Bloomberg — El Gobierno de Venezuela y Chevron Corp. están en conversaciones preliminares para dar a la empresa un mayor control de algunas operaciones a cambio de un alivio de la deuda, mientras los líderes socialistas del país intentan aumentar la producción a pesar de las sanciones de Estados Unidos.
El presidente de la unidad de Chevron en Venezuela, Javier La Rosa, y el titular de la petrolera estatal PDVSA, Asdrúbal Chávez, han participado en las conversaciones, según dos personas con conocimiento del asunto. Sin embargo, antes de que se pueda llegar a un acuerdo, Chevron necesitaría una exención especial del Tesoro de EE.UU. que le permita entablar negociaciones más formales.
La compañía está solicitando simultáneamente la licencia a la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Tesoro, que supervisa las sanciones extranjeras, según una tercera persona con conocimiento de la situación. Los cuatro campos que Chevron y PDVSA operan en conjunto producían más de 200.000 barriles antes de las sanciones, en contraste con la producción actual de 140.000 barriles diarios.
“Seguimos realizando nuestros negocios de acuerdo con el marco actual de sanciones proporcionado por la Oficina de Control de Activos Extranjeros de EE.UU.”, señaló el portavoz de Chevron, Ray Fohr, en un comunicado en respuesta a las preguntas. Dijo que la compañía no comenta sobre rumores o especulaciones.
Un funcionario del Tesoro declinó hacer comentarios, mientras que un portavoz de PDVSA no respondió de inmediato a los mensajes enviados.
Las conversaciones con Chevron revelan cómo el Gobierno del presidente Nicolás Maduro está dispuesto a ceder parte de su preciada industria petrolera a empresas externas en su intento de aumentar la producción hasta su objetivo más reciente de dos millones de barriles diarios. Mediante el uso de contratistas locales y la importación de crudo ligero de Irán, el país ha logrado incrementar más del doble la producción, a alrededor de 800.000 barriles diarios desde el mínimo de siete décadas que alcanzó en 2020. Empresas extranjeras como Chevron son fundamentales para que el país pueda bombear más.
En uno de los escenarios que se están discutiendo, PDVSA mantendría el control financiero de las empresas conjuntas con Chevron, pero cedería el liderazgo operativo en asuntos como la contratación, la contabilidad, el pago a los proveedores de servicios y las decisiones técnicas, según las fuentes citadas. A cambio, Chevron aumentaría sus ingresos de las empresas y deduciría esas ventas de los más de US$3.000 millones que le debe PDVSA, dijeron las personas.
Las deudas se relacionan con antiguas inversiones y ventas de Chevron que no pudo contabilizar debido a las sanciones.
Las conversaciones comenzaron hace unos tres meses, según una de las personas. Chevron y PDVSA se reúnen regularmente para tratar asuntos relacionados con sus operaciones conjuntas, que están permitidas por las sanciones.
Cuatro empresas
La compañía, con sede en San Ramón, California, es una de las pocas grandes petroleras que mantiene operaciones en Venezuela. La francesa TotalEnergies SE, la noruega Equinor ASA y otras se han retirado en su mayoría en los últimos años a medida que las condiciones en el país se deterioraban y los riesgos de operar aumentaban debido a las sanciones económicas de EE.UU. implementadas por primera vez en 2017.
Chevron tiene una participación minoritaria en sus cuatro empresas conjuntas con PDVSA y opera bajo una licencia del Tesoro que le permite hacer lo mínimo para preservar los activos y proteger a los empleados. La licencia de Chevron expira en junio y la empresa solicitó una renovación que le permita vender su producción venezolana a EE.UU., dijeron las personas.
Conforme a la ley venezolana, las empresas extranjeras no pueden poseer más del 49,9% de las operaciones. Chevron tiene participaciones de entre el 25% y el 39% en las empresas conjuntas, que representaron aproximadamente el 17% de la producción de PDVSA en enero.
Chevron y PDVSA también han discutido un escenario bajo el cual EE.UU. alivia algunas sanciones a la industria petrolera. En ese caso, PDVSA cedería a Chevron su participación mayoritaria en las empresas mixtas. Tal cambio requeriría modificar la legislación venezolana, según una de las personas.
Las restricciones estadounidenses han congelado en la práctica las actividades de Chevron en Venezuela desde abril de 2020. Se le prohíbe invertir para aumentar la producción o cobrar los ingresos de las ventas conjuntas, dejando que se acumulen las deudas. Las empresas estadounidenses tienen prohibido realizar transacciones financieras con el Gobierno o sus agencias en virtud de las sanciones.
Funcionarios estadounidenses han dicho que están abiertos a discutir el alivio de las sanciones si el Gobierno de Maduro se compromete a poner fin a la crisis política y celebrar elecciones justas. Hasta el momento, EE.UU. no ha realizado ningún cambio en su política. El líder de la oposición venezolana, Juan Guaidó, que cuenta con el apoyo del Gobierno del presidente Biden, dijo la semana pasada que un alivio de algunas sanciones está sobre la mesa.