Bogotá — El próximo martes comenzará un nuevo pulso entre los accionistas del Sura y Nutresa, contra los banqueros caleños Jaime y Gabriel Gilinski.
En un primer round por el control de las principales empresas del Grupo Empresarial Antioqueño los Gilinski triunfaron y se quedaron con participaciones muy relevantes de las dos compañías, aunque aún insuficientes para ser los máximos accionistas.
A pesar del éxito que tuvieron en las primeras OPAs por Sura y Nutresa, Gilinski aún no logra el peso que quiere en las composiciones accionarias de cada una de las empresas.
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Hay total certeza de que en la OPA por Sura ni Argos ni Nutresa le vendieron. Es decir, hay un 40,76% de las acciones que se sabe en manos de quiénes están. Sin embargo, no hay claridad de quienes fueron los vendedores dado que Sura, pasados 22 días del fin de la OPA, no le ha revelado al mercado cómo quedó la composición accionaria de la compañía.
Hay que aclarar que hay seguridad de que los fondos de pensiones vendieron, pero por la falta de información de Sura, no se sabe si las ventas de estos fueron totales o parciales. Sin embargo, es probable que fueran parciales.
Bajo el hipotético de que los fondos hubiesen guardado el 30% de sus acciones en cada una de las compañías, hoy el cuarto mayor accionista de Sura sería Cementos Argos.
Sin embargo, salvo que los banqueros caleños lograran acuerdos con propietarios de Grupo Argos, Nutresa y Cementos Argos, estas acciones se descarta que pasen a control de los Gilinski.
Otro de los que, por su cercanía y relación con el GEA, no habría vendido es el Grupo Corbeta, en donde Manuel Santiago Mejía es la cabeza más visible y a quién los Gilinski tendrían que entrar a seducir o negociar para que vendiera su 2,14%.
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Esa, junto con las participaciones de Fundación Grupo Argos (2,28%), y Fundación Fraternidad Medellín (1,09%) son las posiciones más relevantes dentro de los que permanecen como accionistas de la empresa.
Los demás accionistas, asumiendo que o no vendieron o solo vendieron una parte, tienen participaciones menores al 0,7%, como es el caso de Seguros Bolívar, que antes de la primera OPA era dueño del 0,32%.
En Nutresa el escenario es similar. Grupo Sura y Argos, controlan el 45,05% y en la primera oportunidad dijeron no a la venta. El precio mejoró de UST7,71 a US$10,48, sin embargo, lo más probable es que se mantengan en su idea de no vender en lo que hayan dicho es un precio menor al que consideran vale la compañía.
Es decir, que el siguiente accionista, asumiendo que no vendió, es Microinversiones SAS, que tiene el 2,37%, y a este le siguen, (excluyendo los fondos que ya no tendrían la misma cantidad de acciones tras la primera OPA) y Libreville SAS, con 1,2%.
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Los demás accionistas tienen entre 0,94%, Amalfi, y 0,47%, Norges Bank-CB New York. El resto de las acciones la familia Gilinski tendrá que buscarlo entre los minoritarios, que tienen el 23,97% de Nutresa.
Es decir, si Argos, Sura y las empresas ligadas a estas se mantienen en su postura de no vender, a Gilinski le tocará buscar el 22% de la empresa entre casi todos los minoritarios, aunque aún, por falta de información de Nutresa, no se sabe qué porcentaje de la compañía tienen tras la primera OPA.
Lo cierto es que a falta de saber quiénes son hoy los principales 25 accionistas, tanto de Sura como de Nutresa, los Gilinski intentarán convertirse en el mayor accionista, así no ostente una posición de control. A partir de ahí comenzará una nueva historia para el GEA y las empresas con las que se asocia.