Ciudad de México — La industria manufacturera en México arrancó 2022 con ausentismo y retrasos en la producción debido a que la propagación de la variante ómicron alcanzó a los trabajadores de un sector de la economía que el año pasado ya había sido golpeado por las disrupciones en las cadenas de suministro a causa de la pandemia.
Además de la interrupción en la producción, la cuarta ola de Covid-19 en el país también está provocando sobrecarga de trabajo y horas extras en aquellos trabajadores que no se han contagiado, lo que implica mayores costos laborales para las empresas en un contexto de retabulación de las remuneraciones por el reciente aumento al salario mínimo.
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Alfredo Kupfer, presidente del Comité de Capital Humano y Asuntos Laborales de la Cámara de Comercio Americana (AmCham, por sus siglas en inglés), dijo a Blomberg Línea que la ola de contagios está afectando la continuidad de las operaciones porque las empresas están pidiendo a sus trabajadores no acudir a los centros de trabajo cuando hay sospecha de Covid-19.
La gran mayoría de las empresas están permitiendo que los trabajadores contagiados permanezcan en casa hasta que obtengan el permiso Covid que otorga el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), o bien, hasta que pase el periodo de infección que parece ser más corto comparado con otras variantes.
Una minoría sí ha exigido a los trabajadores el permiso Covid para poder justificar la falta por contagio, ya que desde la visión de esos empleadores el ausentismo laboral sin permiso implica un costo adicional en la operación y menor productividad.
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“Ya tenemos empresas en donde el grado de ausentismo ha afectado en la continuidad de la operación. En el sector automotriz se están teniendo ya retrasos en las líneas y en la salida de los productos finales, todo eso es una cadena enorme, sean proveedores de ensambladoras o las propias ensambladoras, detienen toda esa cadena y cada retraso cuesta mucho dinero”.
Kupfer, quien también es subdirector del Comité Nacional Laboral de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (INDEX), dijo que está siendo algo problemático dar continuidad a las operaciones porque no ha sido sencillo reemplazar de forma temporal a los trabajadores que se están ausentando por contagio.
Es por ello que las empresas están resolviendo el tema de las plantillas laborales, principalmente, con contrataciones temporales amparadas en la ley Federal del Trabajo para sustituir a los trabajadores incapacitados, pago de horas extras a los trabajadores no contagiados o esperar a que sus empleados se recuperen del virus.
“El problema de esto es que están resultado incapacidades cortitas, entonces tampoco es fácil hacer esas contrataciones de una o dos semanas porque mientras se hace la alta es posible que el trabajador contagiado ya se recuperó y regresa a laborar, lo que implicaría ahora dar de baja al trabajador eventual”.
Kupfer afirmó que las expectativas para la industria manufacturera no son malas para el resto del año, ya que hay indicadores que dan una perspectiva de una recuperación del empleo y en volumen de producción, sin embargo, el arranque del 2022 sí está resultando muy complicado.
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“Hay la esperanza de que esta ola sea más corta y tal vez terminando el primer trimestre del año las empresas retomen el ritmo en temas de operación, de contrataciones y de retabulación de salarios para que a partir del segundo trimestre del año se empiece a sentir la recuperación”.
La pandemia generó una disminución en el personal contratado en la Industria Manufacturera y Maquiladora de Exportación (IMMEX), pero la tendencia se revirtió en 2021.
En 2019 había 2.7 millones de trabajadores ocupados en el sector, en 2021 bajó a 2.6 millones, pero en 2021 retomó el nivel de 2019, según datos de INDEX y el Inegi.
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