Lo que un conflicto en Ucrania significaría para el petróleo, el gas y alimentos

Aquí hay un vistazo a las posibles consecuencias para las materias primas clave en caso de que las tensiones se conviertan en hostilidades reales

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Bloomberg — Las tensiones por Ucrania están entrando en un período crítico, elevando los precios de las materias primas clave para la economía mundial y aumentando la presión sobre los gobiernos que ya luchan contra la inflación creciente.

Estados Unidos advirtió que Rusia podría atacar a su vecino esta semana, a pesar de que Moscú ha negado repetidamente que tenga planes de invadir. Los mercados han estado al límite durante semanas, y un conflicto real (o sanciones a Rusia) podría aumentar aún más los precios de la energía y los alimentos, y llevar a Europa a una gran crisis de suministro.

El petróleo crudo se acerca a los US$100 el barril y el gas en Europa subió el lunes. El aluminio se dirige hacia un máximo histórico y el paladio ha subido este año, mientras que el trigo continúa al alza.

La crisis “podría generar un efecto mariposa, haciendo que los precios de las materias primas se disparen a medida que se multiplican los problemas de suministro”, dijeron analistas de Bloomberg Intelligence en un informe reciente. “Las sanciones podrían dar paso a una escasez de alimentos y energía, lo que haría que los precios de ambos se dispararan”.

Con los operadores y los legisladores examinando cada movimiento y comentario en el enfrentamiento, aquí hay un vistazo a las posibles consecuencias para las materias primas clave.

Golpe al gas

Uno de los mayores impactos hasta ahora ha sido en los mercados de gas de Europa. Las tensiones geopolíticas se han visto amplificadas por los suministros ya limitados de Rusia y existencias por debajo del promedio, con precios en la región que casi se quintuplicaron el año pasado.

Un conflicto propiamente dicho podría interrumpir los volúmenes masivos que Rusia envía a Europa, aproximadamente un tercio de los cuales atraviesan Ucrania. Las sanciones podrían afectar el comercio y evitar que un nuevo gasoducto, Nord Stream 2, lleve gas ruso a Europa. Todo eso podría tener un gran impacto en la recarga de inventarios en el verano, lo que también dificultaría el próximo invierno. Los precios podrían aumentar aún más y hacer que la economía de Europa se tambalee. Rusia también perdería enormes cantidades de ingresos.

Aún así, muchos piensan que es poco probable que los suministros de gas se vayan a cortar, o siquiera reducir de manera significativa.

Alimentos y fertilizantes en riesgo

Una víctima importante podría ser el aumento de los precios de los alimentos. Ucrania y Rusia son pesos pesados en el comercio mundial de trigo, maíz y aceite de girasol, lo que deja a los compradores de Asia a África y Medio Oriente vulnerables a un escenario donde el pan y la carne sean más caros si se interrumpe el suministro. Eso se sumaría a los costos de los productos básicos alimentarios que ya son los más altos en una década.

Cuando Rusia se anexionó Crimea en 2014, los precios del trigo aumentaron, aunque los envíos no se vieron afectados sustancialmente. La participación de Rusia y Ucrania en las exportaciones mundiales ha aumentado desde entonces, y naciones como Egipto y Turquía dependen del granero del Mar Negro.

Hasta el momento los cargamentos siguen fluyendo libremente y no hay indicios de interrupciones significativas. Pero si eso sucediera, los mercados globales, que ya están lidiando con la reducción de las reservas de granos, podrían experimentar más déficits.

Rusia es también uno de los mayores exportadores del mundo de los tres principales grupos de fertilizantes. Cualquier corte en el suministro puede provocar un aumento en los precios de estos nutrientes, que ya son altos, lo que afectará el rendimiento de los cultivos y provocará una mayor inflación de los alimentos.

Crisis de metales

Los comerciantes también están sopesando el riesgo de interrupción de las exportaciones rusas de metales, incluidos aluminio, níquel, paladio y acero, incluso cuando los analistas enfatizan que atacar a los productores rusos directamente con sanciones sería un acto contraproducente para Occidente. Las sanciones de EE.UU. contra United Co. Rusal provocaron turbulencias en el mercado del aluminio en 2018 y es posible que los formuladores de políticas no quieran arriesgarse a que se repita.

Pero si Rusia queda aislada del sistema de pago internacional Swift como parte de cualquier sanción, ralentizaría el flujo de fondos y afectaría las exportaciones. Cualquier interrupción en los flujos de gas también podría exacerbar los problemas de los productores de metales en Europa que han estado recortando la producción en respuesta a los altos precios de la energía.

Incluso las interrupciones de corta duración podrían tener un impacto enorme en un momento en que los fabricantes ya enfrentan una escasez crítica de metales, desde aluminio hasta zinc. Las consecuencias podrían ser particularmente dramáticas en el mercado del paladio, donde Rusia representa alrededor del 40% del suministro mundial.

El país es menos dominante en metales básicos, pero sigue siendo uno de los principales proveedores del mundo. JPMorgan (JPM) estima que representa entre el 4 y el 6% de la producción mundial de refinado de cobre, aluminio y níquel.

Subida de petróleo

Cualquier interrupción en los flujos de petróleo de Rusia, en un momento donde otros países tienen una baja capacidad ociosa, podría hacer que los precios suban fácilmente. Los analistas de JPMorgan incluso han probado la posibilidad de un aumento a US$150. Los precios en Londres se acercan a los US$100 el barril. Sanciones adicionales además de las que ya afectan a la industria petrolera de Rusia podrían hacer que el petróleo suba mucho más rápidamente.

A ese precio, el impacto en la economía mundial podría ser debilitante. Es una razón por la que muchos no esperan que las sanciones sean tan severas que los flujos de petróleo se vean significativamente afectados. Además, Arabia Saudita y algunos otros en el Medio Oriente podrían potencialmente llenar el vacío.

Aún así, los comerciantes siguen nerviosos. Alrededor de la mitad de las exportaciones de petróleo y condensado de Rusia se dirigen a Europa. Las interrupciones podrían causar estragos y obligar a cambiar las rutas comerciales.

--Con la ayuda de Dina Khrennikova, Eddie Spence, Anna Shiryaevskaya,Yuliya Fedorinova, Grant Smith, Elena Mazneva y Olga Tana.

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Este artículo fue traducido por Miriam Salazar