Bloomberg — Estados Unidos y Europa desvelaron una serie limitada de sanciones en respuesta a la última escalada de Rusia sobre Ucrania, siendo Alemania la que más lejos llegó al optar por detener el proceso de certificación del gasoducto Nord Stream 2 tras la decisión del presidente Vladimir Putin de enviar tropas a dos repúblicas separatistas autoproclamadas.
El canciller alemán, Olaf Scholz, que mantuvo una llamada con Putin a última hora del lunes, dijo que el reconocimiento por parte del líder ruso de las repúblicas separatistas en el este de Ucrania había cambiado materialmente la situación, de modo que “no se puede certificar el gasoducto ahora mismo”. Sin ella, dijo a los periodistas en Berlín, el gasoducto de Rusia a Alemania “no puede entrar en funcionamiento”.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, se congratuló de la decisión y dijo que Estados Unidos tomaría sus propias medidas el martes. Aun así, la paralización del gasoducto parece la respuesta más significativa de una oleada inicial de sanciones que se quedó corta en cuanto a medidas más dolorosas.
Nord Stream 2 es un proyecto prioritario para Putin, que ha impulsado personalmente desde su inicio. La decisión de dejarlo en el limbo demuestra la determinación de Alemania de asumir el coste económico de exigir a Putin que rinda cuentas por sus acciones, que de hecho echan por tierra años de esfuerzos diplomáticos encabezados por Berlín para llevar la paz al este de Ucrania.
Los precios del gas natural en Europa reanudaron su avance y el crudo Brent de referencia subió cerca de un 2% tras la intervención de Scholz. Los mercados se mostraron más optimistas con respecto a las demás medidas, y el índice ruso MOEX, de referencia, redujo su fuerte caída para cotizar un 1,9% más bajo y el rublo subió un 0,7% hacia las 14:30 horas en Berlín.
Rusia no dio detalles sobre cuántas tropas de “mantenimiento de la paz” podrían ir a las regiones separatistas de Donetsk y Luhansk. Estados Unidos y sus aliados siguen advirtiendo que Moscú podría iniciar pronto una invasión a gran escala, algo que Rusia niega. Los tratados que Putin firmó el lunes con los líderes separatistas permiten a Rusia desplegar fuerzas y construir bases militares en su territorio.
La medida del Kremlin elevó la apuesta con Occidente, pero hasta ahora no llega a la invasión masiva de grandes áreas del territorio ucraniano que funcionarios estadounidenses y de otros países han dicho que es posible.
Al mismo tiempo, más de 150.000 soldados rusos permanecen concentrados cerca de las fronteras de Ucrania, según estimaciones occidentales. Un alto funcionario estadounidense dijo que Rusia sigue preparándose para una acción militar que podría producirse en las próximas horas o días. Una incógnita clave es si las “fuerzas de paz” rusas se detendrán en la línea de contacto entre los separatistas y los militares ucranianos.
El portavoz de Putin, Dmitry Peskov, mantuvo la ambigüedad, diciendo que Rusia reconoce las fronteras “declaradas” por los separatistas. Las zonas escindidas controlan sólo el 30% del territorio que formaba parte de las provincias de Luhansk y Donetsk en Ucrania. El Kremlin quiere continuar las conversaciones con los países occidentales, dijo Peskov a los periodistas en una conferencia telefónica el martes.
“Rusia no se va a calmar”, dijo Alexei Chesnakov, un ex alto funcionario del Kremlin y asesor en política ucraniana. “Quiere garantías férreas de que Ucrania no entrará en la OTAN y mientras no obtenga estas garantías, la posibilidad de una escalada seguirá estando permanentemente sobre la mesa”.
El presidente Joe Biden emitió una orden ejecutiva que prohíbe la inversión, el comercio y la financiación de Estados Unidos a las regiones separatistas de Ucrania. El Primer Ministro, Boris Johnson, dijo que el Reino Unido iba a sancionar a cinco bancos -todos ellos ya sujetos a sanciones estadounidenses- y a congelar los activos de tres personas.
La Unión Europea está estudiando medidas más amplias que incluyen restricciones al acceso del gobierno ruso a los mercados y servicios financieros y de capitales de la UE, aunque el proceso deberá ser confirmado por los Estados miembros.
Por el momento, los funcionarios occidentales indicaron que el reconocimiento de Rusia no era un paso lo suficientemente dramático como para provocar las severas sanciones económicas que se amenazan en caso de una invasión a gran escala.
“Todavía no es la invasión de la que han hablado nuestros socios”, dijo el ministro de Asuntos Exteriores lituano, Gabrielius Landsbergis, a los periodistas en París. “Pero es una escalada muy pronunciada de la situación”.
Los legisladores rusos votaron el martes la ratificación de los tratados con los separatistas, abriendo el camino a un apoyo más abierto a los enclaves que Rusia ha respaldado desde su fundación. La decisión de Putin de reconocerlos efectivamente torpedea años de esfuerzos diplomáticos para implementar un acuerdo de paz para resolver un conflicto que ha matado a 14.000 personas desde que los separatistas respaldados por Rusia tomaron el control de las dos áreas en 2014.
La última medida de Rusia generó la condena de Estados Unidos, la UE y casi todos los representantes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que intervinieron el lunes por la noche. El embajador de China ante la ONU, Zhang Jun, pidió a todas las partes que actuaran con moderación.
Estados Unidos dijo que la Casa Blanca seguía abierta a una reunión entre Biden y Putin, siempre y cuando Rusia no procediera a un ataque. El secretario de Estado Antony Blinken tiene previsto reunirse con el Ministro de Asuntos Exteriores Sergei Lavrov en Ginebra el jueves para discutir la crisis.
Rusia no tiene previsto actualmente ningún despliegue militar más allá de las fronteras existentes de las zonas separatistas ucranianas que ha reconocido, según un experto político cercano al Kremlin.
“La crisis aún puede resolverse”, dijo Alexei Mukhin, director del Centro de Información Política, con sede en Moscú, que presta servicios de consultoría a la administración presidencial. Las exigencias de Rusia de detener la expansión de la OTAN y la retirada de la alianza de Europa oriental y central son sólo un punto de partida para las negociaciones sobre las garantías de seguridad en la región, dijo.
-- Con la ayuda de Daryna Krasnolutska, Kevin Whitelaw, Richard Bravo, Ksenia Galouchko, Ilya Arkhipov, Kitty Donaldson, Justin Sink, John Follain, Natalia Drozdiak, Robert Brand y David Wainer.
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