Bloomberg — El permiso de entrada a Australia de la estrella del tenis Novak Djokovic fue cancelado porque con su presencia se corre el riesgo de reforzar el sentimiento antivacunas entre una minoría de la población y crear un riesgo de orden público.
El ministro de Inmigración, Alex Hawke, prohibió la entrada al tenista número 1 del mundo, a pesar de afirmar que Djokovic había entrado a Australia con una exención médica válida para ser vacunado y que él mismo presenta un riesgo insignificante para la salud, según documentos judiciales publicados el sábado.
Sin embargo, su presencia continuada “puede conducir a un aumento del sentimiento antivacunas generado en la comunidad australiana, lo que podría conducir a un incremento de los disturbios civiles ya experimentado anteriormente en Australia con concentraciones y protestas que pueden ser en sí mismas una fuente de transmisión de la comunidad”, dijo Hawke en la presentación.
Djokovic no está vacunado y ha mostrado un “aparente desprecio” por las normas básicas, como aislarse después de un test positivo, lo que puede alentar o influir en otros para que emulen su conducta, dijo.
Djokovic volvió a ingresar en el centro de detención de inmigrantes el sábado, mientras sus abogados luchan contra los intentos del gobierno de deportarlo por segunda vez. Hawke recurrió a poderes especiales para revocar su visado alegando que era de interés público, revocando así un fallo judicial anterior que anulaba su primera cancelación de visado por razones de procedimiento.
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En el caso de Djokovic, sus abogados dijeron que Hawke adoptó un “enfoque irrazonable” para evaluar si su deportación era de interés público y no citó ninguna prueba de que su presencia pudiera fomentar el sentimiento antivacunas, según una presentación judicial, calificando la medida del ministro de “ilógica” e “irracional”.
La política, no la ley
La indignación pública ha perseguido al campeón desde su llegada a Australia, la semana pasada, tras la revelación de que había conseguido una exención médica para jugar en el torneo, desatando una ola de ira en un país que ha soportado algunas de las restricciones más duras vistas en la pandemia. Aunque el estado de Victoria concedió a Djokovic la exención, los funcionarios federales anularon su visado a la llegada.
Esta semana, Djokovic causó más controversia en Australia y en el extranjero cuando dijo que había asistido a una entrevista con un periódico y a una sesión de fotos cuando sabía que estaba infectado por el virus Covid-19. También culpó de “error humano” una declaración de viaje incorrecta que utilizó para entrar en Australia.
La reexaminación del permiso de entrada de Djokovic fue “impulsada por la política, no por la ley”, ya que el tenista no había infringido ninguna norma, argumentaron los abogados en una carta a Hawke fechada el 11 de enero. “Es sorprendente que el Ministro de Inmigración pretenda ahora hacer uso de sus poderes discrecionales personales para cancelar el visado del señor Djokovic, a pesar de que no hay ninguna “norma” que Djokovic no haya cumplido”.
Djokovic fue inscrito el jueves en el Abierto de Australia a pesar de las persistentes dudas sobre su capacidad para jugar en su intento de ganar un título récord de 21º Grand Slam. El cabeza de la serie número 1 iba a enfrentarse a su compatriota Miomir Kecmanovic en su primer partido.
Djokovic permanecerá en prisión preventiva hasta que se resuelva la vista judicial, que se reanudará el domingo.