Bloomberg Línea — En el tercer día de la invasión rusa, la cifra de muertos ascendió a 198, entre ellos tres menores de edad, informó el ministro de Sanidad de Ucrania, Víktor Liashkó.
Se contabilizan 1.115 heridos, de los cuales 33 son niños, agregó de acuerdo con datos operativos.
“Ningún hospital ha cerrado, todo el mundo está trabajando y brindando atención médica. Nadie está asustado y todos valientemente miran a los ojos del enemigo”, dijo el ministro de Sanidad, Viktor Liashkó, a través de sus redes sociales. “¡Estamos en nuestra propia tierra! Protegeremos a nuestras familias. Cada quien en su lugar, como puede”.
Liashkó dijo que “el ministerio por su parte hace lo posible e imposible para conseguir todo lo necesario en los hospitales. Aunque no sea un tema de guerra, sino por ejemplo el COVID-19, que no ha ido a ningún lado, y los pacientes en cuidados intensivos siguen necesitando oxígeno”.
Las negociaciones entre Rusia y Ucrania se enfriaron esta mañana. El presidente Vladimir Putin apagó cualquier esperanza inmediata de la diplomacia, luego de que Ucrania se negara a aceptar las condiciones de diálogo, por lo que las tropas rusas avanzaron para acercarse a Kiev, mientras las naciones occidentales apresuraban el apoyo para ayudar al gobierno de Kiev a defenderse.
En Kiev se vive un toque de queda que se prolongó hasta el lunes por la mañana, y las alertas de ataque aéreo comenzaron a sonar en la capital de Ucrania.El gobierno solicitó a la población civil acudir urgentemente al albergue más cercano, de acuerdo con The Kyiv Independent.
Alexéi Arestóvich, asesor de la Oficina del presidente de Ucrania, afirmó que las condiciones de la parte rusa fueron “un intento de obligarnos a rendirnos”, y el presidente Ucraniano, Volodymyr Zelenskiy, señaló que “lucharán lo necesario hasta liberar a su país”.
Más temprano dijo que “los invasores querían bloquear el centro de nuestro Estado y poner sus títeres aquí, como en Donetsk. Rompimos su plan”.
A sus ciudadanos expresó: “si pueden detener y destruir a los invasores, háganlo. Todos aquellos que puedan regresar a Ucrania, regresen a defenderla (...) y los que ya lo hacen, continúen”.
La Unión Europea, junto con EE.UU., está cada vez más cerca de apoyar la expulsión de Rusia del sistema de mensajería financiera SWIFT, con el apoyo de Alemania.
“Estamos trabajando a fondo en cómo limitar los daños colaterales de la desvinculación de SWIFT de forma que afecte a las personas adecuadas”, dijeron el sábado en un comunicado la ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, y el vicecanciller Robert Habeck. “Lo que necesitamos es una restricción selectiva y funcional de SWIFT”.
Por otro lado, Alemania dio un vuelco a su política de años y aceptó suministrar armas a Kiev.
El canciller Olaf Scholz, que se enfrenta a su primera crisis internacional como líder de Alemania, firmó el suministro a Ucrania de 500 misiles tierra-aire Stinger y 1.000 armas antitanque de los arsenales alemanes. Su decisión deja de lado la tradicional restricción alemana a la exportación de armas a zonas de guerra, una política arraigada en el legado de agresión del país durante la Segunda Guerra Mundial.
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