Bloomberg — El Banco Central de Brasil se abstuvo de dar una orientación específica sobre la rapidez con la que reducirá el ritmo de los aumentos de tasas de interés más agresivos del mundo, aduciendo la mayor incertidumbre del mercado.
“La incertidumbre particularmente elevada sobre los precios de importantes activos y materias primas, así como la etapa del ciclo de ajuste, llevó al Comité a considerar más adecuado, en este momento, no señalar la magnitud de sus próximos ajustes”, escribieron los miembros del Comité de Política Monetaria, o Copom, en las actas de la reunión del 1 y 2 de febrero, publicadas el martes.
Los encargados de la política monetaria reiteraron que es apropiado realizar ajustes adicionales a un ritmo más lento en sus próximas reuniones de tasas, dentro de su estrategia para “lograr un ajuste monetario suficiente y garantizar la convergencia de la inflación en el horizonte pertinente, así como el anclaje de las expectativas de inflación a largo plazo”.
El comité de política monetaria, encabezado por Roberto Campos Neto, subió la semana pasada la tasa de interés en 150 puntos básicos, ampliando un ciclo de alzas que ya suma 875 puntos básicos. El banco enfrenta persistentes presiones inflacionarias, incluso cuando la economía más grande de América Latina lucha contra la recesión.
Los miembros del comité estiman que la inflación se mantendrá por encima de su objetivo tanto este año como el próximo, en medio del persistente aumento de los precios de los bienes industriales y una aceleración de los precios de los servicios. “A la luz de este resultado, el Copom volvió a concluir que el ciclo de endurecimiento monetario será más contractivo que el utilizado en el escenario de referencia durante todo el horizonte pertinente”, según las actas.
La inflación anual probablemente alcanzará el 10,39% en enero, según una encuesta de Bloomberg entre economistas antes de la publicación de los datos el miércoles. Los analistas también prevén aumentos de los precios al consumidor por encima del objetivo del 3,50% este año y del 3,25% en 2023.
Si el banco sube las tasas para controlar las expectativas de inflación, corre el riesgo de perjudicar una economía que entró en recesión en el tercer trimestre. Aunque algunos indicadores clave, como la producción industrial, han mostrado señales de recuperación, la mayoría de los analistas estiman que el producto interno bruto solo crecerá un 0,3% este año ante los persistentes problemas en las cadenas de suministro mundiales.
Al mismo tiempo, las preocupaciones fiscales de los inversionistas están pasando a primer plano, ya que el Gobierno de Jair Bolsonaro está evaluando una propuesta para reducir los precios de los combustibles, lo que probablemente añadiría presión a las cuentas públicas, impulsaría las expectativas de inflación y frenaría el mejor comienzo anual del real en una década. Su principal competidor, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, también ha señalado que su programa se centrará en aumentar el gasto público.
En las actas, los encargados de la política monetaria citaron la incertidumbre sobre el futuro del marco fiscal de Brasil, que puede elevar la prima de riesgo y las tasas neutrales. “El Comité observa que incluso las políticas fiscales que tienen un efecto a la baja sobre la inflación a corto plazo pueden causar un deterioro de las primas de riesgo del país, aumentar las expectativas de inflación y, en consecuencia, tener un efecto al alza sobre la inflación prospectiva”, escribieron.
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