La industria automotriz en jaque por el conflicto entre Rusia y Ucrania

Importantes terminales automotrices se erigen en territorio ruso, a eso se suma la falta de insumos para la fabricación de semiconductores, piezas que se han vuelto claves para el sector

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Los conflictos bélicos no son gratuitos en materia económica y productiva, uno de los principales afectados por la escalada de violencia entre Rusia y Ucrania sería el sector automotriz, que cuenta con un importante hub de fabricación en territorio ruso.

Muchas de las grandes compañías del sector temen que la falta de suministros para la fabricación y ensamblaje de vehículos afecte de manera severa la producción y hoy los ejecutivos se debaten si mudar las plantas o limitar la manufactura.

Otra arista de la problemática es que Rusia es un productor fundamental de dos materias primas clave para la industria de los semiconductores, una pieza importantísima de los automóviles actuales.

Límites a la producción

Las sanciones impuestas por Occidente al Gobierno de Vladimir Putin por la agresión a su país vecino (que impacta a dos entidades financieras y a la deuda soberana del país) limitan las posibilidades de abastecer a las automotrices que operan en Rusia. Se calcula que un 25% de las piezas que utilizan las fábricas presentes en el país son importadas,

Hay una potencial crisis en la cadena de suministro para nuestras plantas en Rusia”, señalaron fuentes de Renault a The Financial Times días atrás. Al respecto, un ejecutivo de la firma consignó que Renault está buscando asegurar suministros alternativos de chips electrónicos para su unidad Avtovaz.

AvtoVAZ es un fabricante de automóviles, perteneciente a Renault, con sede principal en Toliatti, óblast de Samara, Rusia. Existen dos plantas en Rusia de esta compañía.

¿Mudanza obligada?

Si no podemos abastecer la planta, si esa es la realidad, tenemos que transferir esa producción a otras plantas o simplemente limitarnos”, aseguró el presidente ejecutivo de Stenallis Carlos Tavares a The Wall Street Journal. Stellantis cuenta con una fábrica en la localidad de Kaluga, uno de los principales polos automotrices del país euroasiático, donde produce desde 2017 camionetas de PSA. De allí se expanden a diferentes mercados modelos de Citroën, Opel y Peugeot.

En tanto, el fabricante alemán Volkswagen fabrica en Rusia unas 225.000 unidades el año (los modelos Tigua, Polo y Skoda Rapid) y ensambla otros tantos vehículos (Audio Q7 y Q8). Desde la empresa alemana señalaron que están evaluando de manera continua el impacto de la invasión rusa a Ucrania.

También Mercedes Benz cuenta con una fábrica en Rusia, donde fabrica autos de lujo. De hecho, invirtió US$284 millones en este establecimiento. También Toyota tiene presencia en este país.

El drama de los semiconductores

Tanto Rusia como Ucrania son importantes productores de gas neón y paladio, insumos claves para producir chips semiconductores. “El precio del neón se disparó 600% la última vez que Rusia invadió Ucrania en el 2014″, indicó la cadena de televisión estadounidense CNBC.

De hecho, el propio Gobierno de Estados Unidos había advertido a los proveedores de chips que diversifiquen sus cadenas de suministro en caso de que Rusia tome represalias contra las amenazas de restricciones a la exportación de la Unión Europea al bloquear el acceso a materiales clave.

Por ahora, las grandes compañías de chips dijeron que esperaban una interrupción limitada de la cadena de suministro debido al conflicto entre Rusia y Ucrania, gracias al almacenamiento de materias primas y la adquisición diversificada, según informó Reuters el jueves.

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