Bloomberg — La acumulación de barcos que esperan para cargar soja desde algunos puertos brasileños se está extendiendo a longitudes casi récord, ya que el mayor exportador mundial de este producto batalla con la cosecha y sus envíos de esta temporada debido al clima extremo.
Tras los problemas de la cosecha y las fuertes lluvias que dificultaron el secado y el transporte de los granos, algunos barcos han estado esperando sus cargamentos durante más de 40 días. Eso es significativamente más lapso mayor a los siete a 15 días típicos, lo que resulta en tiempos de entrega más largos, primas más altas y costos crecientes para los compradores.
“La alineación está creciendo cuando debería estar disminuyendo en un mensaje claro de que no llega suficiente soya a los puertos”, dijo Marcos Pepe Bertoni, director de operaciones de Corredor Logistica e Infraestrutura SA en la terminal de granos de Tegram.
Los retrasos en los envíos se producen porque el mal tiempo ha golpeado los cultivos de esta temporada, con fuertes lluvias en el estado de Mato Grosso que retrasaron la cosecha incluso más de lo previsto, ya que los granos húmedos deben secarse antes de transportarlos a los puertos. Aunque la cosecha del estado está más avanzada que en esta época del año pasado, todavía está atrasada donde los expertos esperaban que estaría.
Ahora se estima que el país exporte solo 7,2 millones de toneladas este mes, según el grupo exportador de granos Anec, por debajo de la previsión de 9 millones de toneladas realizada en enero.
Esos retrasos están apareciendo en los mercados, con el aumento de los precios de la soja de Estados Unidos y Brasil. Los precios sudamericanos suelen ser los más baratos del mundo a partir de febrero, cuando comienza la cosecha, hasta la cosecha de otoño en EE.UU., pero la falta de soja disponible en Brasil ha hecho que esos precios suban.
Debido a la espera de varias semanas para cargar, algunas grandes empresas comerciales ahora están retirando cargamentos del Puerto de Santos y en su lugar los envían a puertos en el Arco Norte, como Itaqui y Barcarena. Bertoni dijo que la mayoría de los trenes que se dirigen a Santos no pueden llenar más del 60% del cronograma inicial, lo que lleva a algunos de los barcos a cambiar de puerto.
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Este artículo fue traducido por Miriam Salazar
