Alrededor de 8 de cada 10 personas en Latinoamérica vive en sus grandes ciudades, siendo ésta la segunda región más urbanizada del mundo. Esa simple variable la convierte en tierra fértil para el desarrollo de la nueva era del sector automotriz: los vehículos eléctricos.
El escenario para este cambio en el tipo de movilidad se completa con una región donde se encuentra la mayor producción de cobre y tiene las reservas de litio más grandes del mundo, así como otros minerales clave para la producción de este tipo de vehículos y las baterías necesarias para que funcionen. De hecho, la región tiene el potencial de proporcionar 22 veces las necesidades de electricidad de toda la economía global, según la ONU.
Es importante destacar que América Latina también está experimentando una transformación en su matriz energética, más allá de la movilidad, que intenta dejar atrás los suministros convencionales para emigrar a las energías limpias.
La Asociación Nacional de Movilidad Sostenible (ANDEMOS) dio a conocer que entre enero y marzo de 2021 se vendieron en la región un total de 22.181 automóviles sustentables, los cuales incluyen: vehículos eléctricos (BEV) 1170, híbridos enchufables (PHEV) 1070 e híbridos (HEV) 19.491 híbridos. Los líderes por segmento son Colombia en 100% eléctricos y México en las dos clases de híbridos.
En tanto, a nivel mundial, según las proyecciones realizadas por Statista, 2021 habría arrojado una venta total de 3,5 millones de unidades eléctricas, es decir el 66% de las comercialización de vehículos en general.
En lo que tiene que ver con la red pública de cargadores, China tenía más de 800.000 cargadores de vehículos eléctricos de acceso público en 2020, es decir un 80% de dichos cargadores en el mundo. Estados Unidos ocupó el segundo lugar: se instalaron 82.263 cargadores lentos y alrededor de 16.700 cargadores rápidos en todo el país.
Según Statista, se estima que había 4,5 millones de automóviles eléctricos en uso en China en 2020, por ello el país ha centrado la inversión en la infraestructura de carga, en particular en las instalaciones de carga rápida.
En el resto del mundo, la extensión de las redes de carga pública aún son incipientes. En Latinoamérica, por ejemplo, para 2020 había una red de 1.292 estaciones de carga públicas, aunque se espera que el crecimiento de éstas se acelere fuertemente con la incursión de más automóviles.
“Nos encontramos en un momento bisagra en el que el ecosistema se está consolidando cada vez más, y esperamos ver su crecimiento durante los próximos años. De hecho, según un estudio que llevamos a cabo desde Nissan (NSANY), el 80% de los latinoamericanos está abierto a considerar la compra de un vehículo eléctrico”, dice a Bloomberg Línea Guy Rodríguez, presidente y managing director de Nissan América del Sur. “Si bien la adopción de esta tecnología es menor en América Latina en comparación a otros mercados más desarrollados como Europa, desde Nissan estamos participando en ese crecimiento sostenido, y esto se debe también a que los usuarios son cada vez más conscientes y eligen tecnologías sustentables”.
La estadounidense General Motors (GM) está en el mismo rumbo. “Tenemos el compromiso de ser una empresa neutra de emisiones de CO2 para el 2040 para nuestros autos e instalaciones. Además de ratificar estos compromisos, en la última edición del CES se refrendó el compromiso de General Motors para lograr y liderar una Movilidad Triple Cero: cero colisiones, cero emisiones y cero congestionamientos; y se presentó una nueva gama de productos impulsados 100% por energía eléctrica así como la visión de movilidad autónoma de nuestra empresa y que estamos buscando que alcance, junto a aliados estratégicos, a todas las plataformas de movilidad incluyendo la industria naviera, logística, aeronáutica, ferroviaria y hasta espacial”, explica Federico Ovejero, vicepresidente de General Motors para Argentina, Paraguay y Uruguay.
El desarrollo automotriz, el cambio en la matriz energética y la generación de nuevas fuentes de energía tienen la capacidad de fomentar la creación de empleo y riqueza a lo largo de cadenas de valor, repercutiendo en las sociedades y el medio ambiente.Pero para ello, el desarrollo también tiene que darse en materia de políticas públicas, legales y financiación.
“La transición hacia una movilidad más limpia y sin emisiones es clave para alcanzar la meta fijada por Bruselas de neutralidad en carbono para 2050. Desde esta perspectiva, el transporte eléctrico tiene el potencial de garantizar la seguridad del suministro energético, y ampliar el uso de fuentes de energía renovables y libres de carbono”, explica el último reporte de movilidad eléctrica en Latam y el Caribe realizado por Move, el programa para el medio ambiente de la ONU.
Según detalla el organismo, América Latina y el Caribe representan el 15% de sus emisiones de CO2, por lo que el paso hacia la movilidad eléctrica es vital para alcanzar los objetivos medioambientales mundiales.
Objetivos de impacto
El presidente y director ejecutivo para América Latina y el Caribe de Toyota Motor Corp. (TM), Masahiro Inoue estima que en 2030 se venderán alrededor de 6 millones de automóviles en América Latina y el Caribe, sin contar a México, de los cuales aproximadamente la mitad irán a Brasil. Si bien esto representa un crecimiento del 40% en comparación con los niveles de 2021, se espera que solo el 5% de esos automóviles sean eléctricos. Alrededor del 10% serán híbridos enchufables, mientras que casi el 40% serán los llamados autos híbridos flexibles, o aquellos que tienen un motor eléctrico combinado con un motor de combustión que puede funcionar con gasolina o etanol.
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Para ampliar esa oferta, durante 2020, varios países de América Latina y el Caribe actualizaron sus NDCs, que son la herramienta para medir la contribución de cada uno de ellos en la lucha contra el cambio climático y establecieron objetivos más ambiciosos, para evitar un incremento en la temperatura media global por encima de los 1.5 grados Celsius. “En este sentido, la movilidad eléctrica se alinea, y es instrumental, con los objetivos y acciones climáticas. Se integra en las estrategias de desarrollo productivo, del incremento de uso eficiente de la energía, la digitalización del transporte, la movilidad sostenible, y la mejora de la calidad de vida en las ciudades”, explica el informe de Move.
Es así que 27 de los 33 países de la región han priorizado el sector transporte como un elemento clave para alcanzar sus metas en reducción de emisiones.
Según el último relevamiento, Colombia actualizó sus compromisos en 2020 y determinó el transporte como prioridad. Específicamente, se comprometió a la creación de un marco habilitante de regulación de las tarifas eléctricas y de especificaciones vehiculares. Así se propuso generar un mercado para la introducción de 600.000 vehículos eléctricos.
Argentina, por su parte, propuso una cadena productiva en torno al hidrógeno como parte de su transición energética hacia el 2030, y la promoción de vehículos livianos con tecnologías de bajas emisiones como vehículos híbridos y eléctricos como parte de las líneas prioritarias en materia de transporte.
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Chile aumentó los objetivos para alcanzar en 2050 la electrificación del 100% de la flota de taxis y vehículos de transporte urbano, y hasta un 58% de los vehículos privados y comerciales. También presentó su Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde, que propone el uso de este vector en seis aplicaciones prioritarias hasta 2025, tres de estas correspondientes al transporte, como por ejemplo camiones mineros, camiones pesados de ruta y buses de larga autonomía.
Brasil, por su parte, estableció una meta de reducción de emisiones totales del 43% para 2030, así como el objetivo de alcanzar la neutralidad de carbono al 2060. Para ello menciona el incremento de la capacidad de producción de biocombustibles para el transporte.
Enchufados
“La electrificación de la industria automotriz es una realidad y continuará creciendo aceleradamente en los próximos años. El compromiso asumido por las marcas con la sostenibilidad de la sociedad y, en este mismo marco, el cuidado del medioambiente es muy claro y prometedor”, dice Rodríguez, quien destaca el trabajo junto a socios de negocio, compañías del sector y el ámbito público para crear un ecosistema inteligente de movilidad integrada.
Es por eso, que a mediados de 2018, concretaron un acuerdo entre Nissan Chile y la Universidad de Chile cuyo objetivo es promover la movilidad eléctrica, así como el análisis, evaluaciones y proyectos que la beneficien. Al mismo tiempo, firmaron un memorándum de entendimiento entre Nissan Brasil y la Universidad Federal de Santa Catarina, una de las principales del país, para estudiar soluciones futuras de las baterías usadas de los EVs en agosto del 2018. Poco después, en 2019, llevaron adelante un acuerdo con el Instituto Tecnológico de Buenos Aires para trabajar en la transferencia de conocimiento y tecnología aplicada para la promoción y desarrollo de vehículos eléctricos.
Ese mismo año introdujeron en la región el 100% eléctrico Nissan LEAF. “Tenemos un fuerte compromiso con impulsar la electromovilidad. En 2021, Nissan LEAF se posicionó como líder de ventas de eléctricos en Brasil. De igual forma, LEAF fue el vehículo eléctrico más vendido en Chile y Argentina de los segmentos de vehículos de pasajeros y SUVS donde también realizamos la primera instalación Vehicle to Grid con la Agencia de Sostenibilidad Energética. También, fuimos la primera marca automotriz en desarrollar junto con IPEN (Instituto de Pesquisas Energéticas e Nucleares), el primer prototipo de vehículo propulsado por una pila de combustible de óxido sólido (SOFC), que funciona con electricidad generada a partir del uso de bioetanol”, detalla Rodríguez.
En la misma frecuencia, durante los últimos días del año, Toyota presentó su nueva gama de vehículos eléctricos a batería. Su presidente y CEO, Akio Toyoda, anunció que la compañía ofrecerá 30 modelos eléctricos en 2030, de los que planea vender 3,5 millones de unidades; a la vez que Lexus se convertirá en una marca 100% eléctrica en 2035.
El nuevo bZ4X, estará disponible en el mercado latinoamericano este año y se espera la llegada de los nuevos vehículos de la serie bZ (Beyond Zero): un SUV, un SUV compacto, un SUV urbano crossover, un sedán de tamaño medio y un segundo SUV de tamaño grande.
La estrategia de electrificación de Toyota incluye cuatro tecnologías: los vehículos híbridos, los híbridos plug-in, los vehículos eléctricos a batería y los vehículos de celdas de combustible (FCEV), impulsados por hidrógeno”, destaca un comunicado de la automotriz.
La apuesta de GM es lanzar en la región vehículos 100% eléctricos y asequibles a esos mercados. Un ejemplo es el Chevrolet Bolt EV, que se convirtió en el mercado brasileño en el vehículo más vendido en su categoría durante el primer semestre de 2021. “En GM estamos trabajando para lograr que todo nuestro portfolio de vehículos sea 100% eléctrico para el 2040, y nuestra región es parte de esa estrategia. Vamos a madurar en la región sobre la base de nuestra plataforma Ultium que permite reducir 60% los costos de las batería, y con ello hacerla más asequible para nuestros mercados, con la finalidad de potenciar y liderar la oferta de la movilidad sustentable”, destaca Ovejero.
Para todo público
La app de transporte Beat es la primera en desplegar una flota de autos eléctricos en la región. En octubre de 2020, en la ciudad de México lanzaron Beat Tesla, un modelo de negocio en el segmento de ride hailing con el que son dueños de la flota de autos eléctricos más grande de América Latina.
“Se trata de un modelo híbrido en el que coexiste el negocio de Beat Tesla con conductores contratados y flota privada propia, con el modelo tradicional que hace parte de la economía colaborativa”, cuenta Alejandro Arbelaez, regional general manager de nuevos verticales en Latam. “La misión de Beat es desarrollar tecnología que permita una movilidad urbana segura y sostenible. Deseamos elevar la experiencia del cliente en el transporte a niveles sin precedentes y por eso creemos que el futuro de la movilidad solo puede ser sustentable”.
La Ciudad de México fue la elegida por ser una de las cinco grandes ciudades del mundo, donde se hacen 27 millones de traslados, de los cuales el 25% corresponde a vehículos privados. A este dato se suma que el promedio de contaminación por partículas suspendidas de 2020 fue de 18,8 microgramos por metro cúbico, más de tres veces más de lo que ahora se considera deseable por la OMS.
“En relación al impacto positivo en el medioambiente, Beat Tesla cuenta con un modelo de Cero Emisiones, por lo que cada viaje se ahorra grandes cantidades de C02: Por ejemplo, en un año, se ha evitado la emisión de 460,374.58 kg de CO2, por lo que evita que 75,000 árboles procesen esos gases nocivos”, detalla Arbelaez.
La flota de autos eléctricos está conformada por el modelo Tesla 3 que obtuvo cinco estrellas de cinco en la evaluación del National Highway Traffic Safety Administration (NCAP), es decir que posee el respaldo de una de las agencias de seguridad de vehículos más estrictas del mundo.
“Se viene realizando un trabajo sostenido para asegurar el crecimiento de la electromovilidad en la región, con grandes avances en diferentes países. Para que sea una realidad, es necesario que como industria continuemos moviéndonos al mismo ritmo, no solo las automotrices, sino también los fabricantes de baterías, de componentes tecnológicos, así como equipos capacitados para este tipo de vehículos, entre otros. De esta manera podremos crear un ecosistema robusto de electromovilidad, que permitirá un verdadero cambio en los hábitos de los conductores latinoamericanos”, concluye Rodríguez.
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