Cuentas cripto de altos rendimientos ofrecen grandes retornos, pero a mayor riesgo

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El presidente de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC por sus siglas en inglés), Gary Gensler, ha dicho en repetidas ocasiones que los mercados de criptomonedas son como el Wild West (salvaje oeste), con protecciones insuficientes para los inversores. Un grupo de trabajo presidencial ha advertido que algunas plataformas de criptomonedas estaban permitiendo a los inversores hacer apuestas arriesgadas de alto apalancamiento. Y el Departamento del Tesoro ha pedido una legislación que exija que algunos emisores de criptos estén asegurados igual que los bancos.

Sus advertencias son muy necesarias. El problema es que poca gente parece prestar atención.

Una orden de la SEC de esta semana contra BlockFi, una prominente empresa de préstamos de criptomonedas, pone de manifiesto los peligros para los inversores ordinarios que esperan obtener beneficios fáciles de las criptomonedas. En este caso, BlockFi, que promete altos rendimientos a los inversores dispuestos a prestar sus tokens digitales a la plataforma, falseó la cantidad de garantías que los terceros prestatarios habían puesto contra sus préstamos, exponiendo a los inversores minoristas originales a fuertes pérdidas potenciales. BlockFi acordó pagar una multa de US$100 millones para resolver las acusaciones de que había vendido ilegalmente cuentas con intereses sin registrarlas adecuadamente como valores en la SEC, una medida que habría requerido una mayor divulgación a los inversores.

La empresa pudo atraer a los inversores a la plataforma en primer lugar porque el año pasado anunció en su sitio web tasas de interés de hasta el 9,5%. Había advertencias en la información que acompañaba a las transacciones, una letra pequeña que muy pocos inversores se toman el tiempo de leer.

BlockFi no es el único que comercializa este tipo de productos. Una búsqueda en la web de “cuentas de criptomonedas con intereses” arroja varios anuncios que ofrecen tasas de interés anualizadas del 8% al 13% por prestar depósitos cripto. Estas tasas tan elevadas atraen inevitablemente a ahorradores vulnerables que podrían desconocer todos los riesgos que conllevan estas inversiones.

Un problema fundamental al que se enfrentan los inversores ordinarios es que las cuentas de criptomonedas de alto rendimiento no ofrecen las mismas protecciones que las cuentas bancarias y de corretaje tradicionales. La Federal Deposit Insurance Corp. cubre los fondos hasta una determinada cantidad en caso de insolvencia bancaria, mientras que la Securities Investor Protection Corp. ofrece salvaguardias similares en caso de incumplimiento de un corredor de bolsa. Pero los criptoinversores suelen estar solos.

Afortunadamente, la SEC ha empezado a tomar medidas para proteger a los criptoinversores. A principios de esta semana, la agencia emitió un boletín especial en el que advertía de que los inversores podrían sufrir pérdidas si las empresas de criptopréstamos que poseen tokens fracasan o quiebran.

Las inversiones en criptomonedas de alto rendimiento pueden funcionar bien cuando los mercados son estables. Pero, ¿qué ocurre cuando se produce una gran dislocación? Si los fondos de cobertura u otros inversores institucionales incumplen su compromiso de devolver los activos, podría causar pérdidas en cascada para los titulares de criptocuentas con intereses.

El actual mercado de criptomonedas de alto rendimiento recuerda inquietantemente a los primeros días de la crisis financiera de 2008, cuando los bancos islandeses ofrecían altos rendimientos a los inversores minoristas de todo el mundo. En ese caso, los bancos habían asumido un riesgo desmesurado en inversiones inmobiliarias cuestionables, lo que los dejó incapaces de cumplir sus obligaciones cuando los inversores empezaron a retirar su dinero en masa.

Los inversores minoristas deberían desconfiar de la promesa de rendimientos altísimos. Si suena demasiado bien para ser verdad, a menudo lo es.

Esta nota no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial o de Bloomberg LP y sus propietarios.

Este artículo fue traducido por Andrea González