleos Mexicanos, en tanto que la caída de las exportaciones significa que la empresa no se beneficiaría de los precios más altos de la energía tanto como sus competidores.
Hoy en día, los bonos en dólares de la productora estatal de petróleo se cotizan cerca de mínimos de varios meses, incluso al tiempo que la invasión rusa de Ucrania hizo que la semana pasada el barril de crudo superara los $100 el barril. Los pagarés con vencimiento en 2047 y 2050 cayeron al nivel más bajo desde fines de 2020 y el costo de proteger la deuda de Pemex del incumplimiento de pago durante cinco años aumentó.
Pemex está en una posición débil para aprovechar los altos precios del crudo en los mercados internacionales a medida que disminuyen sus exportaciones en medio de los planes de México de poner fin a las exportaciones de crudo en 2023. Esto no solo reduce los ingresos en dólares de la empresa para pagar su deuda externa, sino que también podría llevar al país a corto plazo a importar petróleo crudo para alimentar sus refinerías, dijo Nymia Almeida, analista de Moody’s Investors Service, anteriormente este mes.
“Detener las exportaciones significa detener la entrada de divisas al país”, dijo Rafael Rafael Elías, director general de estrategia de crédito corporativo para América Latina de Banctrust & Co.
En enero, las exportaciones de crudo de México retrocedieron a un mínimo de 32 años y las ventas de Pemex en el extranjero cayeron un 20%, esto se produce en un momento en que el presidente Andrés Manuel López Obrador busca lograr la autosuficiencia en energía. El Gobierno planea duplicar con creces el procesamiento de crudo en el sistema de refinería nacional para el próximo año para reducir las importaciones de productos refinados: el 60% de la gasolina de México provino del extranjero el año pasado.
Anteriormente este mes, Almeyda de Moody’s Investors Service dijo que la suspensión de las exportaciones corre el riesgo de convertir a México en un importador neto de crudo, dado que Pemex no tiene los volúmenes de petróleo necesarios para satisfacer el consumo local. También reduciría la capacidad de la empresa estatal de generar ingresos en dólares para pagar su deuda externa.
Mientras tanto, la paraestatal mexicana enfrenta una gran cantidad de problemas, incluida su fuerte deuda de US$113.000 millones, la más alta entre cualquier otra compañía petrolera, la disminución de la producción de crudo pesado y las pérdidas de su negocio de refinación. A los inversionistas les preocupa que la política energética nacionalista de López Obrador agregue más tensión a las finanzas de la asediada empresa.
Pemex, que informará sus ganancias este lunes, recibió miles de millones de dólares en ayuda del Gobierno, lo que la ayudó a mantenerse a flote en medio de una creciente deuda, pero los inversionistas están cada vez más preocupados porque carece de una estrategia comercial viable para contener las pérdidas.
Choque petrolero
El ataque de Rusia a ciudades de Ucrania generó temores de una interrupción de las exportaciones de energía críticas de la región, lo que hizo que el petróleo Brent superara los US$100 el barril. La escalada también desencadenó una venta masiva de activos de riesgo, golpeando los bonos, las acciones y las divisas de los mercados emergentes.
“Pemex es líquido y fácil de vender”, dijo Aaron Gifford, analista soberano de mercados emergentes de T. Rowe Price Group. Él espera que los inversionistas compren en caída, en tanto que a los precios actuales los bonos están baratos.
Si bien Pemex estuvo entre las compañías con peor desempeño en el sector, otros bonos petroleros latinoamericanos también se vieron afectados. Los inversionistas se alejaron de los bonos en dólares de Ecopetrol de Colombia y Petrobras de Brasil citando los riesgos que plantean las elecciones presidenciales de este año. Los comentarios de los principales candidatos de izquierda en cada país sobre detener la producción de petróleo y controlar los precios han generado preocupaciones entre los inversionistas.
A pesar de la reciente liquidación, México y algunos de sus pares regionales están bien estructurados para mantenerse en caso de que el conflicto en Europa continúe asustando a los mercados, dijo Saverio Minervini, jefe de energía, servicios públicos y recursos naturales para América Latina de Fitch Ratings.
“Al final, lo que produce Rusia también lo produce América Latina”, dijo Minervini. “Se espera que Latinoamérica pueda compensar cualquier déficit que deje Rusia”.
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