Pobreza extrema en América Latina se dispara a niveles no vistos en casi 30 años: Cepal

En contraste, la riqueza de millonarios latinoamericanos creció en un 41% entre 2020 y 2021, de acuerdo con el informe más reciente del organismo

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Bloomberg Línea — El segundo año de la pandemia de Covid-19 aumentó las condiciones de vulnerabilidad de los países de América Latina, llevando a la pobreza extrema en la región a niveles que suponen un retroceso de 27 años, de acuerdo con un informe de la Cepal.

“Pese a la recuperación económica experimentada en 2021, los niveles estimados de pobreza y de pobreza extrema se han mantenido por encima de los registrados en 2019, lo que refleja la continuación de la crisis social”, señala el informe Panorama Social de América Latina 2021 de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

La tasa de pobreza extrema en la región se elevó de un 13,1% de la población en 2020 al 13,8% en 2021, lo que significa que cinco millones de personas vieron un deterioro en su situación, elevando la cifra a un total de 86 millones.

La pobreza extrema, según la Cepal, guarda estrecha relación con carencias como la desnutrición, la mortalidad, la falta de educación y de acceso a agua y saneamiento, a las que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) agrega el rezago educativo, el acceso a los servicios de salud, así como a los servicios básicos de la vivienda y alimentación.

Una persona que se encuentra en situación de pobreza extrema dispone de un ingreso tan bajo que, aun si lo dedicase por completo a la adquisición de alimentos, no podría adquirir una canasta básica que incluye tanto alimentos como no-alimentos, por lo que se queda sin los nutrientes necesarios para tener una vida sana.

La recuperación económica de 2021, que causó cierta euforia en algunos países, no ha sido suficiente para mitigar los profundos efectos sociales y laborales de la pandemia, estrechamente vinculados a la desigualdad de ingreso y género, a la pobreza, a la informalidad y a la vulnerabilidad en que vive la población”, expresó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, durante la presentación virtual del informe desde Santiago de Chile.

Mientras tanto se estima que la tasa de pobreza general habría disminuido ligeramente, del 33% al 32,1% de la población, es decir, de 204 a 201 millones de personas, ubicándose en un nivel similar al de finales de la década de 2000.

Argentina, Colombia y Perú son los países que alcanzaron los “niveles más altos” en pobreza extrema, tocando o excediendo los 7 puntos porcentuales, detalla el informe. En Chile, Costa Rica, Ecuador y Paraguay creció entre 3 y 5 puntos porcentuales y en Bolivia, México y la República Dominicana, creció menos de 2 puntos porcentuales.

Brasil fue el único país de la región que experimentó una disminución de la pobreza y la pobreza extrema.

Bárcena destacó que las transferencias de ingresos de emergencia que realizaron los gobiernos de la región mitigaron de forma significativa un alza que habría sido aún mayor. “La pobreza extrema habría aumentado 1,8 puntos porcentuales más sin estas transferencias, que en los últimos 10 meses de 2020 representaron un gasto de US$89.700 millones”, pero, “en los primeros 10 meses de 2021 fue la mitad: US$45.300 millones”.

Por ende, el aumento de la pobreza extrema es consecuencia de la reducción de estas transferencias en algunos países, “que no alcanzaría a ser compensada por el incremento esperado de los ingresos del empleo”, y por ello la secretaria ejecutiva de Cepal llamó a mantener las transferencias monetarias de emergencia durante este año o hasta que la crisis sanitaria esté controlada.

El informe de la Cepal destaca que persisten las brechas de pobreza en áreas rurales y en pueblos indígenas, cuyos niveles de pobreza ascendieron al 52,1% en 2020; así como en la niñez, donde la tasa de pobreza alcanza el 47%, 2,7 veces superior a la registrada en el grupo de 65 años y más.

Además, encontró que la proporción de mujeres sin ingresos propios también sufrió un aumento, y si se excluyen las transferencias no contributivas del Estado, la cifra se habría elevado a un 36,7%.

“La crisis ha evidenciado la vulnerabilidad en que vive buena parte de la población en los estratos de ingresos medios, caracterizados por bajos niveles de cotización a la protección social contributiva y muy baja cobertura de la protección social no contributiva”, afirmó Bárcena.

¿Y los millonarios?

En contraste, luego de experimentar una baja del 19% en su patrimonio entre 2019 y 2020, las personas millonarias en siete países de América Latina aumentaron su fortuna en un 41% entre 2020 y 2021.

Lo que condujo a un saldo positivo para los multimillonarios de la región, que incrementaron su riqueza en un 14% entre 2019 y 2021.

En la región, 104 personas poseen, en promedio, un patrimonio de US$446.600 millones, lo que es alrededor del 11% del Producto Interno Bruto (PIB) de los siete países en los que viven, con la mayor presencia en Chile, Brasil y México.

Al 2020, los “superricos” poseían alrededor del 3% de la riqueza total de los hogares de sus países, y las mayores concentraciones se observaban en la Argentina (4,7%) y el Brasil (3,8%).

El documento de la Cepal sostiene que la desigualdad aumentó entre 2019 y 2020, con lo que se frenó la tendencia decreciente que venía observándose desde 2002. El Coeficiente de Gini -utilizado internacionalmente para medir la distribución del ingreso- aumentó en 0,7 puntos porcentuales para el promedio regional entre 2019 y 2020.

Finalmente, la región presenta el mayor número de defunciones informadas por Covid-19 a nivel global (1.562.845 hasta el 31 de diciembre), lo que representa el 28,8% del total fallecimientos informados en el mundo, pese a que la población de la región apenas asciende al 8,4% del total mundial.

“Sin control de la crisis sanitaria la recuperación económica no será sostenible”, advierte la Cepal.

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