Por Matheus Mans para Mercado Bitcoin
São Paulo - Cada vez es más difícil hablar de criptoactividades sin mencionar los NFT, en español los tokens no fungibles, que han ido ganando terreno en el mundo de las criptomonedas. Permiten registrar cualquier objeto real en la blockchain para luego venderlo como inversión: obras de impacto social, entradas de todo tipo, películas y ahora también música.
La escena musical mostró las posibilidades del mercado de tokens no fungibles en enero de este año, cuando el rapero estadounidense Nas vendió dos de sus canciones como tokens: Ultra Black, del álbum King’s Disease, y Rare, del álbum King’s Disease II. Ahora, todas las ganancias de las canciones se repartirán entre el cantante y los poseedores de las tokens.
En otras palabras: las canciones tienen ahora una alternativa más de inversión. Por un lado, los músicos ponen sus obras en plataformas que venden tokens no fungibles, ofreciendo comprar los derechos de autor. Por otro lado, los inversores apuestan por canciones con potencial de revalorización. El resultado es la financiación para los artistas y el beneficio para los que invierten en las tokens.
Mercado fuerte
“A medio y largo plazo, es un mercado muy fuerte. Después de todo, veremos el movimiento internacional de los inversores en derechos de autor de la música. Esto generará un interesante flujo de dinero hacia lugares donde no hay una financiación tan fuerte de las producciones musicales”, contextualiza Felipe Veloso, economista y fundador de Cripto Mestre, una escuela enfocada a las inversiones y al emprendimiento mediante la tecnología blockchain.
Muchas empresas ya se están moviendo con la vista puesta en este nicho. Royal, una plataforma fundada por el DJ Justin “3LAU” Blau, recibió una inversión de US$16 millones en 2021 con la propuesta de tokenizar la música. También existe Audius, una plataforma de streaming de música que permite al artista colocar sus obras directamente en la tecnología blockchain.
Con la apertura de este nuevo mercado, el debate sobre los derechos de autor cobra protagonismo. En Brasil, por ejemplo, el Consejo Administrativo de Defensa Económica (CADE) sigue teniendo un sistema de recaudación de derechos de autor muy analógico, que perjudica al artista, al sello discográfico e incluso a la entidad. Con este movimiento de NFTs, se acaba simplificando.
Cambio en la industria
Cuando un artista intenta vender una canción como NFT, todo queda registrado en la blockchain mediante contratos inteligentes. Si se reproduce en el entorno digital, especialmente en plataformas como Audius, los derechos de autor se contabilizan rápidamente. Hay menos pérdidas a medida que todo se vuelve más inteligente y automatizado.
“La industria musical va a cambiar mucho. Es un movimiento que empieza lentamente, pero que luego debería crecer exponencialmente”, valora Tasso Lago, experto en criptomonedas y fundador de Financial Move, un portal de educación financiera “Además, es algo que aporta seguridad. Es un contrato que no está en papel, sino en la blockchain, y no puede ser modificado sin el consenso de los titulares.”