Bloomberg Línea — La pandemia de Covid-19 demostró a la mayoría de países la importancia de poder ser autosuficientes al momento de responder a una emergencia sanitaria. Uno de los hechos que más reforzó esa idea fue y es la falta de equidad al acceso a las vacunas contra el virus.
Hasta enero de 2022, cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) estimaron que tres cuartos de las vacunas anticovid producidas en el mundo habían sido entregadas a países de ingresos altos y medios.
Y sumado a esto, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) destacó recientemente que “aunque el 63% de la población de América Latina y el Caribe ya ha sido vacunada contra Covid-19, la cobertura sigue siendo desigual, con 14 países y territorios que aún no han inmunizado al 40% de su población”.
Fue precisamente esta desigualdad la que desató las gestiones en América Latina.
Primeros pasos
Desde 2021, tres países en la región hicieron sus propias gestiones para producir o ser parte de la cadena de producción de los biológicos de las distintas vacunas que ya se producían en el mundo.
El primero en tomar la delantera fue Argentina, que a través del laboratorio Richmond logró en abril de ese año un acuerdo con el Fondo Ruso de Inversión Directa para producir la vacuna Sputnik V. Poco después se anunció que el laboratorio mAbxience fabricaría el principio activo de la vacuna de Oxford Lane Capital Corp. (OXLC) y AstraZeneca PLC-Spons ADR (AZN).
Ver más: La ANMAT aprobó la Sputnik V hecha en Argentina
En ese último hecho se involucró México, quien anunció en su momento que se encargaría con el laboratorio Liomont del proceso de envase de las vacunas de Astrazeneca que produjera Argentina. Y luego, cerca a la mitad del año, el laboratorio estatal Birmex también anunció que haría el proceso de envase de la vacuna rusa.
Como tercera punta de lanza estuvo Brasil, que a inicios de 2021 también comenzó la fabricación de vacunas contra Covid-19, proceso que estuvo liderado por el Instituto Butantan y las plantas de la Fundación Oswaldo Cruz, para la fabricación de las vacunas de Sinovac Biotech LTD (SVA) y AstraZeneca, respectivamente.
Estas acciones llevaron a los tres países a tener cierta autonomía en la administración de dosis a la población, pudiendo hacer frente a la pandemia, a la par que recibían biológicos de otros laboratorios a través de pagos y gestiones de los propios gobiernos, así como vacunas suministradas por el mecanismo Covax de la OMS para la equidad en la fabricación y adquisición de vacunas, con el que hasta este febrero se han entregado ya 100 millones de dosis en LatAm y el Caribe.
Los nuevos jugadores
Los esfuerzos de la región por conseguir una mayor autonomía sanitaria no se detienen. El anuncio más reciente lo hizo Ecuador, país que esta semana confirmó que el laboratorio chino Sinovac establecerá una fábrica de vacunas en su territorio en el mediano plazo.
El Ministerio de Salud señaló tras una reunión entre autoridades de ambos países que se acordó “la ejecución de estudios de validación económica, técnica y científica para determinar dónde será la planta”. Esta información definirá la estructuración de un contrato para el funcionamiento y la construcción de la planta de vacunas.
Y a este listado ya se sumaron otros países que buscan, algunos desde 2021, brindar la garantía a futuro de tener sus propios fármacos, aunque sea un proceso ambicioso y costoso. Estas son las apuestas:
- Brasil: en el primer semestre de 2021 el país anunció la licitación del Complejo Industrial de Biotecnología en Salud, prometiendo que será el laboratorio con mayor capacidad de fabricación de biológicos de LatAm, con una inversión inicial que supera los US$620 millones.
- Chile: en agosto del año pasada el país confirmó la instalación de dos plantas para la fabricación de vacunas del laboratorio chino Sinovac, invirtiendo US$60 millones y buscando producir 50 millones de dosis al año. Las plantas entrarían a funcionar este año y también podrían producir fármacos contra la influenza y la hepatitis B.
- Colombia: en los primeros días de febrero de 2022, se iniciaron las obras para la planta de VaxThera, la cual espera empezar operaciones en 2023 y que se encargará del llenado de viales con vacunas y finalización del proceso de envasado del medicamento para su distribución, investigación, desarrollo, producción y comercialización de vacunas y biológicos estratégicos. Perteneciente al Grupo Sura, comenzó a trabajar en el desarrollo de una vacuna llamada Univax, contra el Covid-19-
- Cuba: el país inauguró en noviembre pasado el Complejo Industrial Biotecnológico CIGB-Mariel, que busca no solo responder a la coyuntura de Covid-19, sino también a proveer tratamientos contra el cáncer, diabetes, enfermedades autoinmunes e infecciosas. La planta estará dedicada una buena parte del tiempo a la producción de Abdala, pero también se ha concebido incrementar capacidades y trabajar con respecto a las vacunas de la serie Soberana
- Perú: también en septiembre del año anterior, el presidente Pedro Castillo anunció la llegada de una planta de producción de vacunas rusas Sputnik V que se pondría en funcionamiento en 2023.
Los esfuerzos propios
No solo se trata de la producción de vacunas de farmacéuticas internacionales. En la región también hay múltiples proyectos para el desarrollo de vacunas propias contra la enfermedad del SARS-CoV-2. Los biológicos más avanzados los tienen México y Cuba, quienes ya han presentado resultados en diferentes fases.
En México, se aseguró esta semana que la vacuna Patria es un biológico “seguro y tiene potencial inmunogénico” al finalizar la fase 1, según Conacyt y el Laboratorio mexicano Avimex. La fase 2 para probar la vacuna está abierta desde diciembre de 2021 y busca nuevos voluntarios.
Entre tanto, la isla del Caribe ha producido tres vacunas de diseño propio: Abdala, Soberana 02 y Soberana Plus, que tuvieron aprobación de emergencia en el país en 2021 y que buscan en el primer trimestre de 2022 el visto bueno de la OMS.
Finalmente, con corte al 15 de febrero, la OMS indicó que en el mundo hay 195 candidatas a vacunas contra Covid-19 en fase de desarrollo preclínico y 143 proyectos de vacuna en desarrollo clínico.
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