Bloomberg — Mientras los agricultores de Europa se preparan para esparcir fertilizantes en los campos después del invierno, los elevados precios de los nutrientes no les dejan más remedio que usar menos y tratar de trasladar el costo a lo largo de la cadena alimentaria.
Para los cultivadores de productos básicos como el maíz y el trigo, es la primera vez que se ven realmente expuestos a una crisis de fertilizantes alimentada por la crisis energética, las restricciones a las exportaciones y las sanciones comerciales. Ahora cuesta mucho más comprar los productos químicos necesarios para los cultivos de invierno, y el gasto adicional podría generar plantaciones de primavera más pequeñas que representan aproximadamente un tercio del grano europeo.
Europa ha sido la más afectada por los recortes en las plantas de fertilizantes debido a los crecientes costos del gas natural que se usa para operarlas, y los precios de los nutrientes se mantienen en niveles récord incluso cuando la presión disminuyó en Norteamérica. Europa podría enfrentar un déficit de alrededor del 9% de sus necesidades anuales de fertilizantes nitrogenados en la primera mitad, estima VTB Capital. Los alimentos pueden volverse aún más caros si las cosechas sufren o los precios de los cultivos aumentan.
Muchos agricultores que aún no han conseguido productos químicos están esperando hasta el último momento por si los precios se reducen. La alternativa es usar menos.
En Hungría, el uso de fertilizantes nitrogenados caerá entre un 30% y un 40% esta temporada, lo que afectará el rendimiento de los cultivos, dijo Gyorgy Rasko, un economista agrícola que tiene fincas en el país.
“Si hay una sequía a finales de abril y mayo, el efecto podría ser aún más devastador, ya que el nitrógeno ayuda a las plantas a sobrevivir a los días secos”, dijo.
Los nutrientes nitrogenados son cruciales para el crecimiento primaveral en Europa y se vuelven a utilizar a partir de febrero. También son los más afectados por la crisis energética de Europa porque se producen con gas. Una escasez en la primera mitad de esos tipos puede alcanzar hasta 7 millones de toneladas, dijo VTB.
Aunque la escasez de gas en Europa ha disminuido en las últimas semanas (y algunas empresas como Yara International ASA (YARIY) han recuperado su capacidad de producción de fertilizantes), sigue siendo lo suficientemente grave como para que el suministro sea limitado.
“Junto con la falta de fertilizantes importados, el impacto se sentirá aún más fuerte”, dijo el fabricante rumano de fertilizantes Azomures, que se encuentra entre los que redujeron la producción. “Los cultivos sufrirán en términos de calidad y cantidad final”.
El mercado de fertilizantes también se enfrenta a amenazas más amplias, desde las restricciones a la exportación por parte de Rusia y China hasta las sanciones a la producción de potasa bielorrusa, que están afectando a las rutas comerciales.
Riesgo para la cosecha
Los gigantes de la agricultura en Francia y Alemania probablemente reservaron alrededor del 70% de sus necesidades de fertilizantes nitrogenados para la temporada de crecimiento a finales de año, un momento en que las compras suelen estar finalizando, dijo el asesor Agritel. La cobertura en países del Mar Negro como Ucrania y Rumania puede ser aún menor.
Sigue siendo atractivo cultivar trigo y maíz, pero el uso de menos fertilizantes aumenta el riesgo. Según Isaure Perrot, analista de Agritel, la reducción de la aplicación de fertilizantes en el trigo en un 15% podría reducir el rendimiento en un 5% y perjudicar el contenido de proteínas.
Algunos rendimientos de cultivos podrían reducirse a la mitad sin productos de nitrógeno, dijo Zoltan Bige, director de estrategia del productor húngaro Nitrogenmuvek. La contraparte polaca Grupa Azoty SA (ATT) dijo que otros riesgos incluyen una acumulación de pedidos atrasados y posibles demoras en las entregas.
Guillaume Cabot, un agricultor de la región de Seine-Maritime en el norte de Francia, dijo que aumentó las plantaciones de lino, que necesitan menos fertilizantes nitrogenados, y redujo otros cultivos debido a los aumenyos de precios. “Nuestros costos se han disparado, especialmente el combustible, los fertilizantes nitrogenados y la electricidad”, dijo, y agregó que sus gastos en fertilizantes aumentaron 10.000 euros (US$11.400) el año pasado.
Cultivos más pequeños serían más malas noticias en términos de seguridad alimentaria, con precios mundiales casi récord que ya están presionando a los consumidores y contribuyendo a una inflación más rápida.
“Los precios de los granos en este momento son suficientes para compensar el precio de los fertilizantes”, dijo James Webster, analista sénior de The Andersons Center enReino Unido. “El tiempo que dure eso depende de la dirección futura de los mercados. Si bien compensa, todavía hay una factura considerable por pagar”.
Con la asistencia de Maciej Martewicz, Mumbi Gitau, Irina Vilcu y Áine Quinn.
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Este artículo fue traducido por Estefanía Salianas Concha.