Equipo de Biden dice que escasez mundial de chips se extenderá hasta 2022

Informe de Comercio: la cadena de suministro de semiconductores “sigue siendo frágil”

La escasez global de semiconductores que ha afectado a la producción de autos en todo el mundo este año está dejando a las salas de exposición con pocos modelos para mostrar
Por Jenny Leonard y Ian King
25 de enero, 2022 | 03:47 PM

Bloomberg — El gobierno del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, concluyó que la escasez mundial de semiconductores persistirá hasta al menos la segunda mitad de este año, lo que supondrá una presión de largo plazo para una serie de empresas estadounidenses, como los fabricantes de automóviles y la industria de la electrónica de consumo.

Las autoridades estadounidenses planean investigar las denuncias de un posible aumento de precios de los semiconductores o chips ,utilizados por los fabricantes de dispositivos médicos y de automóviles, dijo el martes la secretaria de Comercio, Gina Raimondo.

“No estamos ni siquiera cerca de estar fuera de peligro en lo que respecta a los problemas de suministro de semiconductores”, dijo Raimondo en una sesión informativa con periodistas en la que se discutieron las conclusiones de un informe de la industria que su agencia realizó y que fue publicado el martes.

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El informe, basado en información de más de 150 empresas en la cadena de suministro de chips, muestra que “existe un desajuste significativo y persistente en la oferta y la demanda de chips”. Las empresas no ven que el problema se resuelva en los próximos seis meses, según el informe.

El informe del Departamento de Comercio pone de manifiesto las limitadas opciones de que dispone el gobierno de Biden para responder a la crisis, que ha provocado retrasos en la producción de dispositivos electrónicos y despidos en la industria automovilística. La escasez de chips es también un factor clave en el aumento de la inflación, que ha puesto en aprietos a la Casa Blanca del presidente Biden y amenaza con contribuir a que el Congreso pase a estar controlado por los republicanos en las elecciones intermedias de noviembre.

El inventario promedio ha caído de 40 días a menos de 5 días, lo que no deja margen para el error, dijo Raimondo.

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Cualquier interrupción para los fabricantes en el extranjero, como un brote de Covid-19 o un incidente relacionado con el clima, podría provocar el cierre de la producción y licencias en EE.UU.

“La cadena de suministro de semiconductores sigue siendo frágil”, señala el informe, a pesar de los meses de trabajo de la administración Biden para intentar aliviar la escasez. “La demanda sigue superando con creces la oferta”.

La mayoría de los ejecutivos de la industria han advertido que la escasez no disminuirá hasta la segunda mitad de este año, y algunos productos seguirán retrasándose por la escasez de piezas hasta 2023. Si bien es posible que la industria nunca pueda escapar de su naturaleza de montaña rusa, el auge de la demanda actual puede durar hasta 2025.

Según el informe, la escasez está afectando especialmente a los sectores de dispositivos médicos, banda ancha y automoción. Las autoridades estadounidenses tienen previsto centrarse inmediatamente en resolver los cuellos de botella en esas cadenas de suministro, según el informe.

La administración también investigará los posibles precios abusivos de ciertos tipos de semiconductores que han tenido “precios inusualmente altos” durante la crisis de suministro, según el informe de Comercio. Raimondo dijo que son los intermediarios, en particular en los sectores del automóvil y de los dispositivos médicos, los que parecen estar cobrando esos precios elevados.

Muchos semiconductores se venden a través de distribuidores externos como Avnet Inc. (AVT) y Arrow Electronics Inc. (ARW) que tradicionalmente han actuado como intermediarios entre los fabricantes de productos electrónicos y los de semiconductores. Algunas empresas, como Texas Instruments Inc. (TXN), están cambiando ese modelo y forjando relaciones más directas con los compradores de chips.

La agencia no encontró ningún acaparamiento de chips, que anteriormente se creía que era un factor que contribuía a la escasez.

La administración Biden exigió el año pasado que las empresas de la cadena de suministro de semiconductores proporcionen información sobre la oferta y la demanda de chips para ayudar a identificar cuellos de botella. Los proveedores y consumidores de chips en ocasiones se han acusado mutuamente de incorrección y ofuscación en sus transacciones.

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Raimondo y su equipo recibieron respuestas de casi todos los principales productores de semiconductores y de empresas de múltiples industrias de consumo. Su agencia está haciendo un seguimiento de las empresas que no respondieron o cuyas respuestas no fueron tan completas.

El informe también encontró que la demanda promedio de chips era hasta un 17% mayor en 2021 que en 2019, sin un aumento proporcional de la oferta.

El informe del Departamento de Comercio prácticamente admite que el gobierno es impotente para resolver los cuellos de botella.

“El sector privado es el que está mejor posicionado para abordar el reto a corto plazo que supone la actual escasez, mediante el aumento de la producción, la gestión de la cadena de suministro para minimizar las interrupciones y el diseño de productos para optimizar el uso de los semiconductores”, dice.

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Pero Raimondo dijo que el informe subraya la necesidad de invertir más en la fabricación nacional. La legislación que se ha estancado en el Congreso dedicaría US$52.000 millones para animar a los fabricantes de semiconductores a construir fábricas en Estados Unidos.

“El Congreso debe actuar”, dijo.

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Sin embargo, las nuevas plantas no entrarían en funcionamiento hasta dentro de unos años, lo que no supondría un alivio inmediato de la escasez.

Raimondo lleva meses instando a los legisladores a que aprueben la medida, sin éxito. Algunos congresistas han dicho que Biden debería haberse involucrado personalmente en el esfuerzo antes.

Intel Corp. anunció la semana pasada un centro de fabricación de chips de US$20.000 millones en las afueras de Columbus, Ohio, que la compañía espera que crezca hasta convertirse en el sitio de fabricación de silicio más grande del mundo. Se espera que la planta esté operativa en 2025.

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Samsung Electronics Co. (SMSNN) y Taiwan Semiconductor Manufacturing Co. también están expandiendo sus inversiones en EE.UU., aunque esa producción tampoco estará en línea este año.

Raimondo y su equipo esperan que, mientras tanto, un mayor intercambio de información entre los proveedores de chips y los consumidores pueda ayudar a minimizar los desajustes entre la oferta y la demanda.

Con la asistencia de Molly Schuetz.

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Este artículo fue traducido por Estefanía Salinas Concha.