Bloomberg — Un impuesto progresivo sobre la riqueza de los individuos más afluentes del mundo podría pagar la vacunación completa de todas las personas del planeta y elevar a una franja de su población por encima del umbral de la pobreza, según un grupo de investigadores.
Los impuestos comenzarían con una tasa del 2% sobre las riquezas de más de US$5 millones y progresarían hasta el 5% sobre las riquezas de más de US$1.000 millones, lo que generaría US$2,52 billones, suficiente para cubrir varias veces el costo de dos vacunas y un refuerzo para los 8.000 millones de personas que se calcula que hay en el mundo, según el análisis de 66 países realizado por Fight Inequality Alliance, Institute for Policy Studies, Oxfam y Patriotic Millionaires.
En diciembre, sólo el 4% de los habitantes de los países de bajos ingresos estaban vacunados, según datos del Banco Mundial, en comparación con más del 80% con al menos dos dosis en países como el Reino Unido. Esto es importante no sólo porque los no vacunados son más vulnerables a enfermar gravemente, sino también porque crea más oportunidades para que el virus mute.
Y mientras algunos países se enfrentan a dificultades para administrar las vacunas y recuperarse del doble golpe para su economía y su salud pública, los más ricos están pasando a la administración de refuerzos.
Incluso dentro los países más ricos, como Gran Bretaña, preocupa la desigualdad que ha puesto de manifiesto la pandemia, ya que las comunidades de minorías han sufrido de forma desproporcionada y los costos de la vida cotidiana, como la calefacción, están consumiendo los presupuestos de los hogares con menos ingresos.
El aumento sin precedentes de la proporción de la riqueza mundial en manos de multimillonarios durante la pandemia, impulsado por la subida de los precios de los activos y las acciones, alimentó un debate sobre quién debería ayudar a pagar una crisis de este tipo.
Según el informe, con los fondos del impuesto sobre la riqueza también se podría pagar protección social y la asistencia sanitaria universales para los países de renta baja y media baja, cuyo coste se estima en US$440.800 millones, y sacar a más de 2.000 millones de personas de la pobreza.
“La situación es crítica para muchas personas, tanto en los países ricos como en los pobres”, afirmó Jenny Ricks, coordinadora mundial de la Alianza para la Lucha contra la Desigualdad. El “virus ha dejado al descubierto un sistema roto que nos obliga a elegir entre la atención sanitaria y el medio ambiente, entre la calefacción y la alimentación, entre una vivienda asequible y un salario digno.”
-- Con la ayuda de Olivia Konotey-Ahulu.
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