Buenos Aires — La sequía dejó de ser una amenaza en Argentina y es ya un factor que perjudica fuertemente a la actividad agrícola. Tras una cosecha récord de trigo el año pasado, con una campaña que superó las 22 millones de toneladas, le sequía generada por las altas temperaturas y la falta de lluvia, impactará en los rindes de soja y maíz a lo largo del 2022, y generaría, según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), perdidas por US$2.930 millones.
Según Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), y en diálogo con Bloomberg Línea, este fenómeno climático está afectando al 80% del país, y las lluvias pronosticadas para los próximos días podrían no ser suficientes para mitigar el daño ya provocado. Además, desde el sector esperan una reacción por parte del Gobierno, tras exigir que se decrete la emergencia hídrica.
El informe de la BCR señala que “el estrés hídrico de verano hizo caer la proyección de cosecha de soja y maíz nueve y ocho millones de toneladas, respectivamente”. A pesar de los buenos precios internacionales, la pérdida de ingresos netos del sector productor ya asciende a “US$ 2.930 millones, lo que redundará en menos fletes, menos servicios financieros y de intermediación, menos consumo”, estimó la institución rosarina.
- Mala noticia: Además, el impacto sobre la economía argentina se estima en US$4.800 millones, “o un 1% de su PBI potencial”, agrega el reporte.
- La reacción oficial: Días atrás, el ministro de de Agricultura, Pesca y Ganadería, Julián Domínguez le solicitó al jefe de Gabinete, Juan Manzur, la ampliación del fondo de emergencia nacional para asistir a las y los productores y gobiernos provinciales que están atravesando problemas de sequía. Luego de aquella reunión, y según fuentes consultadas del ministerio que conduce Domínguez, precisaron que se está finalizando la elaboración de un informe y monitoreo sobre las zonas críticas que revele la gravedad de la situación, y que será un paso previo a la toma de decisiones.
Las pérdidas en el sector productor debido a la sequía son, también, una mala noticia para el Gobierno, necesitado de divisas extranjeras para hacer frente a diversos vencimientos de deuda. Según la BCR, “el Estado dejará de recaudar impuestos por US$1.440 millones, de los cuales US$1.040 millones corresponde a menor ingreso tributario por derechos de exportación, y el resto a otros impuestos”.
“El menor ingreso del sector productivo a causa de la pérdida de producción redunda en menos viajes de fletes, menos servicios financieros y de intermediación, menos demanda al sector constructor, etc.; en definitiva, menos inversión y consumo que terminan impactando sobre la actividad económica general”, concluye el reporte.
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