Las grandes corporaciones están lejos de cumplir con las metas de cero emisiones

Amazon, Google y IKEA se encuentran entre las empresas con baja integridad en sus compromisos climáticos. Carrefour, Nestlé y Unilever, en la peor calificación

Un artículo en caja es escaneado en una cinta transportadora en un centro de distribución de Amazon.com Inc. en Swindon, Reino Unido.
11 de febrero, 2022 | 02:13 PM

Bloomberg Línea — Las grandes multinacionales están cada vez más sujetas a llamados de la comunidad internacional para que se responsabilicen del impacto climático de sus actividades e impulsen acciones sostenibles frente al calentamiento global.

Aunque la mayoría de ellas cuenta con estrategias y objetivos climáticos públicos que, según dicen, las ponen en camino a reducir significativamente su huella de carbono, o incluso eliminarla, en la práctica la realidad no es tal.

Amazon (AMZN), Enel (ENEL), Google (GOOGL), IKEA, Volkswagen (VOW3N) y Walmart (WMT) se encuentran entre las empresas que muestran “poca o baja integridad” en cuanto a sus principales compromisos climáticos cero neto o de carbono neutral. Carrefour, Nestlé (NESN) y Novartis (NVSN), en tanto, tienen una integridad “muy baja”, siendo Unilever (ULN) la peor calificada.

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Las conclusiones se desprenden de un informe conocido como Monitor de Responsabilidad Climática Corporativa 2022, realizado por NewClimate Institute en colaboración con Carbon Market Watch. El documento evalúa las estrategias climáticas de 25 firmas globales, su transparencia e integridad, y hasta qué punto logran un verdadero liderazgo climático corporativo.

El Monitor de Responsabilidad lleva a cabo su análisis a partir de cuatro áreas principales de acción: seguimiento y divulgación de emisiones, establecimiento de objetivos, reducción de emisiones propias y responsabilidad por las emisiones no disminuidas a través de compensaciones climáticas.

La huella total de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de estas empresas, según datos de 2019, equivale a aproximadamente el 5% del total de las emisiones globales. En su conjunto han comprometido de manera específica a reducir solo menos del 20% de su huella de emisiones.

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Afirmaciones sin fundamentos

La promesa de Amazon de tener cero emisiones de carbono para 2040 continúa sin estar fundamentada en algún objetivo explícito de reducción de sus propias emisiones, y con un papel importante previsto a través de compensaciones. Actualmente, la plataforma de comercio electrónico está tomando medidas proactivas -afirma el estudio- para probar una serie de tecnologías de descarbonización, especialmente la electricidad renovable y el transporte, pero los planes a mediano y largo plazo para otras fuentes de reducción de emisiones siguen sin estar claros.

El compromiso principal de IKEA es ser “climáticamente positivo” para 2030, pero esto incluye sólo un compromiso de reducción de emisiones del 15%, lo cual debilita la integridad de sus estrategias.

La investigación encontró que los objetivos de Nestlé y sus declaraciones de compensación son “incoherentes y engañosas”, cuestiones que socavan significativamente su integridad de visión a largo plazo y su estrategia global. El objetivo provisional de reducir las emisiones en un 50% para 2030 puede significar realmente sólo una reducción del 18% en comparación con su huella de emisiones de 2018.

Unilever ha fijado un objetivo de cero neto para 2039 que supuestamente cubre todos los ámbitos de emisiones, pero sus actividades específicas no llegan a todas las áreas.

“Nos propusimos descubrir tantas buenas prácticas replicables como fuera posible, pero quedamos francamente sorprendidos y decepcionados por la integridad general de las afirmaciones de las empresas”, dijo Thomas Day del NewClimate Institute, autor principal del estudio.

“A medida que aumenta la presión sobre las empresas para que actúen sobre el cambio climático, sus titulares que suenan ambiciosos a menudo carecen de sustancia real, lo que puede inducir a errores tanto a los consumidores como a los reguladores que son fundamentales para guiar su dirección estratégica”, acentuó Day. “Incluso las empresas a las que les está yendo relativamente bien exageran sus acciones”.

Compromisos explícitos

La empresa naviera danesa Maersk obtuvo el primer lugar, con una integridad razonable, seguida de Apple, Sony y Vodafone con integridad moderada.

Sin embargo, ninguna compañía calificó con el mayor grado de “alta integridad” del análisis.

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“Maersk se posiciona como un actor líder en el sector del transporte gracias a sus esfuerzos proactivos, pero aún no ofrece una trayectoria clara para descarbonizar las emisiones de la demanda de electricidad, cuya importancia es probable que aumente con el cambio a los combustibles alternativos”, explica el estudio.

Trece empresas que cuentan con compromisos explícitos se comprometen en promedio a reducir en solo un 40% las emisiones de toda su cadena de valor, y el resto de las marcas analizadas ni siquiera muestra acciones específicas para alcanzar su año objetivo cero neto, de acuerdo con el reporte que agrega que muchas de las promesas se ven socavadas por planes polémicos para reducir las emisiones en diferentes lugares, información crítica oculta y trucos contables.

Solo tres empresas, Maersk, Vodafone y Deutsche Telekom, muestran compromisos específicos y claros con los que se comprometen a una descarbonización profunda de más del 90%.

“Los anuncios engañosos de las empresas tienen un impacto real en los consumidores y los legisladores. Nos engañan haciéndonos creer que estas empresas están tomando medidas suficientes, cuando la realidad está lejos de hacerlo”, dijo Gilles Dufrasne de Carbon Market Watch. “Sin mayor regulación, esto continuará”.

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El monitor encontró que los objetivos planteados para 2030 están muy por debajo de la ambición necesaria para alinearse con los objetivos acordados en el Acuerdo de París y evitar los efectos más perjudiciales del cambio climático.

El límite de 1,5 °C requiere una reducción de emisiones mundiales de CO2 de aproximadamente un 45% respecto a los niveles de 2010 para 2030, para alcanzar un estado de emisiones globales netas de CO2 en torno a 2050, y de cero emisiones de todos los gases de efecto invernadero entre 2060 y 2070, y a partir de entonces, emisiones netas negativas.

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El estudio identificó ejemplos de prácticas de liderazgo climático como el trabajo que está realizando Google para desarrollar herramientas innovadoras para conseguir energía renovable de alta calidad en tiempo real, y Maersk y Deutsche Post están realizando importantes inversiones en tecnologías de descarbonización para el transporte y la logística. Sin embargo, “todavía existe un amplio potencial para que las empresas reproduzcan y amplíen estas mejores prácticas emergentes”.

Identificar y promover el verdadero liderazgo climático y distinguirlo del lavado verde -refiere el análisis- es un reto clave que, si se aborda, tiene el potencial de desbloquear una mayor ambición global de mitigación del cambio climático a través de una innovación acelerada y de un intenso escrutinio regulatorio.

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