QUITO — El proyecto minero Curipamba iniciará la construcción de su mina este año, con miras a arrancar su producción de cobre, zinc, oro y plata en 2024. De esta manera, se convertirá en el tercer proyecto minero a gran escala del Ecuador. Se estima una inversión de US$ 230 millones para la construcción de la mina, ubicada en la provincia de Bolívar (centro andino del país).
La construcción avanzará “una vez que se apruebe el cambio de fase de exploración avanzada a construcción de mina y explotación, que marcará el inicio de operaciones, trabajos, permisos estatales y labores mineras”, señala un comunicado del Ministerio de Energía y Recursos Naturales No Renovables.
VEA MÁS:
Adventus Mining se hace con 75% del proyecto minero Curipamba en Ecuador
Proyecto minero Curipamba asegura US$ 235,5 millones para su desarrollo en Ecuador
La compañía minera, constituida en sus inicios con capital nacional y que ahora cuenta también con inversión extranjera, espera obtener los permisos habilitantes del Ministerio de Ambiente, de la cartera de Energía y de la Agencia de Regulación y Control de Energía y Recursos Naturales no Renovables para iniciar los trabajos respectivos.
A inicios de enero, Adventus Mining completó las formalidades para ser el propietario del 75% de Curipamba. La minera ecuatoriana Salazar Resources tiene el 25% restante. Esta asociación estratégica se dio bajo el nombre de Curimining, empresa creada para ejecutar el proyecto.
De esta manera, Adventus adquirió tres cuartos del proyecto Curipamba, con la responsabilidad de los costos de capital de desarrollo inicial y recibirá el 95% de los flujos de efectivo netos futuros de las operaciones de Curimining.
Hasta el momento, el proyecto minero Curipamba ha generado alrededor de 800 plazas de empleo, directas e indirectas. En la fase de construcción de mina, se estima generar aproximadamente 2.000 plazas de empleo directo e indirecto para el desarrollo del yacimiento Domo y beneficiar a las comunidades aledañas a las zonas de influencia.
Desde que arrancaron las operaciones mineras, hace más de 15 años, se han invertido aproximadamente US$ 80 millones entre actividades técnicas, ambientales y sociales en las que se destacan programas de salud, producción y comercialización, infraestructura vial, deporte, educación, cultura y comunicación comunitaria.