Bloomberg — Hay un número vertiginoso de candidatos que se presentan a las elecciones presidenciales de este domingo en Costa Rica. Unos 25 en total, según el último recuento.
Entre ellos hay maestros de escuela, médicos, abogados, un agricultor y un cantante evangélico, y, por supuesto, políticos de carrera. Pero uno de ellos en particular, José María Villalta, de 44 años, ha provocado inquietud entre la clase adinerada de la capital, San José.
Esto se debe a que Villalta es un socialista del mismo molde que Gabriel Boric, el candidato que acaba de ganar la presidencia de Chile prometiendo revisar la economía de libre mercado del país. Su partido político, el Frente Amplio, comparte incluso el mismo nombre que el de Boric.
Villalta no está en primer lugar en las encuestas, ese lugar pertenece al expresidente José María Figueres, pero con el apoyo de alrededor del 8% de los costarricenses, tiene una oportunidad de clasificarse para la segunda vuelta entre los dos primeros clasificados el domingo. Y para los costarricenses adinerados que han visto cómo el cambio político se extiende por una región golpeada por la pandemia, esa posibilidad es inquietante.
“Si llega al gobierno, la fuga de capitales y la crisis económica serían una realidad”, dijo Gerardo Corrales, exCEO del banco BAC San José.
Diputado y antiguo líder de protestas estudiantiles, Villalta llamó una vez a su ideología “Socialismo a la Tica”. (Tica es un término para referirse a los costarricenses.) Se opuso al tratado de libre comercio con Estados Unidos, al fin del monopolio estatal de las telecomunicaciones y al actual programa con el Fondo Monetario Internacional. El año pasado fue el único diputado que votó en contra de una moción de condena a la represión gubernamental en Cuba.
La oficina de prensa de Villalta no respondió a un correo electrónico en busca de comentarios.
Según su manifiesto de 260 páginas, Villalta quiere que Costa Rica se transforme en una economía “formada por un gran número de empresas privadas de propiedad y gestión cooperativa”. Ha pedido que se apliquen impuestos a los beneficios extraordinarios de las empresas financieras, a las grandes herencias y a los flujos de capital de “dinero caliente”. También dice que regularía los precios de los medicamentos.
Hay al menos una pieza de ortodoxia económica en su plataforma: la promesa de hacer que el gasto público sea justo y “sostenible”.
Para llegar a la presidencia tendrá que superar a candidatos del grupo de poder como Figueres, que promete acelerar el crecimiento económico con una oleada de inversiones extranjeras y al evangélico Fabricio Alvarado, que acusó a Villalta de promover “las mismas ideas que arruinaron a otras naciones latinoamericanas.”
Las urnas en Costa Rica se abrirán a las 6:00 a.m. del domingo. Si ningún candidato obtiene más del 40%, la segunda vuelta se celebrará el 3 de abril.
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Este artículo fue traducido por Andrea González