Por el momento Estados Unidos no hará uso de la herramienta a la que algunos analistas consideran “la opción nuclear”. El presidente Joe Biden aseguró que su administración no tiene pensado, por ahora, suspender a Rusia del Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication (SWIFT).
Tomar tal decisión hubiese dejado al gigante euroasiático aislado en términos financieros, dado que SWIFT es una organización que tiene a cargo una red internacional de comunicaciones financieras entre bancos y otras unidades financieras y que conecta a unos 11.000 a lo largo de 204 países.
Excluir a Rusia de SWIFT hubiese implicado sacarlo del comercio internacional durante el tiempo que hubiese durado la medida. Al momento, Biden decidió no recorrer ese camino, al menos en el corto plazo.
A resguardo
De todas formas, Vladimir Putin ha tomado prevenciones para reducir daños si algún día tal suspensión se lleva a cabo. En 2014, en pleno conflicto por la Península de Crimea, Estados Unidos había amenazado con sacar a Rusia del SWIFT, por lo que el Gobierno ruso puso en marcha su propio sistema de transacciones bancarias, conocido como SPFS.
De todas formas, las magnitudes son muy desiguales. Por el momento solo 400 entidades bancarias usan el sistema ruso.
De todas formas, hay países europeos (como Alemania e Italia) que se oponen a la exclusión de Rusia de SWIFT, ya que eso implicaría que el país gobernado por Putin discontinúe los envíos de gas y otros insumos básicos que son imprescindibles.
La última vez que el SWIFT fue utilizado para sancionar a un país fue en 2012 y el castigado fue Irán. Esto se dio debido a que la Unión Europea impuso sanciones al país asiático por la presión de Estados Unidos y este golpe dañó severamente la economía iraní.
SWIFT es una sociedad cooperativa bajo legislación belga, propiedad de sus propios miembros como socios, con oficinas alrededor de todo el mundo. La oficina central se encuentra en La Hulpe, cerca de Bruselas.
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