Nicolás Pino, de la SRA: ‘Llama la atención que no hayan convocado al campo para conversar sobre el FMI’

El presidente de la Sociedad Rural Argentina, conversó con Bloomberg Línea respecto a la relación con el Gobierno y las proyecciones del campo para el 2022

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Buenos Aires — El 2021 fue un año sinuoso para el campo, que incluyó restricciones a las exportaciones de la carne y el maíz, mientras sus liquidaciones, motorizadas por el complejo sojero, registraban cifras récord para el Siglo XXI. Nicolás Pino asumió al frente de la Sociedad Rural Argentina (SRA) en el marco de una relación tirante entre el campo y el Gobierno de Alberto Fernández, pero con el tiempo algunas disputas se fueron resolviendo. La situación mejoró, según el sector, con la llegada de Julián Domínguez al frente del Ministerio de Agricultura, en reemplazo del formoseño Luis Basterra.

El productor ganadero, que desde junio pasado conduce a la histórica entidad agropecuaria, enfrentará un 2022 desafiante, con una sequía que amenaza las cosechas de maíz y soja y mientras continúan distintos focos de tensión con la Casa Rosada. El más reciente está centrado en las retenciones, que, según el campo, vencieron el 31 de diciembre del 2021, al no haberse aprobado el Presupuesto para el año corriente.

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En ese sentido, y en diálogo con Bloomberg Línea, Pino reclama que se decrete la emergencia hídrica, pide que Alberto Fernández envíe al Congreso un proyecto referido a las retenciones ─en caso contrario irán a la Justicia─ y cuestiona el hecho de que el campo no haya sido convocado por el ministro de Economía Martín Guzmán para que explique cómo continúan las negociaciones con el FMI, pese a ser el sector que más divisas aporta al país.

Bloomberg Línea: Se presenta un escenario climático particular, con sequías, incendios y el fenómeno de la Niña presente. ¿Cómo impacta en las cosechas y qué proyectan para las próximas semanas?

Nicolás Pino: Casi el 80% de la Argentina se encuentra en una situación entre seca, liviana y severa, pero el 80% está en seca. Y eso abarca a todo tipo de producciones en todo el país. Es un problema hacia adelante con respecto a la cuentas que se venían haciendo en rindes, futuros de maíz y de soja. Creemos que va a haber alguna situación de baja en los volúmenes. Se espera una lluvia en los próximos días, pero a veces llega para mitigar lo inmediato y quizás el daño ya está hecho.

¿Creen que debería decretarse la emergencia hídrica?

Sí, le he mandado mensajes al ministro de Agricultura (Julián Domínguez) diciéndole que el productor necesita una emergencia inmediata porque insisto, el 80% de la Argentina está sufriendo una seca.

El 2021 estuvo signado por la bajante del Río Paraná, ¿creen que los distintos gobiernos ─nacional y provinciales─ lograron auxiliar al sector lo suficiente como para mitigar los contratiempos generados?

Nulos. En el problema del Río Paraná, una hidrovía tan importante y potente para la Argentina y los países hermanos, el Gobierno argentino se dedica a ver otra cosa. Se entretuvo mucho tiempo en ver cómo se quitaba la concesión y en cómo se tomaba la dirección por parte del Gobierno, y hoy tenemos todavía problemas de la bajante que no se han solucionado, pero tampoco vemos soluciones inmediatas. Seguimos enredados en quién maneja la hidrovía, de qué manera y cuánto peaje vamos a cobrar.

Parece que la discusión se ha reducido en qué empresa se hace cargo y quién se queda con el peaje.

Por eso vemos que eso se tiene que tercerizar, llamar a una licitación en las que empresas de primera línea participen y sean quienes exploten ese trabajo, por supuesto controlado por el Estado y por la comisión multisectorial. Pero hay que hacerlo ya. No nos podemos demorar en causas administrativas.

Aún así, y por los buenos precios internacionales, el 2021 fue año récord para las liquidaciones del campo. ¿Creen que en 2022 se podrá superar esa marca?

Del lado de los productores estamos viendo que esta seca puede impactar en una merma del volumen total de la producción. Pero también observamos que los precios de los commodities siguen siendo buenos. Hay buenas expectativas, tuvimos un cosechón con el trigo, y teníamos una expectativa de maíz y soja muy buena. Veremos cómo evoluciona esta Niña que nos está pegando y fuerte.

En el 2021 el complejo oleaginoso liquidó US$33.000 millones ¿Qué hace falta para llegar a los US$100.000 millones, proyectados por distintos actores del sector?

Las respuestas tienen que seguir siendo las mismas: previsibilidad, financiación, certeza y años para adelante en los que nos dejen proyectar. Armarnos de más y mejor tecnología y que los productores tengamos la tranquilidad de que al campo se lo va a dejar trabajar. En lo coyuntural, hay una feroz carga impositiva en el sector agropecuario, no sólo las retenciones. Y también los gobiernos, este y los que fueran, deben cumplir con su rol. No podemos vivir con un doble tipo de cambio que a los productores nos pega y mucho. No nos olvidemos que vendemos con un dólar a $100 y compramos insumos con dólar a $200, eso hace que sea muy difícil aumentar la productividad. Son cosas quizás complicadas para realizar pero es tarea también para el Gobierno.

¿El Gobierno ha dado señales de que se pueda ir hacia un camino de previsibilidad?

Esperemos que sí. Hubo proyectos con cosas interesantes que si realmente se hacen puede ser un camino, pero vamos a esperar a que sucedan las cosas.

Se había tomado una decisión sobre la carne a mediados de diciembre, que más o menos había conformado al sector. Luego se resolvió por dos años el cierre de siete cortes. ¿Cómo analiza la gestión del Gobierno en ese tema? ¿Están conformes con el escenario actual?

Conforme, no. Nos gustaría que la exportación se maneje libremente, porque está dada la situación para que eso suceda. Tenemos un Gobierno que, en lo que es trigo, maíz y carne, le gusta intervenir y van a seguir interviniendo. Ante el escenario que teníamos durante todo el 2021, cuando se cerraron totalmente las exportaciones, entendemos que se han logrado cosas. Hemos trabajado mucho con la Mesa de Enlace en función de tratar de mejorar la situación. Se han logrado cosas, pero si vamos a estar mejor que en 2021, lo vamos a ver cuándo empiece a rodar la pelota. Necesitamos que la exportación se maneje libremente, como dijo el ministro de Agroindustria.

El campo reclama que las retenciones han perdido vigencia, tras el rechazo en Diputados al Presupuesto 2022. ¿Qué estrategia están analizando? ¿Es una posibilidad ir a la Justicia, o incentivarán para que sea el Congreso quien resuelva este conflicto?

A partir del 1 de enero empezamos a trabajar respecto a cuál era la situación. Tenemos sustento legal para decir que el 31 de diciembre del 2021 se cayeron las retenciones en Argentina. Más allá de eso, ¿qué haremos hacia adelante? Creo que en lo inmediato el presidente debería llamar a los legisladores para que el Congreso resuelva esto. No puede haber en el país un tributo sin una ley. Sin ley no hay tributo, dice el concepto, y eso es lo que está pasando en Argentina. Si el Ejecutivo quiere tocar el tema de las retenciones debe ser vía Congreso Nacional. Más allá de eso, si no se avanza vía Congreso, por supuesto hay una vía legal y se puede pedir a la Justicia que dictamine un fallo al respecto.

¿Qué relación tienen hoy con el Gobierno?

El único trato que tengo con el Gobierno es con el ministro (Julián) Domínguez, con el cual hemos tenido muchísimas reuniones políticas y técnicas y hemos trabajado mucho, no siempre llegando a las decisiones y resoluciones que a uno le gustaría llegar, pero entiendo que lo que no podemos es cortar el diálogo, más allá de los resultados. Seguiremos trabajando, dialogando, tratando de no caer en diálogos oportunistas o fotos mezquinas.

¿Consideran que a partir de la llegada de Dominguez hubo un cambio en la relación?

De hecho sí. Cuando me tocó asumir la dirigencia de la SRA (junio del 2021) había un cese en la comercialización de carne. Y cuando me tocó hablar con un funcionario del Gobierno no hablé con el ministro de Agricultura (por entonces Luis Basterra), sino con el de Desarrollo Productivo (Matías Kulfas), donde todo se hacía más difícil, más allá de la buena voluntad del ministro. Eran temas que no tenía la obligación de abordar. Dominguez apenas asumió tomó cartas en el asunto y los asuntos del campo se trataron en la cartera que corresponde.

¿Cómo cree que impactan las distintas opiniones que conviven en el Frente de Todos?

Dentro de la coalición existen muchas contras entre unos y otros. Unos sectores ven al campo ideológicamente como un enemigo, como un sector que sirve pura y exclusivamente para que sea una caja. Y hay otros sectores dentro del mismo Gobierno que ven al campo como lo que es, un sector pujante y productor y el que más dólares aporta al país. Están en una interna sobre cómo ven la situación, y en el mientras tanto, los productores perdemos tiempo y Argentina pierde tiempo porque no se ponen de acuerdo. Somos un sector muy importante y muy aportante, que estamos agarrados de una interna feroz dentro de la coalición de este Gobierno.

¿Cómo ven desde la SRA y el campo la negociación entre el Gobierno y el Fondo Monetario Internacional?

Entiendo que lograr un acuerdo dará tranquilidad a la macroeconomía argentina para dejar de sufrir estos vaivenes y esta incertidumbre. Nos llama poderosamente la atención que al sector agropecuario no se lo convoque desde el Gobierno, que está llamando a distintos sectores productivos, para ver qué opina con respecto a cómo solucionar este problema con el fondo, siendo el campo el principal aportante de divisas en el país. Pero ojalá se alcance un acuerdo lo más rápido posible para dar más tranquilidad a la economía argentina.

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