Colombia — Un aumento de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) en los próximos meses y durante el 2022 llevaría a los bancos de las economías emergentes a enfrentar diferentes riesgos por la depreciación de las monedas locales y la alta dolarización de dichas economías, según explicó Moody’s Corp. (MCO).
“A medida que aumentan las tasas de interés de EE. UU., es probable que el flujo de capital hacia las economías emergentes se desacelere, lo que pesa sobre el crecimiento económico en esos países y el debilitamiento de sus monedas”, explicó analista AVP en Moody’s, Lev Dorf.
Según el informe, la depreciación de las monedas locales y la presión que causaría el aumento de tasas de la Fed, crearía en los bancos altamente dolarizados un deterioro de la calidad de los activos, mayores pérdidas crediticias, erosión del capital y condiciones financieras menos estables.
“Las tasas de interés estadounidenses más altas harán que los mercados emergentes sean menos atractivos para inversionistas internacionales, lo que podría empujar a la baja el valor de sus monedas. Esto corre el riesgo de aumentar el valor real de su deuda y costos de endeudamiento”, detalla el informe de la calificadora de riesgo.
Para Dorf, en las principales economías emergentes de Europa y América Latina, los bancos, los hogares y las empresas tienen una parte sustancial de sus activos y ahorros en dólares estadounidenses, lo que suele “reflejar un historial de inestabilidad política y macroeconómica y alta inflación”.
Y pese a que una rápida depreciación de las monedas locales puede tener algunos efectos positivos, según el estudio, como apoyar las exportaciones, reducir los déficits en cuenta corriente e impulsar la economía, “para los bancos altamente dolarizados agrava las pérdidas crediticias, reduce la rentabilidad y presiona el financiamiento”.
Lo que viene en la región
Según Moody’s, cuando la dolarización ya se ha afianzado en las economías emergentes, “puede ser difícil revertirla”. Tal es así que “los datos de las últimas dos décadas muestran que en países que enfrentaron severas crisis económicas o políticas y frecuentes depreciaciones de la moneda, la dolarización se ha mantenido alta”.
Hasta septiembre de 2021, Uruguay fue el país de este tipo de economías con una mayor tasa de dolarización, la cual llegó al 76%. “No esperamos que la alta tasa de dolarización del país disminuya en los próximos años”, precisa la agencia.
Sobre Perú, la calificadora dice que “la dolarización ha caído significativamente desde principios de 2000, y esperamos una caída continua en la moneda extranjera, basados en la sólida credibilidad del banco central peruano”.
En tanto, sobre Argentina, que tiene un 16% de dolarización según el informe, la agencia no espera una recuperación significativa en los depósitos en moneda extranjera dado que la confianza del mercado sigue siendo débil después de las elecciones de 2019, cuando la dolarización rodeaba el 40%.
“Esperamos que el peso argentino continúe depreciándose a través de 2022-2023 en medio de una inflación muy alta. Las considerables tenencias de activos líquidos de los bancos, tanto en moneda local como extranjera, brindan cierta protección”, puntualiza el informe sobre ese país.
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