Bloomberg — Mientras la ola de casos de la variante ómicron alcanzaba su punto máximo en los Estados Unidos el mes pasado, el tratamiento temprano de primera línea para pacientes de alto riesgo con Covid-19 iba quedando fuera del alcance de la mayoría ya que muy poca cantidad de la nueva píldora Paxlovid de Pfizer Inc. (PFE) llegaba a hospitales y farmacias.
Ahora, a medida que los casos caen en picada en todo el país y la compañía continúa entregando cientos de miles de dosis ordenadas por el gobierno federal a las farmacias, Paxlovid comienza a verse en abundancia. Médicos y funcionarios de salud en Nueva York, Boston, Colorado y otras áreas donde la ola de ómicron ha cedido informan que la oferta parece estar satisfaciendo la decreciente demanda.
“Hemos visto una disminución tan rápida en los casos de Covid-19 que ya no es tan necesaria”, dijo Asif Merchant, quien preside el comité de geriatría de la Sociedad Médica de Massachusetts. “Tener la disponibilidad hace tres o cuatro semanas habría hecho una gran diferencia”.
La administración del presidente, Joe Biden, ha elogiado a Paxlovid como un producto “revolucionario” que ayudará a llevar al país a la siguiente fase de la pandemia, haciendo que sea más fácil vivir con Covid-19 porque los tratamientos tempranos altamente efectivos para pacientes de alto riesgo están ampliamente disponibles. Se estima que las píldoras, que deben usarse dentro de los cinco días posteriores al inicio de los síntomas, reducen el riesgo de hospitalización o muerte en casi un 90%. Pero su fabricación tarda meses.
En Mount Sinai South Nassau en Oceanside, Nueva York, los pacientes hospitalizados con Covid-19 se redujeron a solo ocho esta semana desde 122 en el punto máximo del último aumento, dijo Aaron Glatt, quien preside el Departamento de Medicina. Si bien Paxlovid fue “extremadamente difícil de conseguir” en las semanas posteriores a su llegada al mercado en diciembre, “ahora está mucho más disponible”, aunque solo en farmacias designadas, no en todas.
El suministro es suficiente por ahora, aunque otro aumento importante podría ser abrumador, advirtió Scott Dryden-Peterson, director médico de terapia ambulatoria de Covid-19 en Mass General Brigham, un sistema hospitalario de Massachusetts que atiende a 1,5 millones de pacientes.
“Nuestro suministro es frágil”, dijo, y no puede incrementarse rápidamente debido a un proceso de fabricación complejo. Paxlovid puede ayudar a muchas personas de alto riesgo, dijo, pero “si permitimos que la epidemia se acerque a donde estaba hace unas semanas, no estarán protegidos. Ya no tendrán acceso. Así que es una línea muy fina hasta que haya suficiente suministro”.
Abundancia de píldoras
El gobierno federal rastrea a Paxlovid en un sitio web público que especifica qué farmacias lo tienen. Se espera que la oferta en EE.UU. aumente por completo alrededor de abril, a al menos 2 millones de tratamientos disponibles por mes, y el pedido completo vence a fines de septiembre.
Estados Unidos ordenó 20 millones de tratamientos de la píldora en total, junto con 3 millones de la píldora para tratar el Covid-19 de Merck (MRK), Molnupiravir, que es menos eficaz y se recomienda para su uso en circunstancias más limitadas. Pfizer ya alcanzó US$22.000 millones en contratos de Paxlovid para este año y podría ganar mucho más, según los principales ejecutivos de la compañía. China aprobó Paxlovid este fin de semana.
Otra adición al arsenal de tratamiento del Covid-19: un nuevo anticuerpo monoclonal de Eli Lilly & Co. (LLY), Bebtelovimab, que obtuvo la autorización de emergencia el viernes y parece funcionar contra la variante ómicron. El gobierno federal ha ordenado hasta 600.000 tratamientos. Otro anticuerpo monoclonal, Sotrovimab de GlaxoSmithKline Plc (GSK)y Vir Biotechnology Inc. (VIR), también combate el ómicron. Las pautas federales enumeran a Paxlovid como el preferido.
“Tienes más del medicamento y muy pocos casos, ese es el mejor lugar donde podrías estar”, dijo Glatt de Mount Sinai, quien también es portavoz de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de América.
Desenredando las restricciones
La abundante oferta contrasta con la grave escasez de hace varias semanas, dijo Dryden-Peterson de Mass General Brigham. En ese entonces, el sistema tenía que mantener toda la distribución centralizada y decidir qué pacientes la recibirían mediante sorteos que tenían en cuenta sus niveles de riesgo. “Tanto los pacientes como los médicos aprendieron que estos tratamientos eran extremadamente escasos y que solo las personas con el riesgo más alto deberían recibirlos”, dijo.
El medicamento se recomienda solo para pacientes de alto riesgo, pero la categoría es tan amplia, incluido el sobrepeso, que se aplicaría a la mayoría de los estadounidenses. Un desafío clave restante, dijo Dryden-Peterson, es evaluar a los pacientes de inmediato cuando tienen síntomas para que Paxlovid pueda tomarse dentro de los cinco días.
En todo el país, dijo Dryden-Peterson, los sistemas de salud inicialmente tenían que asegurarse de que el medicamento fuera solo para los pacientes que más lo necesitaban, “y ahora estamos tratando de deshacer algunas de las restricciones sobre esas cosas”.
El suministro de Paxlovid de Colorado, alrededor de 1.300 dosis cada dos semanas, supera la demanda, según el departamento de salud estatal. El estado también está ampliando su lista de proveedores que pueden recetar las píldoras más allá de los hospitales a las farmacias y clínicas. En Idaho, los funcionarios de salud también dicen que la demanda de Paxlovid superó la oferta el mes pasado, pero se suavizó en febrero.
En la ciudad de Nueva York, el suministro de Paxlovid es “amplio” en relación con la tasa que los médicos recetan, según Alto, una farmacia de telesalud que se asocia con la ciudad para distribuir medicamentos contra el Covid-19.
Aunque Paxlovid solo tiene aprobación de emergencia, ese estado provisional no desanima a muchos pacientes que lo necesitan, incluso a aquellos que se resisten a las vacunas, dijo Glatt de Mount Sinai. “Lo piden”, dijo. “Ellos lo piden”.
-Con la ayuda de Josh Wingrove, Cynthia Koons, Riley Griffin, Vincent Del Giudice y Juan Lauerman .
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Este artículo fue traducido por Miriam Salazar