Festivales que muestran que la música y la sostenibilidad pueden hacer dueto en LatAm

Casos como los de Bahidorá, en México; y Envision, en Costa Rica; dan muestra de la acción ambiental que se puede hacer a través de la música y el arte

Noche 1 en Bahidorá 2020.
06 de febrero, 2022 | 12:01 AM

Bloomberg Línea — En el Carnaval Bahidorá de 2020 algo novedoso que captó la atención de Emilia, una de las miles de personas que asistieron a aquella edición del festival musical, fue el puntual cuidado del medio ambiente mientras las personas conectaban con la música y las diferentes actividades del festival en una experiencia que la hará volver a la próxima edición en puerta.

Bahidorá, que se lleva a cabo en el parque natural Las Estacas, en el estado central de Morelos, México, ha sido el primer festival latinoamericano en contar con el reconocimiento de Green Music Initiative, plataforma que promueve una industria musical respetuosa con el medio ambiente y recompensa las estrategias de sustentabilidad de los festivales a nivel global.

En Las Estacas, que pertenece a la reserva ecológica Sierra de Montenegro, brota el río Yautepec, un manantial de aguas cristalinas ricas en minerales, que se convierte en el hogar del encuentro donde se dan cita la música, el arte, el conocimiento y las prácticas en torno a la sostenibilidad que buscan cubrir las actividades actuales sin comprometer el futuro de siguientes generaciones logrando un equilibrio entre crecimiento económico, cuidado del medio ambiente preservando la biodiversidad y los recursos disponibles y bienestar social, según Naciones Unidas.

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El carnaval, que comenzó en 2013, apuesta por entregar una experiencia de reflexión buscando generar una cultura ambiental en los asistentes que luego sea reproducida en su día a día, dice el equipo organizador.

El proyecto, que no es el único en la región, cobra relevancia en uno de los países del mundo donde más música se consume: México es el único país latino en formar parte del ránking 2019 de los principales mercados de música en vivo que más ingresos generan, con una suma de US$182 millones, de acuerdo con Statista.

“Los festivales son plataformas para demostrar la sostenibilidad en acción. Bahidorá nos invita a estar presentes y conscientes”, dice a Bloomberg Línea su equipo de Sustentabilidad.

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Aunque “América Latina aún es muy nuevo en esto, con pocos festivales que hagan cosas increíbles”, afirma la consultora Camila López, “hay mucho que explorar y organizar como industria”.

Compensar la huella de carbono

Entre flores, psicodelia y sol, el carnaval reducirá y compensará al 100% la huella de emisiones CO2 por séptima edición mediante certificados de captura de carbono. La adquisición de estos certificados en 2020 significó un monto de 42.000 pesos mexicanos (US$1.971,83) y los organizadores estiman una cantidad similar para este año.

La huella del evento de 2019 fue de 90 toneladas. Para compensarla se le requirió sembrar árboles a lo largo de una hectárea en los bosques del estado de Chiapas. “La edición 2020 se reforestó con 1.125 árboles una superficie de 2.25 hectáreas en la reserva de la Biósfera el Ocote al colaborar con la organización Scolel’te”, dice el equipo.

Según Impact0, consultora mexicana para el desarrollo sostenible, más de 700 toneladas de carbono han sido compensadas durante cuatro ediciones a través de la reforestación. Otra herramienta es el hecho de que más de 5.000 personas han sido transportadas en camiones que facilita el festival con el objetivo de evitar una huella mayor.

Otro de los ejes con los que Bahidorá trabaja son los residuos. Mientras en 2015 se reciclaron 350 kilos, cinco años después el número aumentó a 14.000 kilos. “Podías encontrar muchos botes de basura orgánica e inorgánica y había personal limpiando constantemente, nunca vi ningún tiradero de basura (acumulada), y la zona del río todo súper bien (con el cuidado)”, dice Emilia. “Incluso, había muchas personas que llevaban sus termos”.

En la edición 2017 se realizó una lombricomposta (fertilizante alto en nitrógeno) con desperdicios de alimento no procesado que desplazó el uso de fertilizantes artificiales en la reserva, proyecto que continúa vigente. Asimismo ha estado reciclando el aceite de cocina para transformarlo en biodiesel.

Alianzas y purpurina

La purpurina, que se ha convertido en el toque fundamental de los outfits para los festivales, es sinónimo de microplásticos que, en este caso, termina en el río, donde llegan a ser consumidos por la fauna. En consecuencia, Bahidorá también trabaja en fomentar cosméticos responsables con el medio ambiente.

Además, las y los artistas se presentan en escenarios sostenibles que se elaboran a partir de elementos como bamboo y materiales y metales reciclados.

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En su próxima edición en febrero, Bahidorá llegará con una alianza aún más fuerte de la mano del Festival Glastonbury, con el que ha estado trabajando en estrategias desde 2014, para desarrollar dos proyectos con expertos de la industria del entretenimiento y la sostenibilidad.

Siendo el único festival de música ganador del programa Cultura Circular del British Council México, Bahidorá llevará a cabo un simposio con especialistas del Reino Unido, quienes compartirán propuestas y soluciones explorando el papel de los festivales contemporáneos como plataformas para contribuir con el desarrollo sostenible. De este esfuerzo buscan tejer una red de festivales sostenibles en América Latina y Reino Unido, con Carnaval de Bahidorá y The Common Glastonbury al frente.

Un informe de Powerful Thinking de 2015, basado en 279 festivales de verano en Reino Unido, encontró que la industria genera 20.000 toneladas de CO2 al año o 100.000 toneladas de este gas incluyendo los viajes de los asistentes. Además, se producen 23.500 toneladas de residuos y se consumen cinco millones de litros de combustible diésel.

Otros escenarios verdes

Camila López encuentra en el festival Envision, que se vive en la selva de Costa Rica, otro ejemplo “muy bien posicionado en el campo de la sustentabilidad”.

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“Promovemos soluciones regenerativas para que los huéspedes se vayan con las herramientas y la inspiración para integrar prácticas sostenibles en sus propias vidas, negocios y comunidades”, se lee en el sitio web del encuentro, cuya próxima edición fue pospuesta hasta 2023 por la pandemia.

Envision se caracteriza por ofrecer un programa de experiencias holísticas y educativas y, por animar a los asistentes a asistir con sus propios utensilios y botellas reutilizables para ser usadas a lo largo del festival.

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Todos los alimentos y bebidas que se ofrecen son orgánicos y se fabrican con productos locales, mientras que los talleres impartidos cubren temas como la permacultura, el empoderamiento indígena y la curación por medio de plantas.

Envision creó la fundación Somos el Cambio para trabajar con acciones como la educación ambiental, la reforestación y la limpieza de playas incluyendo la participación de escuelas locales, entidades gubernamentales y voluntariado en general.

Festivales masivos en la región como el Vive Latino, el Corona Capital, Lollapalooza, Cosquin Rock, Rock in Rio y Tomorrowland también han estado reformulando su organización con un sentido sostenible.

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El Corona Capital, también en México, es el primer festival masivo en ser certificado en la ISO 20121 “Gestión de la Sostenibilidad en eventos” en Latinoamérica. Ha implementado espacios para comercializar productos sostenibles y ha lanzado una línea de mercancía oficial con material reciclados, 50% algodón y 50% PET.

Asimismo, la cerveza que disfrutan los asistentes se sirve ahora en vasos de fécula de maíz compostable y ha implementado la recolección de colillas de cigarro dentro del festival.

Cosquin Rock, en Argentina, actualmente utilizar tecnología LED para reducir el consumo energético. El festival dijo que este año contará con puestos de carga de batería para celulares alimentados con paneles solares y quedará prohibido el uso de popotes o pajillas.

Cosquín se une a la separación de desechos e instalará puntos de ecocanje, donde se podrá llevar una ecobolsa llena de colillas de cigarrillos o sobrecitos de aderezos que las personas encuentren a su paso. En las inmediaciones del río también se encontrarán ecopuntos para llevar la basura generada durante el día.

"La fiesta y la montaña"

Rock in Rio, en Brasil, un mega encuentro que cobró un sentido más fuerte durante el gobierno de Jair Bolsonaro, incrédulo del cambio climático; también cuenta con una norma del reciclaje del 100% de los desechos.

En 2019, montó NAVE, una experiencia multisensorial enfocada en despertar la consciencia y la voluntad de las personas para transformar al mundo en un lugar más empático y sustentable.

Además, realizó una subasta de guitarras autografiadas y artículos de músicos que se presentaron para financiar un proyecto de reforestación en la Amazonía, que desde 2016 ha plantado tres millones de árboles, según un comunicado.

En ese mismo año, Relaciones Internacionales de Argentina, Naciones Unidas Argentina y el Programa Ciudadanía Global del Ministerio de Educación de la Ciudad, estuvieron presentes en la sexta edición del Lollapalooza compartiendo con los asistentes información sobre la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en el espacio denominado Espíritu Verde, que ha contado con el apoyo de ese organismo mundial desde 2014, y donde también se realizan diferentes talleres como huerta y cocina orgánica, por ejemplo, programas de reciclado y prácticas de conservación.

Lollapalooza.

Los asistentes tuvieron la oportunidad de realizar diversas actividades en torno a la sustentabilidad organizadas por los organismos.

Así como Cosquín Rock, el Lollapalooza optó por instalar el Rock And Recycle Point, un stand donde el público puede tomar una bolsa, llenarla de material reciclable a su paso y llevarla de vuelta para a cambio recibir una carga en Cashless (pulsera que se utiliza para ingresar al festival) como forma de retribución por participar en esta labor.

La organización A Greener Festival ha entregado capacitación a algunos festivales mexicanos a través del British Council, aunque aún queda pendiente establecer un estado de la relación en cuanto a festivales verdes se refiere frente al total de estos eventos musicales debido a que este campo está iniciando en la región.

Pero el primer paso se ha dado con la llegada de la sostenibilidad hasta los escenarios musicales, prácticas que poco a poco son adoptadas por los organizadores, y por los asistentes que pueden bailar todo el día mientras cuidan el medio ambiente.

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