Bloomberg — Los maestros de las escuelas públicas de Puerto Rico terminaron el jueves una huelga, luego de que el gobierno aceptara aumentar su salario base, hacer permanente un nuevo aumento de US$1.000 al mes y entablar negociaciones sobre las pensiones.
“El compromiso que nos hicieron es que volverán a los salones y dejarán las calles”, dijo el secretario de Estado, Omar Marrero, tras salir de las negociaciones con los grupos de maestros que han inundado el Viejo San Juan durante los últimos dos días.
Entre los compromisos, el gobernador Pedro Pierluisi aceptó aumentar el salario base de los maestros de US$1.750 a US$2.700 mensuales e incorporar aumentos salariales para los que obtengan títulos avanzados. El lunes, el gobierno dijo que utilizaría fondos federales temporales para proporcionar un aumento salarial de US$1.000 al mes a todos los profesores a partir de julio. El jueves, Marrero dijo que ese incremento también se hará permanente.
No está claro cómo el Estado Libre Asociado, que está saliendo de la bancarrota, pagará los aumentos. Cuando se le preguntó, Marrero dijo que las nóminas del gobierno son una “prioridad absoluta” en las negociaciones presupuestarias anuales y, por tanto, están prácticamente garantizadas.
En noviembre, la junta designada por el gobierno federal que supervisa las finanzas de la isla dijo que la ley que aumenta los salarios básicos tenía mérito, pero “propone gastar dinero que el Estado Libre Asociado no tiene, sin los correspondientes ahorros o nuevos ingresos”.
Maestros, bomberos y otros trabajadores del sector público empezaron a salir a las calles la semana pasada para exigir mayores salarios en medio del alza de los precios al consumo en Estados Unidos y en la isla caribeña de 3,3 millones de habitantes.
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Este artículo fue traducido por Andrea González
