Libros reciben una versión NFT para impulsar las ventas

Los tokens no fungibles surgen como una oportunidad financiera para autores y editores

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Por Matheus Mans para Mercado Bitcoin

São Paulo – Con el mercado editorial brasileño moviéndose más lentamente en relación con las ventas de libros, a pesar del crecimiento del 30% en 2021, según el Sindicato Nacional de Editores de Libros (SNEL), los autores y editores han encontrado una nueva forma de ampliar el negocio: las ediciones en NFTs, o tokens no fungibles.

En Brasil, el autor Rafael Boskovic convirtió su obra de ficción Satoshi, sobre la identidad del creador de Bitcoin, en una versión NFT. Se vendieron 21 ejemplares en el formato de token no fungible, cada uno, por 0,021 ETH (Ethereum), lo que, hoy, equivaldría a 330 reales. Las ventas, en diciembre de 2021, se realizaron en la plataforma de NFTs Opensea, el gigante mundial de este mercado.

Un mes antes, en noviembre, la autora japonesa Miyuki Ono dio uno de los primeros pasos en el sector al convertir su libro Pure en NFT. Sin embargo, la entrada en la tecnología no fue con el libro original, sino con las traducciones. Las compras de estas versiones NFT, por tanto, terminaron por traducirse en ganancias para los traductores.

Las oportunidades de rentabilidad económica podrían ir más allá de la venta de la obra. “Las posibilidades más allá de la página física es un potencial del NFT literario”, dice Gustavo Martins de Almeida, abogado brasileño especializado en el mercado editorial. “Me encantaría comprar un libro de Arnaldo Jabor (el cineasta y escritor brasileño fallecido el pasado día 15) que viniera con NFT de una línea suya, una explicación, un audiolibro, fragmentos de su voz o arte especial para esa edición”, añade.

Atención a los derechos

Si las noticias del NFT literario son buenas, conviene recordar a quienes compran y venden estos que la entrada del mercado del libro en este mundo implica un cuidado en relación con los derechos de autor. Cuando se vende el  token no fungible de una obra, es necesario que el vendedor y el comprador sepan lo que realmente se está acordando. ¿Es un extracto de ese libro? ¿Una sentencia? ¿Una obra de arte inspirada? ¿Todo el libro?

Hace poco se produjo una confusión en este sentido. En enero, un grupo de personas pagó casi US$3 millones por un ejemplar de Dune, la novela del estadounidense Frank Herbert. La idea era convertir la rarísima edición en tokens no fungibles y también producir una serie de animación inspirada en la obra.

Resulta que, por falta de información clara, los compradores desconocían que el importe pagado por NFT correspondía únicamente al beneficio de disponer de un ejemplar del libro y no también a los derechos comerciales de uso, que actualmente son propiedad de Warner Bros., el estudio responsable de la adaptación cinematográfica de la obra. La noticia de la chapuza de la adquisición acabó convirtiéndose en un motivo de broma en la red social Twitter.

“Comprar un libro no te permite hacer lo que quieras con la obra. Al igual que la compra de un cuadro da derecho al comprador a exponerlo en una muestra, pero no a reproducirlo. Lo mismo ocurre con los NFT de libros”, dice Gustavo Almeida.

El recuerda que es necesario ser consciente de estas particularidades. “A largo plazo, sin embargo, el balance debería ser positivo. Creo que la gente que no tiene mucha relación con la lectura puede sentirse atraída por los tokens literarios”.