Buenos Aires — En un año clave para la economía argentina por la renegociación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Gobierno insiste en que apunta a alcanzar un crecimiento del PBI en torno al 4%. Sin embargo, el consultoras y economistas del sector privado muestran cautela a la hora de brindar sus pronósticos y, de hecho, estiman un avance bastante por debajo de la meta oficial.
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“Dada nuestra estructura productiva dependiente de las importaciones de bienes de capital e insumos intermedios, que el Producto Bruto crezca 1% implica importaciones adicionales por US$ 2.000 millones. Por lo tanto, crecer 4% implica que las importaciones se incrementen en US$ 8.000 millones este año y US$ 6.000 millones al año siguiente”, calculó el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO).
La dificultad, según señala el CESO, es que esos dólares “hay que conseguirlos con las limitadas fuentes” que se encuentran al alcance del país.
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“El Gobierno prevé crecer 4% en 2022 y 3% en 2023. Es decir, debería sostenerse el crecimiento por tres años consecutivos, algo que no ocurre desde 2008″, agregó.
En ese sentido, insistió: “Si lo que se necesita para achicar el déficit manteniendo el gasto primario es que crezca la actividad, para poder concretar ese crecimiento lo que se van a necesitar son dólares”.
Un panorama “complejo”
“La actividad económica creció en torno al 10% en 2021, recuperando prácticamente la totalidad del terreno cedido a lo largo del pandémico 2020″, recordó la consultora Ecolatina. En cuanto a los principales ‘drivers’ detrás de la elevada tasa de expansión, apuntó a “la baja base de comparación y el arrastre estadístico alto que dejó el año de la pandemia, a lo que se les sumaron el relajamiento de las restricciones sanitarias, la normalización de muchas actividades económicas, y la disponibilidad de divisas, producto del alza de precio de commodities”.
Sin embargo, desde su punto de vista, en 2022 el escenario luce “más complejo”. “Estimamos que la economía moderará su crecimiento, avanzando menos de 3% promedio durante el año, en línea con el arrastre estadístico que dejó el 2021″, apuntó.
“De hecho, al contrastar entre puntas (es decir, diciembre contra diciembre), proyectamos que el avance económico sería menor al 1% a lo largo del 2022, evidenciando una dinámica de la actividad todavía insuficiente para que se alcance en términos de PIB per cápita los niveles previos a la crisis del Covid-19″, advirtió.
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El impacto de la sequía
En línea con lo estimado por Ecolatina, la consultora Equilibra estima que el crecimiento será este año, en el mejor de los casos, de 1%.
“Es un crecimiento chato, nulo, bajo. Vemos que la principal restricción es el tema de divisas y en la medida en que la pérdida de agrodivisas por la sequía se profundice, hay más chances de ir a 0%″, explicó Lorenzo Sigaut Gravina, director de Análisis Macroeconómico de Equilibra.
El economista estimó que, “si se queda ahí, puede ser más cerca de 1%, pero si se profundiza un poquito, estaremos en un escenario más cerca a 0%”.
“En la medida en que no hay divisas, se debe restringir más las importaciones y si se restringen mucho las importaciones, no se puede crecer”, remarcó y alertó sobre “un escenario de virtual estancamiento o crecimiento mínimo”.
Más optimista, el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que difunde el Banco Central señaló un crecimiento del Producto Interno Bruto real para 2022 de 3%. Se dio así una leve mejora en la expectativa respecto de la encuesta anterior.
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