Criptomonedas ‘made in’ Latinoamérica: así se hace la minería cripto en la región

Las granjas de minería de criptomonedas son una realidad en Latinoamérica, a pesar de los retos en cuanto a costos de energía y las tasas de importación de las máquinas. Así se mueve el negocio

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La minería de criptomonedas se abre paso en Latinoamérica en países como Argentina y Paraguay, en un momento en el que la región de a poco abre las puertas a ese mercado en medio de los inmensos desafíos regulatorios que aún existen.

Con varios pilotos regulatorios en la región, Latinoamérica se ha convertido en un mercado importante para los jugadores del negocio de las criptomonedas, que se refleja en cajeros y otras infraestructuras para su adopción, entre ellas, las llamadas granjas de minería.

Se estima que la minería de bitcoin demanda por lo menos 138,31 TWh de energía al año, más que el consumo de un país entero como Ucrania o Polonia, según datos actualizados de la Universidad de Cambridge.

El gasto de energía es justamente una de las razones por las que el bitcoin, la moneda más popular del mundo, ha perdido el interés por parte de aquellos inversores más preocupados por el medioambiente.

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Muchas veces asociadas a pequeñas infraestructuras que operan en lugares remotos, las granjas de minería de criptomonedas son en realidad un sector millonario y creciente en Latinoamérica, aunque se concentra principalmente en aquellos lugares con menores costos de energía.

Comparativamente, el bitcoin demanda hoy más energía que el consumo destinado a la iluminación residencial o al uso de televisores en los hogares de EE.UU., pero es mucho menor a la que requiere la producción mundial de cobre o las redes globales de transmisión de datos.

Entrevistado por Bloomberg Línea, el brasileño Rocelo Lopes, empresario y consultor de firmas de minería de criptomonedas, dijo que esta actividad se concentra en Paraguay por los costos de la energía y a pesar de que el clima no sea el ideal en verano.

“Para que la minería de criptomonedas sea rentable tiene que tener un costo menor a cuatro centavos de dólar por kilovatio”, mencionó el especialista y detalló que los planes deben trazarse “siempre pensando a tres años”.

El sur de Argentina también se ha convertido en un escenario ideal para este mercado, ya que las condiciones climáticas son óptimas para estas infraestructuras, además de sus bajos costos de la energía (en junio de 2021 era de US$0,055 por kWh para los hogares).

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“Una granja de minería necesita de muchas máquinas, de mucho conocimiento, seguro mucho dinero. Hoy tenemos los grandes mineros que están cuatro o cinco años en el mercado, nuevos entrando ahora no hay, es muy difícil”, mencionó Rocelo Lopes, al referirse a los retos que hay en la puesta en marcha de estas locaciones.

Calcula que en la actualidad la puesta en marcha de estas infraestructuras puede costar entre US$4 y US$5 millones, dado que la minería de criptomonedas profesional y a gran escala requiere de por lo menos unas 1.000 máquinas para ser sostenible.

Con esta cantidad de equipos trabajando para la minería, se requieren por lo menos cinco técnicos dedicados a la operación, a lo que se debe sumar un equipo de seguridad para preservar los intereses de estas empresas ante los cada vez más comunes robos físicos.

Grandes jugadores con sello latino

Bitfarms (BIT), fundada en Canadá en 2017 por dos empresarios argentinos, es una de las mayores empresas públicas de minería de criptomonedas (bitcoines o BTC) a nivel global. En la actualidad, la empresa tiene seis granjas de criptomonedas en Norteamérica (cinco en Canadá y una en EE.UU.), una en Paraguay, y está construyendo otras dos granjas en Canadá y una en Argentina.

El gerente general de Bitfarms para Latinoamérica, Damián Polla, contó que en 2016 los fundadores tuvieron la visión de que el bitcoin se iba a generalizar y que era fundamental para su éxito que los requisitos de infraestructura fueran satisfechos por empresarios que entendieran la dinámica del mercado.

Empezaron a construir granjas de criptomonedas en el este de Canadá y fueron creciendo hasta que el año pasado Bitfarms ya había minado 3,452 bitcoines, lo que representa un aumento de su rendimiento computacional de 965 PH a 2,2 EH. Este aumento de la capacidad contribuyó significativamente a que Bitfarms incrementara su producción mensual de 199 BTC en enero de 2021 a 363 BTC en diciembre del mismo año.

El ejecutivo mencionó que el mayor desafío que enfrenta el sector, tanto en Argentina como a nivel global, son los cambios regulatorios que pueden afectar el mercado de las criptomonedas. No obstante, “sin dudas el consumo energético también es uno de nuestros mayores retos. Para esto, promovemos el uso de energías renovables en nuestras instalaciones”.

Bitfarms explicó que en Canadá, Estados Unidos y Paraguay usa energía que proviene 100% de fuentes renovables (hidroeléctricas). En Argentina el centro de datos que están construyendo será adyacente a la planta generadora de electricidad de Albanesi en Río Cuarto, que, además de contar con su propia política medioambiental, evita la pérdida de energía en el transporte, según Polla.

Según el ejecutivo, en los últimos años la minería de bitcoin se ha convertido en una actividad industrial en la que la escala es importante. Conseguir electricidad a un costo competitivo, manejar un voltaje considerable de manera segura, y construir centros de datos que cuenten con ventiladores de gran capacidad para reducir el calor y, al mismo tiempo, controlar las emisiones sonoras, requiere una cantidad considerable de experiencia y conocimientos.

Otros factores como los largos plazos de entrega de materia prima, acero estructural, transformadores eléctricos, computadoras (“mineros”) y otros equipos también deben tenerse en cuenta. Aunque el nivel de rentabilidad es alto, la extracción de BTC a gran escala es un negocio que requiere mucho capital.

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“La casa del bitcoin”

Al igual que la popular serie española La casa de papel, las infraestructuras de minería de criptomonedas han sido blanco de robos físicos a gran escala en los últimos tiempos, tal y como lo señaló en la entrevista Rocelo Lopes.

Recordó que apenas hacía unos días un grupo de asaltantes llegó a una granja de minería de criptomonedas en Paraguay, con cerca de 4.000 máquinas, y se quedaron durante unos tres días obligando a los funcionarios a producir el equivalente a unos US$400.000.

“Es un robo tradicional, porque mira, están haciendo plata. La diferencia es que no es papel, no es física”, mencionó el empresario al advertir sobre la necesidad de que se adopten medidas de seguridad en estas locaciones, en donde más que las máquinas es la producción la que está en la mira, tal y como ocurrió en la serie.

Los mineros más pequeños la tienen cada vez más difícil

Con los altos costos de la energía y las tasas de importación de las máquinas, que provienen de China, es cada vez más remota la posibilidad de que la minería a pequeña escala tenga futuro en regiones como Latinoamérica, aunque hay algunas excepciones.

En resumen, “el pequeño minero hoy no tiene acceso a las máquinas, y si las tiene, es muy caro, y no puede pagar electricidad, porque si lo hace no va a tener ganancia”, afirmó Rocelo.

Aun así dice que en algunos lugares en Latinoamérica aún persisten algunas granjas en donde se realiza la actividad a muy pequeña escala. Menciona el ejemplo de Venezuela, en donde algunas familias de este país, asfixiado por la devaluación y la inflación, tienen de cuatro a cinco máquinas trabajando en sus casas sin que nadie sepa lo que está pasando ahí, afirmó.

Según cifras de Statista, en 2020 las criptomonedas favoritas de los mineros en Latinoamérica y el Caribe fueron el bitcoin (88%), seguida por ethereum (63%), litecoin (25%), bitcoin cash (25%), entre otras.

Además, la encuesta Statista Global Consumer Survey concluyó que en Latinoamérica los más altos niveles de adopción de criptomonedas se concentran en países como Brasil (16%) y México (11%).