Pago al FMI profundiza división dentro del Gobierno de Argentina

Continúan las diferencias entre el presidente Alberto Fernández y el ala más radical del Frente de Todos.

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Bloomberg — La inminente fecha límite de Argentina para realizar el viernes un pago de más de US$700 millones al Fondo Monetario Internacional está poniendo en evidencia la creciente división dentro de la coalición gobernante.

Los desacuerdos públicos en el Gobierno del presidente, Alberto Fernández, con su ala más radical sugiriendo que el país podría optar por entrar en default con la organización con sede en Washington, llegan al tiempo que el ministro de Economía, Martín Guzmán, lidera las negociaciones con funcionarios del FMI para refinanciar el pago de más de US$40.000 millones en deuda pendiente.

Durante meses, la coalición ha discutido sobre cómo resolver la carga récord de deuda heredada de la Administración anterior del presidente Mauricio Macri. Estar de acuerdo con el FMI implicaría un ritmo más rápido de recortes de gastos impopulares con una elección presidencial programada para el próximo año. Pero el incumplimiento con el organismo podría dañar aún más la economía argentina con una inflación de 51% anual.

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Argentina planea proponer un equilibrio fiscal primario en 2026 en lugar de la meta anterior de 2027 como parte de las conversaciones con el staff del FMI, según personas familiarizadas con el asunto que pidieron no ser nombradas porque las negociaciones son privadas. Por su parte, los negociadores del FMI están presionando para alcanzar el equilibrio fiscal sin pagos de intereses en 2025, dijo una de las personas consultadas.

La división en relación al pago es el último episodio de desacuerdos entre Fernández y la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, quien gobernó la nación de 2007 a 2015 como jefa de Estado. En septiembre, Kirchner criticó abiertamente a Fernández por la gran derrota de la coalición en una votación primaria de mitad de período, culpándolo por su estrategia económica.

Leopoldo Moreau, un legislador leal a Kirchner, dijo que no pagarle al FMI el viernes no sería el fin del mundo para Argentina. “Nosotros no proponemos el default, pero nos empujan al default”, dijo en una entrevista radial el miércoles, en comentarios que se hicieron eco de al menos otros dos aliados de Kirchner ese mismo día.

El ministro de Producción, Matías Kulfas, un funcionario cercano a Fernández, rechazó rápidamente la sugerencia y el jueves calificó los comentarios, como los de Moreau, de irresponsables.

“Estoy convencido de que es mucho mejor para la Argentina hacer un acuerdo que nos permita seguir creciendo a, como escucho por ahí, no hacer ningún acuerdo”, señaló Kulfas. “Esa hipótesis no está validada por la realidad”, agregó.

La vocera del presidente, Gabriela Cerruti, evitó tomar partido durante su conferencia de prensa en Buenos Aires este jueves. Cerruti no quiso confirmar si el Gobierno hará o no el próximo pago.

Reservas insuficientes

Si bien el pago del viernes no es grande, las reservas internacionales netas de Argentina ascienden a solo US$1.800 millones, según estimaciones de la consultora Anker Latinoamerica, con sede en Buenos Aires. Mientras tanto, en un intento por reforzar esas reservas, el Gobierno estudia solicitar a China una expansión de su swap bilateral de divisas en yuanes, dijeron a Bloomberg News personas familiarizadas con la solicitud a principios de esta semana.

En total, Argentina necesita devolver al FMI unos US$19.000 millones de dólares este año, una cantidad que, según Fernández, el país no puede pagar, de ahí la necesidad de llegar a un acuerdo que retrase los pagos. La subdirectora gerente del FMI, Gita Gopinath, dijo a principios de esta semana que el Fondo está adoptando un enfoque flexible y pragmático para Argentina y que espera ver pronto avances en las conversaciones.

Mientras tanto, los mercados están valorando una mayor probabilidad de que el país caiga en otro default. Una nación que no paga ingresa en lo que el FMI considera oficialmente como “arrears”.

Los bonos extranjeros de Argentina con vencimiento en 2030 retrocedieron el jueves a alrededor de 31 centavos por dólar estadounidense, permaneciendo justo por encima de un mínimo histórico alcanzado a principios de esta semana. El rendimiento adicional que exigen los inversionistas para mantener los bonos soberanos de la nación, en promedio, sobre los bonos del Tesoro de EE.UU. aumentó en 20 puntos básicos a 1.916 puntos básicos, según datos de JPMorgan Chase & Co., muy por encima del umbral para que la deuda se considere en dificultades.

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